El Gobierno aceleraría el atraso cambiario recortando la tasa de devaluación
El Banco Central podría recortar esta semana la tasa de devaluación. El Gobierno insiste en que no existe el atraso cambiario.
Comienza una semana de definiciones para el mercado financiero. El Gobierno nacional evalúa ajustar algunas variables clave que van a tener incidencia en la evolución de la economía. Pasado mañana se conocerá la inflación de diciembre a nivel nacional, que dará a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), y junto con este dato, el cierre del primer año calendario de gestión del presidente Javier Milei en materia de precios.
Con el nuevo número el Banco Central de la República Argentina (BCRA) definirá un nuevo ajuste sobre la política monetaria en relación al precio del dólar oficial y la tasa de interés de referencia. Cabe recordar que el Gobierno viene señalando que, si la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) se mantiene en la zona en torno al 2,5% mensual, se reducirá la tasa de devaluación (crawling peg) del 2% al 1% mensual. La medida se podría anunciar esta misma semana si los números van en línea con los que maneja el Gobierno. El último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publica el BCRA dio una inflación para diciembre del 2,7%.
Reducir la tasa de devaluación en un marco de inflación todavía elevada, sin dudas profundizará el atraso cambiario que está sufriendo la economía argentina. Hay una estadística que refleja con claridad lo que esta ocurriendo con la competitividad del dólar: el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM). Tal como señala el BCRA, este índice mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales 12 socios comerciales del país, en función del flujo de comercio. Se obtiene a partir de un promedio ponderado de los tipos de cambio reales bilaterales. Se considera la evolución de los precios de las canastas de consumo representativas de los socios comerciales expresados en moneda local en relación con el valor de la canasta de consumo local, constituyéndose como una de las medidas amplias de competitividad del tipo de cambio.
El ITCRM, al cierre de la semana pasada, se ubicaba en 78 puntos, un valor por debajo del observado el 11 de diciembre de 2023, el día después de la asunción del presidente Milei y previo a la devaluación de más del 100% ejecutada pocas horas después. Durante los últimos días de la administración de Sergio Massa como ministro de Economía de la Nación, el atraso cambiario que estaba sufriendo la economía argentina era evidente y fue mencionado en tono crítico por la mayor parte de los economistas, inclusive en ese momento por el mismo diputado nacional y candidato a presidente de país, Javier Milei. Hoy esa situación es aún más crítica en términos de competitividad cambiaria.
Reducir el crawling peg al 1% mensual con una tasa de inflación en torno al 2% (o más) acelerará los costos internos que tienen hoy las empresas en dólares, quitando competitividad a la oferta exportable argentina y, por el otro lado, favorecerá la importación de todo tipo de productos ante un escenario de 'peso fuerte'. Exactamente lo mismo ocurrirá con otra actividad clave para el país: el turismo. Crecerán los viajes de ciudadanos argentinos al exterior y disminuirán las visitas de extranjeros.
Quien se metió días atrás en esta discusión, fue el reconocido economista Domingo Cavallo. El exministro de Hacienda de la gestión de Carlos Menem, alertó por el atraso cambiario, señalando que la situación es similar a la del fin de la convertibilidad. Aseguró, por otra parte, que “existe una apreciación real exagerada del Peso” de alrededor del 20% y aconsejó al Gobierno a salir del cepo y bajar las retenciones.
Pero la verborragia de Javier Milei no se hizo esperar. “Una vergüenza su declaración. Me sorprende para mal su juicio tan ligero y tan mal fundamentado técnicamente para hacer un disparo de estas características”, apuntó el Presidente respecto a las declaraciones del exministro.
Independientemente de la diatriba que existe en el debate sobre el tema, en la región del Valle de Río Negro y Neuquén, un polo productivo de frutas frescas e industrializadas, el atraso cambiario se hace sentir con fuerza, generando un importante pérdida de competitividad sobre la actividad. Una situación que está golpeando con dureza sobre las empresas y productores primarios de toda esta zona del norte de la Patagonia. Las economías regionales del resto del país reflejan estos mismos síntomas.
¿Más atraso cambiario?
En el mediano plazo, pareciera que el escenario no sería mucho mejor. El Presidente también anticipó que si consigue estabilizar la inflación en torno al 1% mensual durante el primer trimestre del año, el precio del dólar oficial pasaría a tener un valor fijo. Asegura que bajo esta lógica, un menor ritmo de depreciación se traduciría en variaciones más bajas del IPC que en el inicio del 2025 estarán apalancados por la eliminación del Impuesto PAIS sobre las importaciones. Todas estas definiciones muestran a las claras que el atraso cambiario llegó a la Argentina para quedarse por un buen tiempo.
Desde el Gobierno aseguran que la competitividad de la economía se verá reforzada cuando lleguen los cambios sobre la matriz impositiva, laboral y financiera; temas todavía pendientes de resolución y que -se estima- puedan tener impacto efectivo sobre las empresas y actividades productivas recién a partir de 2016.
En un nuevo informe, la banca JP Morgan proyectó que la inflación mensual promediará el 2% mensual en el primer trimestre, bajo el supuesto de desaceleración del crawling peg del 2% al 1% a partir de enero. Los rendimientos implícitos de los bonos locales se mueven en esa misma expectativa y por ello se espera también una baja en los niveles de la tasa de referencia.
El desafío para el BCRA en ese contexto será mantener el equilibrio entre tasa de interés, movimiento del dólar e inflación para dar certidumbre a los inversores. La tasa de referencia de la autoridad monetaria bajó del 35% al 32% nominal anual, lo que se traduce en 2,6% efectivo mensual. Sin embargo, no se descarta que, tras los posibles ajustes sobre la devaluación del tipo de cambio, la tasa de interés perfore en los próximos días el piso del 30% anual en línea también con las proyecciones de inflación para todo el año en curso.
El objetivo final del Gobierno con todo este tipo de ajustes en la política monetaria es poder salir del cepo cambiario antes del cierre del primer semestre de este año, permitiendo así el ingreso de inversiones productivas al país -a partir de 2026- lo que generaría un impulso importante para la economía argentina. Mucho tiempo de espera para empresas o sectores que hoy están en crisis por el atraso cambiario que tiene la economía argentina.
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