El pulso agroindustrial: Argentina y su estrategia exportadora en 2025
La agroindustria genera 6 de cada 10 dólares de exportación, pero el 2025 trae desafíos globales. ¿Cuál es el aporte de las economías regionales y de la Patagonia?
La agroindustria se erige como el motor ineludible de la economía argentina, aportando una proporción asombrosa de las divisas que ingresan al país. Durante el primer semestre de 2025, de un total de USD 39.741 millones exportados por Argentina, las Cadenas Agroindustriales (CAI) contribuyeron con USD 23.827 millones. Esto significa que 6 de cada 10 dólares exportados provienen directamente del sector agroindustrial.
Esta inyección de capital es vital, no solo para impulsar la actividad económica y el empleo, sino también para generar los dólares necesarios que permiten la importación de bienes esenciales, reducir el endeudamiento y mitigar las recurrentes crisis de balanza de pagos y devaluaciones que ha enfrentado el país.
La radiografía global de las exportaciones agroindustriales argentinas revela una posición de liderazgo destacada. El país se consolida como el principal exportador mundial de maní, aceite de soja, y aceite y jugo de limón. Además, ocupa el segundo lugar en la venta de harina de soja y yerba mate, y el tercero en maíz. El alcance geográfico de estos productos es vasto, con más de 50 países demandando carne vacuna argentina.
Vietnam es el principal comprador de maíz, mientras que Brasil encabeza la lista de destinos para el trigo argentino. India, Vietnam, China, Brasil y Arabia Saudita son los principales destinos para los granos, mientras que las carnes llegan a China, Estados Unidos, Israel, Alemania y Países Bajos. Las economías regionales, por su parte, encuentran sus mercados clave en Brasil, Chile, Estados Unidos, Suiza y China.
El desempeño exportador del primer semestre de 2025 presenta un panorama variado para los 20 complejos agroindustriales analizados por FADA:
- Aumento en dólares y toneladas: Maíz, pesquero, girasol, maní, uva, peras y manzanas, forestal, limón, arroz, ovino y yerba.
- Aumento en dólares, caída en toneladas: Lácteo y bovino.
- Aumento en toneladas, caída en dólares: Cebada, trigo y legumbres.
- Caída en dólares y toneladas: Soja, porcino, té y avícola. Las cadenas granarias concentran el 69% del valor total exportado por la agroindustria, y la Región Pampeana es el principal origen de estas exportaciones. A nivel regional, el NOA es crucial para el limón y las legumbres; el NEA para la yerba mate, té, arroz y sector forestal; Cuyo para la uva; y la Patagonia para el complejo pesquero y peras y manzanas. El promedio de inserción internacional (relación exportación/producción) de los complejos es del 47%, aunque ponderado por su participación en las exportaciones, asciende al 66%. Un factor relevante son los Derechos de Exportación (DEX), que en el primer semestre de 2025 aportaron USD 2.578 millones, de los cuales el complejo soja representó el 67%. La reducción del 28% en los DEX respecto a 2024 se debe a cambios en las políticas que buscan incentivar la producción y exportación.
De cara a 2025, las perspectivas son complejas. Se proyecta una demanda internacional negativa debido a un crecimiento global del PIB más lento. La competitividad cambiaria se mantiene en un escenario neutral, con una recuperación observada tras la devaluación de diciembre de 2023 pero con una posterior pérdida. La oferta exportable es entre neutral y positiva, con la producción de granos proyectada a la baja (-2%) pero la carne bovina estable y la leche en recuperación. Los precios de los granos son negativos, mientras que los de la carne bovina y lácteos muestran mejoras.
Las políticas públicas, con la eliminación de restricciones y la baja de DEX, generan un panorama positivo, si este sendero se mantiene. A pesar de los desafíos, se estima que las exportaciones agroindustriales para 2025 cerrarán en valores cercanos a los USD 47.000 millones, manteniendo una participación del 60% en las exportaciones totales argentinas. Esta capacidad exportadora demuestra el enorme potencial del país para generar trabajo, desarrollo y una ocupación territorial más equilibrada.
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