"Tenemos que trabajar todos juntos para agrandar la ganadería, porque hoy falta carne"
Dardo Chiesa, referente del sector ganadero a nivel nacional, aseguró que la ganadería y la carne argentina debe ser promocionadas en el exterior.
Dardo Chiesa atravesó todos los eslabones de la gestión gremial e institucional. Presidente de la Rural de Macachín, en su La Pampa natal, luego de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), a través de la cual llegó a la presidencia del Instituto de Promoción de la Carne argentina (IPCVA). Con toda esa experiencia hoy coordina la Mesa de Ganados y Carnes, la que según explica es “representa desde la genética hasta los matarifes. Somos 35 cámaras, están las entidades, salvo Sociedad Rural, así que están las tres la industria frigorífica toda, están los consignatarios, el Rosgan, el Mercado Agroanadero de Cañuelas, están las razas, pero además están los pollos, están los cerdos y están los ovinos. O sea, que la mesa de la carne son las cuatro carnes. Es una mesa horizontal, no tenemos personería jurídica, no tenemos presidente, ni tampoco tesorero porque no tenemos plata”. Y agrega que “nos reunimos para generar acciones proactivas, que permitan mejorar la competitividad de todas las cadenas; y buscar soluciones o líneas de acción a problemas
comunes”.
- ¿Cuál es el último tema que han estado tratando en sus reuniones?, ¿En qué proyectos están trabajando actualmente?
- El enfoque ha estado en el tema de los cueros. Este es un asunto que hemos estado abordando desde el año pasado junto a Iraeta. Finalmente, logramos contribuir a la eliminación de un sistema de comercialización de cueros que era bastante perjudicial y que había estado vigente durante muchos años.
- Hablando sobre cueros, ¿Cómo era la situación anteriormente y cuál es la realidad actual?, ¿Qué demandas están surgiendo desde la cadena de producción?
- Históricamente, nuestra situación era la siguiente: teníamos una prohibición de exportación de cueros frescos y salados, lo que significaba que solo las curtiembres podían exportar. El producto que finalmente se exportaba era el "wet blue", un tratamiento que utiliza azul etileno, que es menos que un curtido, pero que se permitía. Las curtiembres abusaban de su posición dominante en el mercado. Además, el otro inconveniente era que se utilizaba la cotización de Chicago, lo que generaba un castigo significativo en los precios de las categorías de cuero que manejamos. Las retenciones y esta cotización hacían que nuestros cueros tuvieran poca competitividad. Esto llevó a situaciones en las que, como ha ocurrido en muchas ocasiones, el cuero no tenía valor, no se recogía o se hacía de mala gana, lo que llevó a que los frigoríficos optaran por quemarlos o enterrarlos, ya que no contaban con espacio físico para almacenarlos.
- A raíz de la tendencia hacia lo vegano y lo natural, ¿Ha disminuido la demanda de cueros en el mercado?
- Sí, efectivamente, el mercado está en declive debido a una creciente preferencia por materiales sintéticos. Sin embargo, exportamos cueros que se utilizan en la tapicería de vehículos de alta gama de marcas como Audi, Mercedes y Ferrari. Esto significa que el cuero argentino tiene un alto valor, pero este valor se reconoce una vez que llega a su destino. Es un mercado que ha estado muy cartelizado y protegido durante años, lo cual es un gran desafío.
- Si tuviera que describir la situación actual de la ganadería o de la cadena en general, ¿Cómo lo haría?
- La cadena está atravesando una fuerte tensión, con una única salida posible: el crecimiento a largo plazo. A corto plazo, la tensión es aún mayor.
- ¿A qué se debe esta tensión, especialmente en relación al consumo?
- No importa desde qué perspectiva lo analicemos. Hay una escasez de hacienda. Los mercados internacionales están deprimidos y el mercado interno carece de poder adquisitivo para aceptar aumentos de precios, pero la escasez de hacienda es real. Debemos enfocarnos en la oferta, no en la demanda. Actualmente, enfrentamos una escasez estructural de hacienda. Siempre hago la comparación con el Mundial; en 1978, éramos 25 millones de argentinos y producíamos 3 millones de toneladas de carne. Hoy, con 47 millones de argentinos, seguimos produciendo 3 millones de toneladas. Hay múltiples causas: políticas inadecuadas, la crisis de 2008 que redujo la población ganadera en 12 millones de cabezas, entre otros factores. La realidad es que tenemos la misma producción de carne para un número significativamente mayor de habitantes. Hay una falta de carne, y debemos actuar, ya que el crecimiento demográfico argentino supera el crecimiento de la producción de carne. Esto es algo que hemos estado advirtiendo desde hace tiempo, incluso en voz baja durante las administraciones anteriores, que eran intervencionistas y prohibían todo. Lo que realmente se necesita es fomentar el crecimiento del sector. A esto se suma una sequía severa y olas de calor. El año pasado, los corrales perdían 100,000 pesos por animal, mientras que hoy están ganando entre 30,000 y 40,000 pesos. Sin embargo, el porcentaje de ocupación actual es del 58%, lo que significa que todavía se vende con un retraso en la oferta. Para llenar los corrales, se requieren 120 a 150 días para engordar los animales. Aquellos que cuentan con pasto lo tienen gracias a las lluvias, y los que pueden proporcionar alimento seguirán haciéndolo. En resumen, enfrentamos al menos seis meses de escasez estructural. Si hay un fin de semana de lluvia y no se puede cargar la hacienda, los precios se dispararán.
