motosierra

La facultad de Agrarias, entre la falta de ideas y la motosierra

No parecen asomar ideas superadoras y el debate actual se empantana. Con el presupuesto virtualmente congelado, la cantidad de alumnos en baja y sin perspectivas innovadoras, ¿hacia dónde va la educación pública de Agrarias en el Valle?

Las universidades públicas de Argentina están en el ojo de la tormenta. De un lado, se habla de presupuestos congelados, de salarios pauperizados, de paros, protestas y clases abiertas. Del otro lado, se ponen sobre la mesa estadísticas de resultados académicos cuestionables, se menciona la necesidad de avanzar con auditorias sobre el uso de los recursos públicos y se llama la atención sobre la politización del debate.

Los ánimos están crispados y previsiblemente este telón de fondo llega hasta la zona. Hace unos días, el diputado nacional Pablo Cervi alertó sobre la baja cantidad de egresados de la carrera de Agronomía de la Facultad de Ciencias Agrarias (FACA) de la UNCo y se recalentó la discusión.

En este contexto, Esteban Jockers, decano de la FACA de la Universidad del Comahue (UNCo), recibió al equipo de +P en la sede de Cinco Saltos y aseguró: “Tenemos la expectativa que se revierta la situación a nivel del gobierno nacional para que podamos conseguir un mayor presupuesto. Nosotros necesitamos ese aumento para no tener que reducirlos más”.

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La universidad resiste el ajuste. Foto: Claudio Espinoza.

La universidad resiste el ajuste. Foto: Claudio Espinoza.

En una extensa charla con +P, Jockers hizo un paneo por el debate de la educación pública, compartió su visión del desempeño de la facultad, defendió el actual estado de cosas en materia académica y se opuso a casi cualquier mecanismo externo de financiamiento.

El rasgo principal de la situación actual es la reducción presupuestaria para el funcionamiento, para que nosotros podamos llevar adelante las actividades cotidianas. Después, el otro componente muy fuerte es el impacto que ha tenido en la reducción de los salarios del personal docente y del personal no docente. Hoy el 65% está bajo la línea de pobreza, o sea, son sueldos que están por debajo del millón de pesos. Nunca vi un nivel de tan bajo del salario de los profes y con una amenaza tan grande de reducción”, dijo Jockers.

El decano hizo foco en los salarios porque son la variable con mayor peso en las cuentas de la facultad. Si bien no nos informaron los montos exactos (en cuanto a salario docente y no docente), lo cierto es que se estima que representan hasta el 90% del presupuesto de la facultad.

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Jockers habló del desprestigio de la carrera de Agronomía. Foto: Claudio Espinoza.

Jockers habló del desprestigio de la carrera de Agronomía. Foto: Claudio Espinoza.

Mirada optimista

A pesar del escenario de crisis general (no solo en cuanto a la economía, sino de la educación en sí), Jockers mantiene su mirada en la parte llena del vaso. “Hace un año y medio logramos construir un observatorio de personas graduadas. Tomamos contacto con más o menos 350/400 egresados de fundamentalmente Agronomía porque las otras carreras son muy jóvenes. Los egresados nuestros están trabajando en la región, desde el norte de Chubut, Río Negro y Neuquén. En general, es un egresado requerido, que se inserta en la región”, contó.

Y agregó que “el registro que tenemos nosotros es que vuelve al lugar, se insertan laboralmente y se desenvuelven en las economías regionales. Hablar en términos economicistas es muy difícil de poder trasladarlo acá y de poder medirlo incluso porque las economías regionales son economías que también reciben apoyo subsidio en todos los lugares del mundo”.

“Hay un crecimiento de las regionales porque hay una transformación muy grande en el sector agrario regional, hay un reemplazo por otras producciones que antes no estaban desarrolladas en los valles”, aseguró.

Y continuó: “Es un sector que ahora se retrajo por la caída del consumo interno, pero hay una serie de producciones que se están desarrollando con mucho potencial por el tipo de agua que tenemos, por el sistema de riego y el suelo de clase 1…”.

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La vicedecana de la Facultad de Ciencias Agrarias, Pamela Fagotti. Foto: Claudio Espinoza.

La vicedecana de la Facultad de Ciencias Agrarias, Pamela Fagotti. Foto: Claudio Espinoza.

La pregunta del millón

“La educación es un tema de desarrollo e incluso estábamos comparando que hoy con los montos que se están gastando, somos prácticamente una universidad barata, incluso en relación con la cantidad de egresados que tenemos”, dijo el decano.

