Plan de riego en Neuquén: $1.500 millones para revitalizar la agricultura en 2.300 hectáreas
Proyectan construir una cámara para atrapar los sedimentos que afectan las bombas y un ducto soterrado para derivar el agua recién captada del río.
Esta semana, la provincia de Neuquén anunció una inversión de aproximadamente 1.500 millones de pesos para optimizar el sistema de riego en la zona de Picún Leufú. Esta inversión beneficiará directamente a 300 productores y abarca unas 2.300 hectáreas.
El presupuesto oficial para esta iniciativa asciende a $1.484.543.250, con un plazo de ejecución de 300 días. La apertura de sobres para la licitación está programada para el 10 de septiembre en el salón de acuerdos de la Provincia del Neuquén.
Este proyecto, enmarcado en la Licitación Pública Nº 03/2025, tiene como objetivo principal la construcción de un sedimentador de arena en la estación de bombeo La Picacita. La obra busca reducir el ingreso de sedimentos que actualmente afectan la eficiencia de las bombas de impulsión, mejorando así la calidad del agua que abastece a los canales de riego.
La actual bocatoma del canal principal capta agua directamente del río Limay sin un desarenador adecuado, lo que provoca que los sedimentos dañen las bombas y obstruyan las acequias. La obra incluirá un derivador soterrado de hormigón armado y una cámara de sedimentación con un desagüe para facilitar la limpieza de lodos, conectándose al desagüe general ubicado a 1.300 metros aguas abajo de la estación de bombeo.
Contexto histórico
Tal como contamos en un informe de +P, el sistema de riego del Alto Valle de Río Negro y Neuquén es un pilar fundamental para la producción agrícola de la región, con una historia que se remonta a 1884, tras la colonización liderada por el General Julio A. Roca. Las primeras obras de riego se iniciaron para enfrentar los desafíos de sequías e inundaciones, permitiendo el cultivo de alfalfa, maíz, trigo y cebada en tierras inicialmente áridas.
Un hito clave en esta historia fue la construcción del Dique Ballester entre 1910 y 1918, bajo la dirección del ingeniero italiano Decio Severini, tras el fallecimiento del ingeniero Cesar Cipolletti. Esta obra monumental, con 17 compuertas de 20 metros de ancho y 420 metros de longitud total, permitió regular el caudal del río Neuquén, facilitando el riego y previniendo inundaciones. El sistema integral de riego, completado en la década de 1930, transformó el Alto Valle en un oasis productivo.
Hoy en día, el sistema de riego del Alto Valle abarca aproximadamente 65.000 hectáreas y cuenta con unos 7.800 usuarios, gestionados por siete consorcios que forman un consorcio de segundo grado para administrar el canal principal. Según Pablo Degele, jefe del Dique Ballester, el sistema opera de manera similar a como lo hacía en la década de 1930, con un diseño telescópico que comienza en el dique y termina en Chichinales. La temporada de riego se extiende generalmente de agosto a mayo, con mantenimiento realizado durante los meses de invierno.
Pilar productivo
La inversión en Picún Leufú es crucial para garantizar la sostenibilidad de la producción agrícola en la región. Al mejorar la eficiencia del sistema de riego, se asegura un suministro de agua más confiable y de mejor calidad, lo que beneficia directamente a los productores locales.
La estación de bombeo La Picacita, que eleva el agua 20 metros para luego distribuirla por gravedad, es un componente clave del sistema, y su optimización extenderá la vida útil de las bombas y mejorará el rendimiento de las 2.300 hectáreas irrigadas.
Planes de expansión en Neuquén
Si bien el proyecto actual en Picún Leufú se centra en la optimización, Neuquén tiene un potencial significativo para expandir su superficie irrigada. Un estudio de la FAO de 2015, publicado por Neuquén Informa, indicó que la provincia podría incorporar hasta 280.000 hectáreas nuevas para riego, además de las 27.000 hectáreas ya relevadas, de las cuales 19.000 están actualmente bajo riego. Este potencial representa una oportunidad significativa para el desarrollo agrícola, especialmente en áreas como el Valle Inferior del Río Limay y la meseta neuquina.
En 2017, se firmó un convenio entre los gobiernos provincial y nacional para incorporar 17.000 hectáreas en la meseta neuquina, con una inversión de más de 100 millones de dólares. Además, el Plan Nacional de Riego Sustentable 2030, mencionado por CARBAP, incluye un proyecto para ampliar y mejorar el sistema de riego en el Valle Inferior del Río Limay (Arroyito-Senillosa), con una inversión de más de 8 millones de dólares para beneficiar 3.568 hectáreas y 536 explotaciones agropecuarias.
El sistema de riego no solo es una infraestructura técnica, sino también parte del acervo cultural e identitario del Alto Valle. Los canales, que alguna vez fueron escenario de juegos infantiles para los habitantes locales, son un símbolo de la transformación de un paisaje árido en un oasis productivo.
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