Cae el stock de frutas; preocupa el impacto de los costos y la importación
El stock de peras y manzanas registró una caída interanual del 14% al cierre de abril. Mientras los costos aumentan y la demanda se mantiene fría.
La existencia de peras y manzanas en las cámaras frigoríficas de la provincia de Río Negro alcanzó, al cierre de abril de 2025, las 381.119 toneladas. Este volumen de stock representa una caída interanual del 14%, en comparación con el mismo período del año anterior, según lo indica un reciente informe de la Secretaría de Fruticultura provincial. El dato confirma una tendencia de contracción en los niveles de fruta almacenada, con impactos diferenciados entre especies y condicionada por factores como el consumo interno, el incremento de costos y la amenaza de competencia externa.
El informe, basado en las Declaraciones Juradas presentadas por 109 frigoríficos —de un total de 166 industrias— refleja una participación del 66%, un porcentaje bajo en relación con los niveles de respuesta habituales de los últimos años. Aun así, los datos permiten trazar un panorama sobre la disponibilidad actual de fruta en frío, y sus proyecciones hacia los próximos meses. Hay que destacar que Río Negro concentra poco más del 85% del total de la capacidad de frío en la región.
Del total de fruta almacenada en la provincia, un 54% corresponde a manzanas y el restante 46% a peras. Las manzanas, al cierre de abril, sumaban poco más de 204.400 toneladas, lo que representa una baja interanual del 4% y un descenso del 1% en relación con la media de las últimas cinco temporadas (2020-2024).
En el caso de las peras, el retroceso es más marcado: los stocks actuales alcanzan 176.600 toneladas, con una caída del 23% respecto de abril de 2024 y un 4% menos que el promedio de los últimos cinco años.
En diálogo con este medio, el secretario de Fruticultura de Río Negro, Facundo Fernández, explicó que “la situación del stock de almacenamiento es relativamente normal según los registros históricos”. Sin embargo, advirtió que en el caso de la variedad Packham’s Triumph —una de las más representativas dentro del segmento de peras— “hay un 15% menos que en la cosecha del año pasado”, aunque se ha observado un “leve incremento en el consumo”.
“En manzana, tanto en rojas como en verdes, el volumen actual es similar al del año anterior: hay un poco menos de roja y un poco más de verde. La demanda hoy es baja, pero lógica para esta época de frío”, indicó Fernández. Según su análisis, la expectativa es que el volumen de ventas se reactive a partir de agosto, cuando tradicionalmente se consolida el consumo interno. “Está equilibrado: no va a sobrar y no va a faltar. Eso es lo que estamos viendo por ahora”, sostuvo.
Costos en alza y competencia externa
Pese a que el volumen disponible parece suficiente para abastecer al mercado interno, desde el sector advierten sobre dos factores que podrían alterar la dinámica en los próximos meses. El primero es el incremento sostenido de los costos de almacenamiento, especialmente por el precio de la energía. “Eso puede acelerar algunas ventas y modificar el ritmo habitual de salida de fruta de las cámaras”, explicó el secretario.
El segundo punto de atención es la posible entrada de fruta importada desde otros mercados. Fernández mencionó que “hay que estar atentos a la fruta del hemisferio norte que empieza a llegar el mes que viene”, así como a productos tropicales o frutas de carozo provenientes de Europa y países limítrofes, que, con el actual tipo de cambio, “están abiertas a competir en precio con nuestras manzanas y peras”.
Estas condiciones abren un escenario incierto para los productores y empacadores del Valle de Río Negro y Neuquén, quienes deben enfrentar no solo el desafío de sostener el consumo interno en un contexto económico adverso, sino también competir con importaciones potencialmente más baratas.
Expectativas y cautela
Mientras tanto, desde el sector productivo predomina una postura de cautela. A diferencia de otros años, donde la preocupación pasaba por la sobreoferta o la caída de exportaciones, en 2025 los desafíos parecen concentrarse en el equilibrio entre stock disponible, costos crecientes y un mercado con poder adquisitivo limitado.
A medida que avance la temporada, el comportamiento del consumidor y la evolución del comercio internacional serán claves para determinar si este año logrará cerrar con márgenes razonables para toda la cadena frutícola regional.
A continuación el informe completo de la secretaría de Fruticultura:
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