- Ya se ha comenzado a hablar del aumento del precio de la carne en las góndolas...
- Así es. Debemos considerar que el precio de la carne estuvo rezagado más del 40% respecto a la inflación del año pasado. Nadie se quejó en su momento. Hoy está reajustando los precios, pero es fundamental entender que la carne necesita crecer. Si se vuelve a manipular el mercado, eventualmente nos veremos obligados a importar carne.
- Frente a esta situación, ¿la cadena está sufriendo tensiones?
- La cadena está en tensión. Actualmente, los productores de cría están obteniendo buenos precios por sus terneros debido a la escasez. Los feedloteros necesitan llenar sus corrales, y el proceso debe funcionar. Un invernador que ahora está viendo ganancias, había estado perdiendo mucho hasta diciembre o principios de enero. El proceso está en recuperación, pero si salen a comprar y el dinero es caro, la ecuación no les favorece. Un frigorífico tiene que lidiar con insumos, mercadería, energía y paritarias. Aunque la carne está ajustando precios, la energía ha aumentado y había que ajustar la ecuación energética del país, que había estado estancada por subsidios. Además, las paritarias están por encima de la inflación. No estoy diciendo que esto esté mal; la gente necesita un salario justo. Sin embargo, la ecuación se complica. Los frigoríficos más formales están perdiendo dinero, aunque no puedo especificar si es mucho o poco. La ecuación no es favorable. Los mercados internacionales están deprimidos y están buscando alternativas. China no está comprando como antes y los precios no se sostienen. En el mercado interno, también hay dificultades para validar los precios. No obstante, es importante recordar que la carne sigue siendo un alimento accesible en comparación con sus sustitutos.
- ¿Esta situación de tensión genera conflictos dentro de la cadena?
- Creo que, más que nunca, se están buscando procesos de integración. He observado frigoríficos que buscan integrar a sus productores, enfocándose en la calidad más que en la cantidad. Hay un cambio en la mentalidad, y todos están considerando cómo afecta cada eslabón al anterior o al posterior para encontrar soluciones. Todos somos conscientes de que esto es un problema estructural. Desde la mesa de trabajo, estamos buscando maneras de aumentar la oferta para generar un salto cualitativo.
- La semana pasada, emitieron un comunicado en el que mencionaban el trabajo realizado en torno al Instituto de Promoción de Carne Vacuna y el ataque de ciertos sectores de la producción. ¿Cómo se desarrolló esto?, ¿Qué está sucediendo?
- La semana pasada tuvimos nuestra reunión mensual. Estas reuniones son tanto presenciales como virtuales, ya que no todos pueden viajar. Durante la reunión, se presentó un informe sobre las acciones y otro sobre las exportaciones, el consumo interno y el Mercado Ganadero de Cañuelas y el Rosgan. Se cubren todos estos aspectos en relación con la carne vacuna. Luego, pasamos a los temas de pollos y cerdos y se aborda lo mismo. Al llegar al apartado de "Varios", un representante de CAMyA (Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores), que participaba de manera virtual, solicitó la palabra. En ese momento, lanzó un ataque muy agresivo contra el IPCVA, algo con lo que no estoy de acuerdo. Esto generó un fuerte rechazo y se propuso una moción de orden, que fue votada y dio lugar a la emisión de un comunicado. Los representantes de pollos, cerdos y ovinos no votaron, ya que el tema era específico de la carne vacuna, pero todos los otros votaron a favor, excepto CAMyA. La Federación de la Carne también estuvo a favor del instituto. Por lo tanto, decidimos emitir un comunicado defendiendo al Instituto de Carnes, destacando sus mayores logros, aunque no todos, pero sí los más relevantes. En la misma línea, solicitamos una audiencia con el ministro Sturzenegger para que nos escuche.
- ¿Ya se ha concretado esa audiencia?
- No, aún no.
- ¿Qué puntos van a plantear en la reunión con Sturzenegger?
- Vamos a hablar sobre el Instituto, que es similar a los que existen en otros países del mundo para la promoción de carne. El único país que tiene un instituto que promociona todos los productos cárnicos es Irlanda. Australia, Estados Unidos, Inglaterra y Francia cuentan con sus propios institutos, y estos son financiados por el sector privado. Aquí en Argentina, en el directorio del IPCVA, hay un representante del Estado, que es el secretario de Agricultura. El síndico es designado por el Estado Nacional y depende de la Sindicatura General de la Nación. Hay muchas cosas que podemos contarle: la primera carne que se consumió en China la llevamos nosotros en avión, casi como un regalo diplomático, y firmamos el convenio para abrir el mercado chino, invitamos por los chinos a pesar de que el gobierno de Cristina no estaba a favor. Viajé invitado por la China Meat. Así que, ¿Qué significa China para Argentina? Es fundamental, y eso es lo que representa el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna. Hay mucho que destacar. Durante el kirchnerismo, nadie promovía exportaciones porque no querían que se exportara nada. Con los valores actuales, esto se logra con una contribución mínima de productores y frigoríficos. Con el esfuerzo del IPCVA, podemos trabajar juntos para expandir la ganadería, ya que, hoy en día, hay una falta de carne.
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