China

Las peras de China reabren el debate sobre los costos de producir en Argentina

Advierten sobre la pérdida de competitividad frente a China y reclaman una revisión profunda del sistema impositivo.

La reciente importación de un contenedor con peras proveniente de China encendió las alarmas entre los productores frutícolas del Alto Valle de Río Negro, una de las regiones más importantes en la producción de peras y manzanas de Argentina. Se trata de un embarque de 2.597 cajas de fruta fresca proveniente de la provincia de Hebei, China, enviado por la empresa Botou Dongfang Fruit Co., Ltd., por un valor aproximado de 25.420 dólares. Esta operación marca la primera exportación oficial de peras chinas al mercado argentino.

La noticia generó un fuerte revuelo entre los actores del sector frutícola regional, que enfrenta una situación compleja caracterizada por altos costos internos, escasez de financiamiento, presión fiscal y un tipo de cambio oficial que afecta la competitividad de los productores locales frente a otras potencias exportadoras como Chile, Sudáfrica y Australia.

En este contexto, el secretario de Fruticultura de Río Negro, Facundo Fernández, brindó declaraciones a la revista Chacra, donde explicó la postura del gobierno provincial ante esta apertura comercial. Si bien reconoció que la importación está orientada a comunidades orientales radicadas en Argentina, advirtió que el ingreso de productos frutícolas foráneos debería ser una oportunidad para repensar el esquema productivo nacional.

“Desde el gobierno de Río Negro entendemos la necesidad y acciones relacionadas con el ingreso de productos importados. La importación de peras chinas apunta al consumo de las comunidades orientales en la Argentina. Estamos convencidos de que las acciones no deberían apuntar a restringir ingresos, sino a darle más herramientas de competitividad a los productos locales”, expresó Fernández.

En cuanto al precio, se estima que estas peras orientales podrían comercializarse a valores iguales o incluso inferiores que los de la fruta nacional, lo cual podría presionar aún más al sector. Fernández remarcó la necesidad de revisar el régimen impositivo y las políticas de incentivo a las exportaciones: “El hecho de que alguien pueda producir peras a más de 20.000 km de distancia y llegue a la Argentina más barata de lo que puede producirse acá, invita al menos a revisar nuestra carga impositiva y nuestro régimen de incentivo a las exportaciones”.

El funcionario explicó que las peras importadas pertenecen a variedades orientales específicas, con características físicas y organolépticas distintas a las variedades producidas en el Alto Valle. “Tienen cáscara rugosa, son más redondas, jugosas pero con menos azúcar”, describió, y añadió que los costos operativos y logísticos en China son considerablemente menores. En Río Negro, la mano de obra representa alrededor del 55% del costo total de producción, con salarios promedios de 1.200 dólares mensuales.

Impacto de las importaciones de China

Sobre el impacto potencial en el empleo regional, Fernández fue categórico: “No creemos que esta importación tenga un impacto en el empleo, considerando que el 90% de la producción local se destina a la exportación y los mercados principales son Brasil, Rusia, Estados Unidos y la Unión Europea”.

También hizo hincapié en los aspectos sanitarios relacionados con el ingreso de frutas importadas. “Hay un protocolo definido por parte de SENASA, pero hay que trabajar también en esos puntos. Los requisitos de ingreso deberían ser iguales a los que China aplica al ingreso de nuestras peras”, advirtió.

Para enfrentar el difícil presente del sector, la Secretaría de Fruticultura implementó recientemente una línea de crédito sin interés destinada a más de 400 productores de hasta 150 hectáreas. “Este es un auxilio para salir del atolladero financiero actual”, explicó Fernández, quien también adelantó que se está trabajando en financiamiento para las labores culturales del invierno. A mediano y largo plazo, los ejes de trabajo incluyen el acceso a créditos de largo plazo con tasas subsidiadas, estímulos para la incorporación de maquinaria importada, y una reducción impositiva general, incluyendo la baja del IVA en energía eléctrica destinada a producción.

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Las variedades de peras de China son distintas a las que se consumen en el mercado interno argentino. 

Las variedades de peras de China son distintas a las que se consumen en el mercado interno argentino.

Fernández destacó también la necesidad de recuperar incentivos a la exportación, como reembolsos por puertos patagónicos, dado que “Río Negro cuenta con un puerto eficiente pero alejado de las rutas de transporte marítimo internacional, lo que eleva los costos logísticos”.

Consultado sobre cómo diferenciar los productos locales en los mercados globales, el funcionario resaltó la trayectoria exportadora de la región y la presencia de certificaciones de calidad como BPM, BPA, HACCP, GRASP y FAIR TRADE. “La fruticultura rionegrina cumple con los más altos estándares internacionales”, afirmó.

Finalmente, Fernández señaló que el diálogo con el gobierno nacional es permanente y necesario. “Pedimos más empatía con los tiempos de la producción. A veces las medidas son correctas, pero llegan tarde”, concluyó, remarcando la importancia de profundizar los vínculos con los mercados ya existentes y fomentar la aparición de nuevos exportadores integrados.

La llegada de peras chinas a la Argentina no solo expone las tensiones del comercio internacional, sino que obliga a reflexionar sobre la estructura productiva, impositiva y logística que enfrentan los productores nacionales. En un contexto adverso, el desafío es claro: mejorar la competitividad sin cerrar las puertas al mundo.

Fuente: Agritotal/Chacra.

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