Patagonia

La Patagonia ganadera toca su techo: el riego como solución ineludible

Aseguran que la única forma de crecer en la Patagonia en ganadería, será incrementando la superficie bajo riego.

Disponibilidad de energía, financiamiento, la barrera sanitaria, el cambio climático, sequías en Pampa Húmeda, y la tecnología, son los principales planetas que se deben alinear para que la producción de maíz “se pueda triplicar en los próximos 5 años”, según las metas trazadas por el gobierno de Río Negro y detalladas por el secretario de Agricultura, Lucio Reinoso. Uno de los objetivos de esta mayor oferta, es apoyar el crecimiento de la ganadería en el norte de la Patagonia.

El funcionario reconoce que “hoy el que impulsa fuertemente las nuevas áreas bajo río son los privados”, vía sistematización de suelos y la compra de equipos de riego. Y ubica al Estado en el rol de proveedor de infraestructura. Partiendo de los números actuales, donde se estima que existen 25.000 hectáreas de maíz en la provincia, se necesitarían sumar otras 50.000 hectáreas para lograr las metas oficiales.

Reinoso hizo un repaso de todas esas variables en diálogo con +P, luego de exponer ante un grupo de productores, empresarios e inversores en unas jornadas en conjunto con representantes de MAIZAR, una entidad que desde 2004 integra a todos los actores de la cadena de valor del maíz y sorgo de Argentina. Por estos días, lo que se intenta es “poder despertar el interés tanto de los productores locales, como de aquellos que quieren reconvertir parte de su producción, y de quienes son nuevos inversores”.

En este punto asoma otro jugador clave. La barrera sanitaria, que divide al país en dos: al norte libre de aftosa con vacunación, y al sur del río Colorado, que es libre de aftosa sin vacunación. Existe un dato que el sector comparte: la ganadería en Patagonia, por condiciones de clima y suelo, no puede crecer en una cabeza más de ganado. Por eso Reinoso explica que “nosotros creemos que la única forma de crecer en ganadería, será incrementando la superficie bajo riego. Y esa superficie bajo riego va a involucrar, sí o sí, la producción de pasturas y la producción de cereales con alto rendimiento. Si no tenemos esa infraestructura inicial de riego, y esa nueva superficie, no vamos a poder incrementar la productividad”.

A la larga, una mayor superficie regada podría, incluso, impactar en los precios de la carne en el mostrador. “El tema de la barrera para nosotros es una ventaja comparativa respecto del resto del país, lo que nos permite, primero, el autoabastecimiento de carne en la región patagónica; y luego, a medida que va creciendo y se va expandiendo el área, y se puede aumentar la cantidad de vacunos disponibles, acceder a mercados del circuito no aftósico internacional -generando ese diferencial del precio-, y además podríamos acomodar los precios también de la carne localmente”, agrega el funcionario.

Por eso se considera “fundamental”, sostener la barrera, para poder “acelerar el proceso de incrementar la productividad de forraje”, que también posibilitará “soportar el golpe climático de la sequía en los campos de secano con toda esa producción de forraje bajo riego, lo que evitará la pérdida de capital del productor”, que hoy se desprende de sus terneros cuando los campos flaquean de pasturas.

Las privados y el Estado

Los privados “son los que están ampliando la frontera agrícola en Río Negro, y nosotros como Estado acompañamos ese desarrollo, planificando y determinando cuáles son las áreas hacia donde apuntar los cañones”. Otros de los puntos de partida, para analizar estrategias e inversiones, es que hoy el riego presurizado (ya sea por pivots o aspersores), representa apenas el 10% del total de la producción bajo riego. El resto es gravitacional. Y son los sistemas presurizados “los que van realmente a cambiar un poco la matriz productiva”.

Para consolidar esa modalidad de producción, se hace necesario “la disponibilidad de esa energía cerca del río, para llegar con la energía y la potencia a la puerta del campo”.

El Estado provincial inauguró a comienzos del 2022, la Estación Transformadora General Conesa, a un costo 2.000 millones de pesos, que en ese momento representaban 6,5 millones de dólares. Un año más tarde, se inauguró la Estación Transformadora El Solito, a un costo de 400 millones de pesos, y la línea eléctrica de 132 KVA de 80 kilómetros hasta Pomona, valuada en 1.000 millones de pesos. Un complejo que demandó otros 4,1 millones de dólares.

