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Cumbre por la barrera sanitaria: la Patagonia va al choque con Nación

Ruralistas de la Patagonia se reunirán el jueves con autoridades de Agricultura y el SENASA para defender la continuidad de la barrera sanitaria.

El jueves próximo, a las 9:30 de la mañana, doce dirigentes ruralistas de toda la Patagonia se verán las caras con el secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Sergio Iraeta, y con el presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), Pablo Cortese, en la que sería la pelea de fondo por el levantamiento —o no— de la barrera sanitaria para el ingreso de carne con hueso desde el norte del río Colorado.

“Se ve que muchas ganas de vernos no tenían, porque nos convocaron cuando faltan 30 días para terminar el plazo de 90 días”, dijo Roberto Gutiérrez, presidente de la Sociedad Rural de Conesa, al referirse a la suspensión impuesta para negociar, que caduca en poco más de un mes.

Gutiérrez no tuvo reparos en adelantar algunas de las cartas fuertes que pondrán sobre la mesa. Una de ellas es el propio argumento del SENASA de que hay un 99,9 % de seguridad de que el asado con hueso no transmite la aftosa. “Bárbaro entonces, que dejen de vacunar en el resto del país y listo”, retrucó el dirigente, quien recordó que en los últimos meses arrecian las noticias de focos de aftosa detectados en distintos países de Europa. Y lanzó una advertencia: “Si llega a aparecer un brote de aftosa, a nosotros nos matan todas las vacas y a ellos (los del norte) no, porque ellos vacunan”.

Otro aspecto no tenido en cuenta es que Tierra del Fuego puede quedar aislada en materia ganadera. Si se levanta la barrera, por sus propias políticas sanitarias, Chile impediría el tránsito por su territorio —no hay otra forma de ingresar a la isla— de carne vacuna, corderos y reproductores que hoy se producen en la provincia más austral del país. “¿Te imaginás si Chile cierra? ¿Qué van a hacer los de Tierra del Fuego con su producción de corderos?”, planteó Gutiérrez.

Los ajustes finos sobre los argumentos se hicieron el viernes pasado a través de un Zoom que realizaron todas las rurales de la región. La delegación estará conformada por doce personas, entre ellas Gutiérrez y la presidenta de la Federación de Sociedades Rurales de Río Negro, Nora Lavayén.

El miércoles, antes del encuentro cumbre, volverán a reunirse en Buenos Aires. A la delegación se sumarán representantes de los partidos del sur de la provincia de Buenos Aires, como Patagones, Stroeder y Pedro Luro. Acudirán Gastón Scheffel y el cabañero y veterinario Juan Carlos Más.

A los ruralistas de la Patagonia nadie les saca de la cabeza dos cosas: una, que la decisión de levantar la barrera “la firmaron unos, pero la decidió otro”, en referencia explícita a Juan Pazo, exsecretario de Coordinación de Producción del Ministerio de Economía y actual titular de la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). El mismo funcionario fue quien impulsó las caravanas electrónicas —que implicaban un desembolso de 23 millones de dólares—, cuya implementación fue pospuesta para enero de 2026 debido a cuestionamientos de las organizaciones del campo. La otra certeza “in pectore” es que “el único ganador, si la medida queda firme, es La Anónima y algún frigorífico más”, remarcó el ruralista.

La barrera sanitaria y los precios que convalida el mercado

Se plantearán además dos preguntas básicas: ¿Qué va a hacer el gobierno nacional con las exportaciones de carne ovina? Y otra: ¿Qué va a hacer con esta zona del país y el despoblamiento de los campos? Este último punto está vinculado al abandono de la ganadería por parte de los patagónicos ante la imposibilidad de competir. “Es una cuestión de geopolítica”, acotó el dirigente.

En cuanto a los precios al mostrador, “son los consumidores los que convalidan (con sus compras) un determinado precio. Y ellos (los grandes supermercados) toman esos precios como referencia”, analizó el titular de la Rural de Conesa.

“Es como todo: si el diario está muy caro, nos ponemos todos de acuerdo y no lo compramos, entonces el diario va a tener que bajar el precio. Lo que pasa con la carne —y ese es el gran dolor de cabeza, sobre todo del gobernador (Rolando) Figueroa— es la diferencia en el poder adquisitivo de la gente de Neuquén”, remarcó. “Hay personas a las que no les importa pagar un kilo de asado 21 o 22 mil pesos”, agregó.

Por último, adelantó que presentarán un trabajo sobre el impacto económico que tendría en la economía patagónica el ingreso de asado con hueso desde zonas donde los costos para producir un kilo de carne son más bajos.

“Mucha gente se verá afectada, no solo los dueños de los campos. Los efectos serán inmediatos, y ya está pasando, con los alambradores, molineros, jauleros. La gente ya frenó muchas inversiones porque el ternero hoy vale un 30 % menos”, concluyó.

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