Brasil: importaciones de peras alcanzan récord, pero precios en descenso afectan a exportadores argentinos
Brasil compró más de 118 mil toneladas de peras, en su mayoría argentinas. El precio promedio cayó un 10% Preocupación en los exportadores del Valle.
Brasil continúa siendo, sin lugar a dudas, uno de los mercados más importantes del globo y, especialmente, de Sudamérica, debido a los elevados niveles de consumo que presenta en casi todos los rubros alimenticios. En el caso de las peras, este fenómeno se hace aún más evidente: año tras año, las importaciones de Brasil sobre este producto registran incrementos sostenidos, consolidando al país vecino como un destino estratégico para los exportadores del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.
Según datos recientes, en los primeros ocho meses de 2025 las importaciones de peras por parte de Brasil totalizaron 118.700 toneladas, cifra que representa un crecimiento interanual superior al 3%. Si la comparación se realiza con el promedio de los últimos cinco años —entre 2020 y 2024—, el incremento asciende al 21%, lo que confirma la solidez de la demanda en este mercado.
La fuerte participación de la pera argentina en las góndolas brasileñas no es casual. Más del 90% de las peras importadas por Brasil provienen de la oferta exportable del Alto Valle, lo que refleja una concentración poco común en el comercio internacional de frutas. Esta hegemonía responde a dos factores clave: la competitividad de precios y la cercanía geográfica. Ambas condiciones le otorgan a la Argentina una ventaja que, por ahora, resulta difícil de igualar tanto para competidores del hemisferio sur, como Chile y Sudáfrica, como para los del hemisferio norte, entre ellos España, Portugal e Italia.
Desde hace años, las peras argentinas dominan el mercado brasileño, pero en las últimas temporadas esta participación alcanzó niveles inéditos. En 2025, por ejemplo, superó el 90% del total de las importaciones, un porcentaje que reafirma la dependencia de Brasil de la producción del Valle rionegrino y neuquino.
Señales de enfriamiento en el segundo semestre
Sin embargo, al desagregar las estadísticas mensuales de 2025, aparecen señales de enfriamiento en la demanda. En agosto, Brasil importó 12.700 toneladas de peras, un volumen 7% inferior al registrado en el mismo mes del año anterior. Si se compara con el promedio de las últimas cinco campañas, la cifra todavía muestra un crecimiento del 7%, pero el dato es menos alentador cuando se analiza en perspectiva interanual.
Lo mismo ocurrió en julio, lo que confirma una tendencia a la baja en el segundo semestre. Según operadores del mercado, este retroceso responde principalmente a dos factores: la desaceleración de la economía brasileña, que modera el poder adquisitivo de los consumidores, y la mayor competencia de otras frutas frescas que ganaron espacio en las preferencias del público, compitiendo directamente con la pera argentina.
Más allá de estas fluctuaciones, Brasil sigue representando un mercado de altísimo valor para las exportaciones argentinas de peras. Actualmente, concentra cerca del 30% del total del comercio externo de este producto. Si el análisis se restringe al segundo semestre, la participación brasileña supera el 50%, lo que resalta la dependencia de los envíos hacia ese destino.
Este nivel de concentración obliga a los exportadores del Valle a mantener abierta la plaza brasileña con una oferta estable y de calidad. Cualquier retroceso en este mercado tendría un impacto directo sobre la cadena frutícola regional, que ya enfrenta serias dificultades para colocar la fruta en el mercado interno argentino.
Precios en caída: la otra cara del negocio
El escenario de las peras en 2025 no se explica únicamente por los volúmenes. El tema de los precios es quizás el factor más preocupante. En los primeros ocho meses del año, el valor CIF promedio de importación de peras en Brasil fue de 0,98 dólares por kilo, lo que representa una caída del 10% en comparación con la temporada anterior.
Para los exportadores argentinos, esta baja es un verdadero llamado de atención. La reducción de precios en destino se combina con un incremento de los costos internos en dólares, producto de la pérdida de competitividad que arrastra la economía argentina. Esta doble presión genera márgenes cada vez más ajustados y pone en riesgo la rentabilidad de la actividad para este tipo de producto.
Si bien los 0,98 dólares se ubican por encima del promedio de los últimos cinco años, el contraste con 2024 resulta negativo y condiciona las expectativas de los productores y empacadores del Alto Valle.
El diferencial de precios en el mercado brasileño muestra con claridad la estrategia competitiva de la Argentina. Según cifras oficiales, en los primeros ocho meses de 2025 el valor CIF promedio de las peras argentinas fue de 0,92 dólares por kilo, muy por debajo de lo que registraron otros países proveedores.
En el mismo período, los envíos europeos alcanzaron valores superiores a 1,70 dólares por kilo, mientras que Chile se ubicó en torno a 1,28 dólares por kilo. Este gap evidencia que el factor precio sigue siendo determinante para sostener la hegemonía de la Argentina en el mercado brasileño. Sin embargo, la contracara es la presión sobre los márgenes de rentabilidad de los exportadores locales.
Expectativas para el cierre de 2025
De cara al último cuatrimestre del año, distintos operadores anticipan que las exportaciones de peras argentinas a Brasil mantendrán la tendencia a la baja observada en julio y agosto. La combinación de una economía brasileña más lenta y una menor oferta exportable disponible en las cámaras frigoríficas del Alto Valle limitará los envíos, aun con la ventaja de precios frente a otros competidores.
El desafío para la fruticultura argentina será, entonces, equilibrar los volúmenes y los precios en un mercado que sigue siendo fundamental, pero que muestra síntomas de saturación. Mantener la fidelidad del consumidor brasileño y garantizar una calidad homogénea de la fruta aparecen como las principales cartas para evitar un retroceso mayor en las ventas.
En definitiva, Brasil continuará siendo un destino imprescindible para la pera argentina. Su tamaño, cercanía y hábito de consumo lo convierten en una plaza irremplazable para el Alto Valle de Río Negro y Neuquén, regiones que dependen en gran medida de este vínculo comercial.
Sin embargo, la coyuntura de 2025 deja una enseñanza clara: no alcanza con dominar el mercado en términos de volumen si los precios caen y la rentabilidad se erosiona. La diversificación de destinos y la búsqueda de una mayor competitividad interna aparecen como objetivos ineludibles para garantizar la sustentabilidad de la actividad en los próximos años.
Fuente: Redacción +P.
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