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Arándanos rojos: el superalimento que transforma la agricultura en Chile

Los arándanos rojos —conocido por sus propiedades antioxidantes y su peculiar cosecha bajo el agua— empiezan a expandirse en el sur de Chile.

En un contexto global marcado por la creciente demanda de alimentos funcionales y saludables, los arándanos rojos (Vaccinium macrocarpon), comúnmente conocidos como cranberry, están ganando un lugar protagónico en la industria agroalimentaria. Aunque su cultivo estuvo históricamente concentrado en América del Norte, en las últimas décadas se observó un interés creciente por diversificar su producción y ampliar su presencia en mercados internacionales. En este escenario, Chile seconvirtió en el único país de América Latina con producción comercial relevante, marcando un hito en la expansión geográfica de este cultivo de características únicas.

Actualmente, la producción mundial de arándano rojo está altamente concentrada. Estados Unidos lidera con más del 60% del total global, seguido por Canadá, que aporta otro 30% aproximadamente. Estos dos países conforman el núcleo tradicional del cultivo, aprovechando condiciones climáticas específicas, suelos ácidos y décadas de desarrollo agronómico. En Estados Unidos, los principales estados productores son Wisconsin, Massachusetts, Nueva Jersey, Oregon y Washington. Wisconsin, en particular, representa cerca del 60% de la producción estadounidense y ha desarrollado una industria consolidada que combina investigación, tecnología e innovación. Por su parte, en Canadá, la provincia de Columbia Británica se ha transformado en un polo de producción, con inversiones tanto públicas como privadas orientadas a expandir la superficie cultivada y diversificar la oferta.

Más allá de América del Norte, países como Chile, Países Bajos y algunas regiones del este de Europa han comenzado a desarrollar plantaciones con fines comerciales, aunque todavía en volúmenes menores. Sin embargo, el interés por esta fruta continúa creciendo, impulsado por su valor nutricional, sus múltiples aplicaciones industriales y la alta rentabilidad potencial que ofrece cuando se maneja adecuadamente.

Chile: pionero en América Latina

Chile se está consolidado como el único país de América Latina con producción comercial de arándano rojo, una hazaña que se explica por la combinación de factores agroclimáticos favorables, experiencia en exportación frutícola y una institucionalidad agrícola sólida. La zona sur del país, especialmente las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Ríos, presenta suelos ácidos, abundante disponibilidad hídrica y temperaturas templadas que permiten el desarrollo de variedades adaptadas al cultivo. Aunque la superficie plantada aún es limitada, el interés de productores y exportadores por incorporar el cranberry a su portafolio va en aumento, especialmente considerando el posicionamiento exitoso del arándano azul (blueberry) chileno en los mercados internacionales.

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 La zona sur de Chile presenta suelos ácidos, abundante disponibilidad hídrica y temperaturas templadas que permiten el desarrollo de variedades adaptadas al cultivo.

La zona sur de Chile presenta suelos ácidos, abundante disponibilidad hídrica y temperaturas templadas que permiten el desarrollo de variedades adaptadas al cultivo.

Además, Chile cuenta con una infraestructura exportadora avanzada y tratados de libre comercio con más de 60 países, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea, China y Japón. Esto facilita la proyección del arándano rojo chileno hacia nichos de alto valor, especialmente en formato procesado.

A diferencia de otros berries, el arándano rojo tiene un perfil organoléptico que lo hace poco apto para el consumo en fresco. Su sabor es marcadamente ácido y astringente, lo que ha llevado a que más del 90% de la producción global se destine a la industria de alimentos procesados. Entre sus presentaciones más comunes se encuentran los jugos, concentrados, deshidratados, purés, cápsulas y extractos.

Este patrón de consumo es determinante en el desarrollo de una agroindustria robusta en los países productores, donde el valor agregado juega un rol esencial. Por ejemplo, el jugo de arándano rojo es ampliamente consumido como suplemento natural para prevenir infecciones del tracto urinario, mientras que los deshidratados se utilizan en la industria panadera, de snacks y chocolates. Asimismo, los extractos y polvos estandarizados han ganado espacio en el segmento nutracéutico y farmacéutico.

En el caso chileno, la industria comenzó a apostar por este modelo, focalizándose en la exportación de fruta congelada, jugos y productos deshidratados, en formatos a granel o terminados, dirigidos principalmente a mercados en Asia, Europa y América del Norte.

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La tecnología es clave para el desarrollo del producto.

La tecnología es clave para el desarrollo del producto.

Una cosecha entre aguas: eficiencia y singularidad

Una de las características más llamativas y singulares del cultivo del arándano rojo es su método de cosecha: la inundación controlada de los campos. Este proceso, denominado wet harvest, consiste en anegar los cultivos justo al momento de cosechar, lo que permite que los frutos maduros —que contienen pequeñas cámaras de aire— floten sobre la superficie del agua. Posteriormente, máquinas especializadas agitan el agua para desprender los frutos, que son recogidos mediante barreras flotantes y sistemas de succión. Este método es altamente eficiente en términos de volumen recolectado, especialmente cuando la fruta está destinada a la industria, y permite minimizar el daño mecánico al cultivo.

Un excelente video de Reporte Agrícola nos muestra con detalle la producción y cosecha de la firma trasandina CranChile.

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Cabe señalar que esta técnica requiere un manejo hidráulico avanzado, ya que los campos deben estar diseñados para permitir una rápida inundación y drenaje. Esto incluye la construcción de diques, canales, compuertas y sistemas de bombeo, lo cual implica una inversión inicial significativa. Sin embargo, los beneficios en términos de rendimiento y calidad justifican el esfuerzo técnico y financiero.

El arándano rojo representa una excelente oportunidad para diversificar la matriz exportadora chilena de frutas. Su perfil funcional, su baja perecibilidad cuando se procesa y la posibilidad de generar productos de alto valor lo hacen especialmente atractivo para productores con visión de largo plazo.

Sin embargo, existen desafíos que deben ser abordados para consolidar este cultivo en el país. Entre ellos se incluyen:

- Desarrollo varietal: La adaptación de variedades norteamericanas a las condiciones chilenas aún requiere más investigación.

- Tecnificación del riego y cosecha: La implementación de sistemas de inundación y drenaje controlado no está ampliamente difundida en el país.

- Articulación industrial: Es fundamental fortalecer el vínculo entre productores y agroindustrias para asegurar canales de procesamiento y exportación estables.

- Promoción internacional: Posicionar el arándano rojo chileno en mercados exigentes requerirá campañas de marketing alineadas con sus beneficios funcionales y trazabilidad de origen.

El arándano rojo es mucho más que un ingrediente de moda o un producto de temporada. Se trata de un cultivo con historia, valor nutricional comprobado, singularidad agronómica y un futuro prometedor. Chile, con su capacidad técnica, su experiencia exportadora y su vocación agrícola, tiene todo el potencial para convertirse en un nuevo referente de este cultivo a nivel global. La apuesta por el cranberry no solo es una oportunidad económica, sino también una invitación a diversificar, innovar y explorar nuevos caminos en la agricultura moderna del siglo XXI.

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