Ahora restan las redes para distribuir esa energía disponible, por eso desde el gobierno están buscando financiamiento para realizar “una doble terna en 33 KVA en la zona de Negro Muerto para poder abastecer unas 15.000 hectáreas”, y por otro lado “ya presentamos un proyecto de electrificación entre Conesa y Guardia Mitre, de 85 kilómetros, con cuatro subestaciones de transformación, el cual se ha presentado en Banco Mundial, ya tenemos la no objeción, y estamos esperando que se habilite la fuente de financiamiento a nivel nacional”. Este último proyecto demanda una inversión de 15 millones de dólares, de los cuales la provincia se compromete a poner 5 millones y fue incluido en el programa “Sistemas Agroalimentarios Climáticamente Inteligentes e Inclusivos (CIAF/AGRO XXI) del Banco Mundial”. Aquí el área a regar también es de unas 15.000 hectáreas.

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Río Negro es hoy un importante abastecedor de granos para la ganadería.

Río Negro es hoy un importante abastecedor de granos para la ganadería.

Mientras se gestiona ese financiamiento, “desde el punto de vista de las consultas que estamos recibiendo en la secretaría, han tenido realmente un crecimiento exponencial”, comentó el Secretario de Agricultura. Se consulta sobre “cuáles son las zonas bajo riesgo, cómo se puede venir a invertir a Río Negro, o cuáles son las escalas”. Los interesados son “tanto de los productores locales, como productores de otras zonas que fueron afectados en las dos últimas campañas por sequías en la zona de Pampa Húmeda, y que entonces buscan algo de seguridad acá, porque nosotros -al tener agua-, prácticamente tenemos la mitad del rinde asegurado”.

Hectáreas bajo riego

En cuanto a los números de la superficie regada, se le hizo notar al funcionario algunos números disímiles entre organismos oficiales. Reconoció que “es difícil de cuantificar porque tenemos muy pequeñas parcelas, y muy grandes parcelas”.

Lo cierto es que “se está haciendo un cruce de datos con INTA, con el Departamento Provincial de Agua, con los consorcios de riego, también hemos consultando a las sociedades rurales, y eso nos da que la superficie que está afectada al área de agricultura en la provincia son cerca de 90.000 hectáreas, contabilizando la parte hortícola, la parte de forrajes, la parte de forrajes naturales que se riegan”. De ese cruce también surge una estimación sobre el maíz, con una superficie “cercana” a las 25.000 hectáreas.

Otro aspecto que se analiza en los encuentros entre representantes del sector público y los privados, es la escala del negocio del maíz en las áreas bajo riego, atento la rentabilidad de las parcelas y, acorde con esos números, acceder a maquinaria, fertilizantes y mano de obra. Sobre todo, en aquellos establecimientos donde se inicia un proceso de reconversión de frutales a pastura, como ocurre en el Alto Valle.

Por un lado, hay una línea de financiamiento desde la secretaría de Agricultura para aquellos que van a sembrar sus primeras 5 o 6 hectáreas. “La idea es que puedan aprender el manejo del cultivo, que no es complejo, porque hay que seguir 4 o 5 pasos específicamente para poder llevarlo adelante”. Otra ventaja de un cultivo anual como el maíz, es que “en seis meses vos tenés el retorno”.

Pero la clave es que la producción de grano “esté calzada con la producción de carne para tener mejor rentabilidad. Hoy los precios de la carne pagan con creces la producción de maíz”, y se calcula que “al transformar el grano de maíz en carne, prácticamente hoy estamos duplicando el valor del maíz”.

En cuanto a las herramientas, en la zona del IDEVI, en el Valle Inferior, es donde más avanzó este cultivo y en los establecimientos se pueden observar cosechadores, sembradoras y otros equipos. Sin embargo “una de las faltas que tenemos con respecto al cultivo de maíz, es la disponibilidad de contratistas que puedan venir a hacer ciertos trabajos a campo. El valle inferior avanzó bastante en esto, tanto en disponibilidad de maquinaria para cosecha, como para elaboración de silo. El Valle Medio también avanzó bastante fuerte con cosechadoras, con disponibilidad de máquinas para sembrar. Pero falta un poco más en la zona de Alto Valle y en Río Colorado”. De todos modos, el funcionario se mostró esperanzado con que “cuando se comience a incrementar la superficie, rápidamente los productores van a llegar”.

Por último, reconoció que “lo que también necesitamos sí es incorporar tecnología que nos permita ir incrementando rendimiento. Eso implica manejo de fertilización, fertilización variable, micronutrientes, densidad de siembra variable, mapas de rendimiento. Tenemos que dar un saldo tecnológico y ahí es donde queremos ir”.

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