Atraso cambiario

Se acentúa el atraso cambiario y la política regional solo atina a ser un simple espectador

El BCRA reduce la tasa de devaluación al 1% mensual profundizando el atraso cambiario ya existente. Empresas y productores ingresarán en una compleja crisis.

El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dio a conocer ayer una modificación sustancial en el esquema cambiario al disponer que la tasa de variación del dólar oficial pase de 2% a 1% mensual, a la luz del 'favorable' resultado de la inflación de diciembre que se ubicó en 2,7%. Pero no todo lo que brilla es oro. Las buenas noticias que significan, para ciertos sectores, el recorte de la tasa de devaluación, no lo son para las economías regionales que sufren un atraso cambiario importante y esta nueva medida lo único que hace es profundizar la crisis por la que están atravesando las distintas actividades productivas ligadas fundamentalmente a la exportación.

La fruticultura del Valle de Río Negro y Neuquén no queda fuera de este esquema. La noticia había sido anticipada este fin de semana en estás mismas páginas, ya que el mercado preveía un recorte tanto de la tasa de devaluación como así también de la tasa de interés que toma como referencia el BCRA.

¿Por qué esta medida impacta en forma negativa sobre las fuerzas productivas de la Argentina? Se dice que hay atraso cambiario cuando el precio de los bienes y servicios de una economía está atrasado con respecto a los de un grupo de países en los cuales se realizan transacciones comerciales. En este sentido, el BCRA elabora periódicamente el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), un indicador que compara el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto a la de los principales socios comerciales del país. Hoy este indicador se ubica por debajo del nivel de noviembre de 2023, lo que muestra que estamos peor en términos de competitividad respecto de la última etapa del Gobierno anterior.

En este contexto, recortar la tasa de devaluación al 1% con una inflación superior al 2% mensual lo único que hará será profundizar aún más el atraso cambiario en la economía argentina. Si el peso argentino se sigue apreciando (es decir, aumenta su valor) respecto a otras monedas, las exportaciones de nuestro país aumentarán su pérdida de competitividad porque nuestros productos seguirán encareciéndose en relación al de los otros países.

El recorte del 'crawling peg' determinará que los precios internos suban por encima del nivel de devaluación. Este fenómeno es conocido como “inflación en dólares”, y surge de la diferencia entre la inflación y el ritmo de la devaluación. Los precios en la Argentina ya están incrementando de manera continua por encima del tipo de cambio, y el país se vuelve caro, pierde competitividad y se ven resentidas las exportaciones, al mismo tiempo que se alientan las importaciones.

El Gobierno Nacional con esta medida insiste en apalancarse en el tipo de cambio como ancla inflacionaria. Si bien este esquema le puede ayudar en el corto plazo a generar en la sociedad cierta 'sensación' de estabilidad económica -clave en un año electoral- en el mediano y largo plazo es una estrategia muy dañina para la matriz productiva de la Argentina.

Llama la atención, en este sentido, la falta de reacción de los representantes de Río Negro y Neuquén en el Congreso de la Nación, como así también la de los Gobernadores de ambas provincias que no levantan su voz frente a este panorama que pone en jaque a la actividad productiva de todo el norte de la Patagonia. Peras, manzanas, cerezas, frutos secos, lanas, vinos y carnes; sistemas todos ellos que se encontrarán frente a un aumento de sus costos internos en dólares insostenible, que los hará inviables económicamente en el mediano plazo.

Con la cosecha de frutas en marcha, el Valle de Río Negro y Neuquén se debate hoy en como hacer para poder sobrevivir en este nuevo escenario que solo llena de nubarrones el horizonte de supervivencia de muchas empresas y productores regionales. La política local no puede quedar ajena a este nuevo contexto, como un simple observador de la realidad. Debe ponerse a la altura de las circunstancias. Es mucho lo que hay en juego.

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