Los verdaderos cambios que necesita la producción
El flamante Programa de Promoción de Productos Neuquinos fue aprobado días atrás por la Legislatura de Neuquén. Un paso poco trascendente.
La Legislatura de Neuquén convirtió, la semana pasada, en Ley el Programa de Promoción de Productos Neuquinos. La medida impulsada por el Ejecutivo fue aplaudida por el secretario de Producción, Juan Peláez. “Está Ley generará beneficios para los supermercados de toda la provincia que tendrán un incentivo en exhibir y vender los productos neuquinos ya que un porcentaje de esas ventas podrán usarlas como crédito fiscal para imputar al pago de IIBB”, explicó el funcionario en un comunicado de prensa.
El secretario agregó, en este mismo documento llegado a la redacción de +P, varias otras cualidades que presenta la flamante Ley. Todos sus conceptos fueron políticamente correctos, pero lejos están de cumplir con las expectativas que puede tener un verdadero productor sobre un real despegue de su emprendimiento.
En primer término, los beneficios para un supermercado no pasan por vender más productos regionales. Por lo general, no están desesperados por adquirirlos. Las estadísticas privadas dan cuenta que, en las grandes superficies de Buenos Aires, representan menos del 0,1% del total de su facturación anual.
Puede que un grupo de productores -serán una decena...o con algo más de optimismo, un par más- sean beneficiados temporalmente con este tipo de Ley, pero lejos está de darle sostenibilidad a sus desarrollos. La historia así lo demuestra. Cerca de media docena de iniciativas como esta se llevaron adelante en las últimas décadas en la Provincia; todas con nombres parecidos y buscando el mismo objetivo. Duraron lo que mediáticamente pudieron sostenerse.
El tema no es ideológico, es práctico...de mercado. Los cambios en las estructuras productivas deben venir del lado de la oferta, si lo que verdaderamente se está buscando es un cambio estructural. El Estado debe dar las condiciones para que ello se produzca, pero a través de rutas adecuadas, tierras bajo riego, obras de infraestructura...pero no con una Ley que solo une a la demanda y oferta en un cordial saludo.
Hace ya más de medio siglo que en Neuquén se está hablando de la diversificación de su matriz productiva. Y uno entiende que la Provincia da para mucho más que esta noble, pero poco práctica Ley.
Hay ejemplos en el país -y en el mundo- de exitosos desarrollos productivos como para poder imitar. Y uno de ellos es neuquino: el polo vitivinícola. Hacia fines de los ‘90 y principios del nuevo siglo, el gobernador de ese entonces, Jorge Sobisch, impulsó el desarrollo integral agroindustrial para la producción de vino. En estas poco más de dos décadas, se pusieron en producción cerca de 1.800 hectáreas, un número importantes de bodegas, más de 3.000 puestos de trabajos -entre directos e indirectos-, llegando al mercado con un promedio de 7,5 millones de botellas anuales de vino.
No se puede obviar en este proyecto los errores de ejecución que existieron: las firmas que fundieron o abandonaron la iniciativa, o las irregularidades con algunos préstamos otorgados. Todos esos riesgos hay que minimizarlos al máximo. Pero esa es una de las líneas sobre la que probablemente debería trabajar Neuquén si verdaderamente quiere generar un cambio en su matriz productiva.
Otro ejemplo, no menor en importancia, ha sido el desarrollo de la producción de cerezas en la Provincia, impulsada por una decena de emprendedores que, con voluntad, esfuerzo y capital propio, pudieron colocar, en menos de una década, miles de toneladas de fruta en los grandes mercados del mundo. Aquí también se generaron una enorme cantidad de puestos de trabajo genuinos y el ingreso de divisas que tanto necesita el país.
Existe una enorme variedad de alimentos para comenzar a producir en escala en un mercado como es el de la Patagonia, que está prácticamente desabastecido de oferta local. Eso sin mencionar la demanda externa, una puerta que abre un mercado sin límites.
Neuquén tiene los organismos y capital humano como para impulsar un nuevo desafío en materia productiva, en un mundo donde el valor de los alimentos tiene cada vez más importancia. Seguramente puede generar mucho más que Ley el Programa de Promoción de Productos Neuquinos.
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