La historia de Valentín, el exitoso biólogo productor de hongos
Comenzó a producir hongos en 1999, pasó "por un montón de ciclos productivos” y asegura que se puede vivir de esta actividad.
La palabra fungi proviene del latín fungus, que significa “ hongos”, una producción que no se reduce al cultivo, sino que está rodeada por una mística que Valentín Roselli supo entender. Es biólogo y está especializado en Micología, la rama que estudia los hongos.
“Soy productor desde hace 25 años; en octubre del 99 tuve mi primera producción de gírgolas y he pasado por un montón de ciclos productivos”, asegura Valentín. “En el año 2022 retomé con una producción acá en el Valle, de troncos, y este año hice el último cultivo que se está poniendo en funcionamiento, ya está produciendo hongos acá, en General Roca”, repasa.
En esos 25 años ha tenido producción de gírgolas, shiitake, de champiñón y hasta ha exportado hongos a España desarrollado varios métodos productivos. “Yo soy platense, vivo en ahora en Roca, pero viví hasta hace 15 años en provincia Buenos Aires. Tenía el cultivo en la localidad de Punta Indio”, cuenta.
Recuerda que entre los modelos productivos que exploró están “primero lo que es el sustrato en Buenos Aires, después en tronco acá en el Alto Valle y también en sustrato a partir del aserrín o de la viruta de álamo”.
“Se puede”
¿Se puede vivir de esta producción? Según Valentín, sí. “Se puede vivir de esto, pero es como todo, hay que invertir en proporción a lo que uno pretende generar”, señala. Comparándolo con otros emprendimientos, “por ejemplo un local de ropa o una pizzería o comercio, en la producción de hongos los montos son similares y el rendimiento que te puede dar es mucho mayor”, asegura el biólogo.
Advierte que “necesitas un muy buen manejo porque de un día para el otro no vas a empezar a producir cientos de kilos de hongos, sino que vas a tener que ir progresivamente haciendo mejoras y modificando tu sistema de cultivo hasta llegar a lo óptimo, en el lugar que elegiste para producir“.
“Debés lograr unos 120 a 150 kilos mensuales para poder vivir de eso, necesitas ese número y unos 150 litros de agua mensuales”, indica.
De moda
“En la producción de hongos, como es relativamente sencilla, hay mucha gente que se incorpora todos los años, sobre todo ahora que están de moda. La mayor parte de la gente se incorpora tipo hobby, hace algunos troncos en el fondo de la casa, acomoda algún galponcito”, cuenta.
Valentín conoce productores de la zona y remarca que “en Neuquén tienen un laboratorio de hongos que articula con la provincia y que se dedica a producir y acompañar a los productores”.
“Yo estuve hablando con gente del gobierno de Río Negro justamente para poner en blanco sobre negro, qué era lo que pasaba. Río Negro fue la capital productiva de esto. Desde el 2004 al 2012 acá la producción de hongos empezó cada vez con más fuerza y llegó a tener volúmenes de exportación”, repasa.
En diálogo con +P, dijo: “Tenían un mercado en Buenos Aires muy grande y era un producto premium porque la calidad de los hongos de Río Negro era fuerte. Eran de productores de del Alto Valle y hasta Valle Medio. Había 51 productores censados en esa época y 40 aproximadamente eran de Río Negro, el resto era de Neuquén”.
“Por políticas públicas, por las mismas condiciones económicas del país, las producciones empezaron a caer hasta llegar a un punto en el que el año 2019 - 2020 había muy poquitos productores. El hongo era un producto gourmet de excelencia y no era buscado por un público más masivo, como están siendo hoy las producciones”, agregó.
“Después de la pandemia con la moda o con la tendencia a alimentarse más sano y que la gente busca alimentos más saludables vuelve a tener fuerza de cultivo de hongos sobre todo no solamente la parte comestible, sino también la parte medicinal, pero está en una etapa muy prístina, y no tiene un acompañamiento”
Un laboratorio local
Con su producción Valentín encontró limitantes que no pudo resolver en el tiempo necesario con el laboratorio de Neuquén, entonces “con esa problemática fui a ver qué es lo que pasaba en Río Negro. Fui muy bien atendido por el municipio de Roca, desde donde me preguntaron qué necesitaba porque evaluaron que si a mí me pasaba esto que tenía cierto recorrido, y pude articular con otros actores, era necesario para otros y se pusieron al hombro la gestión de conseguir un laboratorio. Proyecto que terminamos armando a principios de este año y quedé como responsable”.
“Fuimos de menos a más, de 0 a una cierta cantidad de kilos y el año que viene esperamos abastecer a toda la gente que quiera asomarse a la producción de hongos”, contó satisfecho.
Por aquí y por allá
“Aparte de montar el laboratorio, me dediqué a hacer talleres de producción de hongos y recorremos la provincia, estuvimos en Regina, todo lo que es Alto Valle, Cipolletti, Roca, Neuquén, fuimos a San Martín de los Andes, a Bariloche, entre otros”, contó el productor.
En los talleres surgió la necesidad de generar nuevos productores a partir de este nuevo laboratorio que se formaba, pero también porque la gente lo pedía; recorrimos la provincia y ahora tenemos una base de datos de más o menos 400 personas que han hecho el taller que en algún momento van a producir autocultivo o hacer un pequeño paso, hacer pruebas de producción para ver si el cultivo de hongos es una actividad rentable para ellos.
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