De acuerdo a los números de la propia facultad, el año pasado se inscribieron 109 estudiantes y egresaron 19. Y así llegamos a la pregunta del millón: si estamos en un escenario de una inserción laboral fluida, ¿por qué la matrícula es baja? Y dando un paso más, si es una carrera tan demandada en el mercado, ¿por qué egresan tan pocos?

Para responder, Jockers discutió virtualmente con Cervi y dijo que “la estadística que compartí marca que solo un año, en 2020, tuvimos ocho egresados. Pero tenemos más o menos entre 15 y 20 por año”.

¿Es un buen número?, nos preguntamos. “En relación con el ingreso y comparado con las ingenierías tradicionales, sí, es un buen número. Podría ser mucho mayor y estamos trabajando sobre eso”.

“Nosotros llegamos a tener un piso de 40 inscriptos, acá hace cinco años fue la caída de la fruticultura y fue terrible. Estamos remontando porque tenemos también un plan de difusión de trabajo con las escuelas secundarias”, detalló.

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Por año egresan 15 o 20 estudiantes. Foto: Claudio Espinoza.

Por año egresan 15 o 20 estudiantes. Foto: Claudio Espinoza.

“No sé”

A la hora de explicar el bajo interés en la carrera, Jockers habla de “desprestigio”. “La caída es nacional y es mundial porque el que pasó los ingenieros agrónomos y los forestales quedaron signados por una connotación muy negativa desde lo ambiental mundialmente, o sea una carrera de desprestigio para los jóvenes”, comentó.

“No sé si la tenemos tan clara en cuanto a por qué no se interesan más jóvenes. Lo estamos buscando hace años y por eso tenemos gente en Trayectoria Estudiantil, tenemos gente trabajando, salimos para todo lo que sea difusión… No lo tenemos tan claro de por qué no vienen los chicos, la verdad es que hacemos mucha discusión en los secundarios y los que dicen que estudiarían Agronomía son pocos”, aseguró.

Nos dicen que los alumnos buscan carreras que no sean exclusivamente presenciales, que los costos del transporte son muy altos, que no alcanza con las facilidades que da la facultad (como el comedor, alojamiento, becas o pasantías) y así llegamos a los (poco más de) 100 inscriptos y 20 egresados (en un buen año).

Si tuviéramos que cobrar, nos quedaríamos sin estudiantes… No sé si no quiere cerrar las facultades chiquitas en el interior y dejar cuatro grandes”, deslizó la vicedecana de la Facultad de Ciencias Agrarias, Pamela Fagotti.

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La FACA está en Cinco Saltos. Foto: Claudio Espinoza.

La FACA está en Cinco Saltos. Foto: Claudio Espinoza.

Primera generación

Mientras desde el gobierno nacional no se habla de arancelamiento, pero sí de deep motosierra, desde Agrarias aseguran que no hay margen para recortes, que las vías de financiamiento externo (como investigaciones puntuales o explotación productiva de los recursos) son marginales y ven con buenos ojos el controversial impuesto a las grandes fortunas y el resultado de la Educación como motor de movilidad social.

“Algunos alumnos probablemente no llegarían a ningún lado si fuera otra cosa, como el arancelamiento. Nosotros tenemos muchos chicos que no llegarían a la universidad. Entonces, qué sé yo… La universidad tiene otra función más social y no sólo económica”, dijo Fagotti.

Y agrego: “La mayoría de los nuestros alumnos del interior son gente humilde, hijos de crianceros del norte neuquino, que cuando se reciben me la paso llorando”.

Se tiene que encontrar la vuelta como para mejorar los recursos. Y una forma que se encontró, que yo creo que puede haber sido este impuesto que se cobraba especial a las grandes fortunas y eso iba de ninguna forma la educación, eso podría ser”, dijo Jockers.

¿Hay una contrapropuesta al ajuste? Según el decano, “nosotros estamos muy contentos con el apoyo que hemos tenido que tenemos de la comunidad. Cuando, por ejemplo, necesitamos alimento para los animales y tenemos contacto con los propios colegas que trabajan en las empresas y los gerentes, nosotros recibimos un montón de donaciones…”.

Todo parece indicar que el debate sobre la tragedia educativa excede al financiamiento, es mucho más profundo. La cuestión de la magra cantidad de egresados o los salarios son apenas indicadores de un deterioro estructural que nos atraviesa desde hace años. La pregunta (sin respuesta) es: ¿qué se está haciendo para revertir la tendencia?

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