Cómo reducir hasta un 40% las pérdidas en frutas con tecnología poscosecha
Nuevas soluciones del INTA y la UNCo prometen mejorar la eficiencia y calidad de frutas en el Alto Valle.
La poscosecha, esa etapa decisiva que marca la diferencia entre las frutas que llegan al consumidor en condiciones óptimas y otras que se pierden en el camino, será el eje central del V Congreso Argentino de Biología y Tecnología Poscosecha. El encuentro que comenzó el martes y finaliza mañana, 24 de octubre, en la ciudad de Cipolletti, provincia de Río Negro. Especialistas, investigadores, productores y referentes del sector agroindustrial bajo el lema “Hacia una poscosecha sostenible: integrando ciencia, tecnología y ambiente” debaten en estos días sobre el tema de poscosecha.
La relevancia de esta fase del proceso productivo es indiscutible. Aunque la calidad de los frutos no puede mejorarse una vez cosechados, sí es posible prolongar su vida útil y conservar sus propiedades mediante prácticas adecuadas como el preenfriado, la limpieza, la clasificación, el envasado y el transporte controlado. Estas herramientas, además de sumar valor agregado, representan una estrategia fundamental para reducir pérdidas que, según estimaciones, pueden alcanzar hasta un 40 % de la producción total.
“En un contexto donde la eficiencia y la calidad son exigencias ineludibles, anticipar el comportamiento de la fruta durante la conservación y prever la evolución de su calidad resulta clave para tomar decisiones más acertadas y eficientes”, señaló Gabriela Calvo, especialista en poscosecha del INTA Alto Valle, una de las instituciones organizadoras del congreso.
Calvo destacó también la importancia del trabajo articulado entre ciencia y producción: “Actualmente estamos abocados a la investigación, el desarrollo y la transferencia tecnológica junto con el sector frutícola regional. Buscamos preservar la calidad de los frutos, prolongar su vida útil y reducir las pérdidas, garantizando su inocuidad”.
Una región estratégica para la fruticultura nacional
El Alto Valle de Río Negro y Neuquén es el corazón de la fruticultura argentina: concentra entre el 80 y el 90 % de la producción nacional de peras y manzanas, cultivos emblemáticos de la región. Gracias a estos volúmenes, la Argentina se ubica duodécima en el ranking mundial de productores de manzana y cuarta en pera, siendo además el principal productor de peras del hemisferio sur.
En este contexto, la gestión poscosecha cobra un valor estratégico. “El área de poscosecha del INTA se enfoca en la determinación de índices de cosecha por especie y variedad, la evaluación de tecnologías de conservación y la coordinación técnica del Programa Regional de Madurez (PRM), vigente desde 1993”, explicó Adrián Colodner, investigador del INTA Alto Valle.
El PRM, precisó Colodner, “adecua las fechas de inicio de cosecha cada temporada y se ha consolidado como una herramienta técnica clave para la fruticultura de la Norpatagonia”. Este trabajo coordinado permite optimizar tiempos, reducir pérdidas y garantizar que los frutos lleguen a los mercados internacionales en condiciones de calidad y frescura.
Sin embargo, los desafíos no son menores. La variabilidad climática genera escenarios impredecibles, con frutos más sensibles a fisiopatías durante la conservación y la aparición de nuevas enfermedades. A ello se suma la reducción de productos químicos disponibles para el control poscosecha, lo que impulsa la búsqueda de alternativas sostenibles y tecnologías más limpias. También surgen nuevas oportunidades vinculadas con la conservación de cultivos emergentes y la ampliación de servicios tecnológicos a otras regiones productivas del país.
Ciencia, tecnología e innovación para una poscosecha sostenible
El V Congreso Argentino de Biología y Tecnología Poscosecha se muestra como un espacio de intercambio de conocimientos y experiencias con una agenda científica de vanguardia. Las actividades se están desarrollando en el Complejo Cultural de Cipolletti y son organizadas por el INTA Alto Valle, la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) y el Centro de Investigaciones en Toxicología Ambiental y Agrobiotecnología del Comahue (CITAAC-CONICET-UNCOMA).
Conferencias plenarias, mesas redondas, presentaciones orales y sesiones de pósters, además de una gira técnica final por establecimientos productivos y empaques frutícolas del Alto Valle, es parte de la agenda de este evento.
“Se trabajará sobre diferentes áreas temáticas que abordarán desde la fisiología y la biotecnología poscosecha hasta enfermedades, calidad nutricional y tecnologías sostenibles”, adelantó Calvo. “El objetivo es integrar ciencia, innovación y sustentabilidad para reducir pérdidas y aumentar el valor agregado de frutas, hortalizas, flores de corte y plantas nativas”.
Expertos internacionales y una agenda global
El programa científico está contando con la participación de prestigiosos conferencistas nacionales e internacionales. Entre los invitados extranjeros se destacan Bárbara Blanco-Ulate (EE. UU.), Francisco J. Corpas y José Manuel Palma (España), Carolina Torres (EE. UU.), Perla Gómez (España), Brian Bailey (EE. UU.), Maximiliano Dini (Uruguay), Víctor Escalona (Chile) y Alicia Namesny y Pere Papasseit (España).
Por parte de Argentina, participan especialistas como Gabriela Fogliata, Alejandro Arena, Betina Ernst, Alejandra Pistagnesi y Gustavo Martínez, quienes abordarán temáticas vinculadas a las tecnologías de conservación, el estrés poscosecha, la eficiencia en el uso de insumos, el potencial nutracéutico de los frutos y las tendencias en materiales sostenibles de envasado.
Además, el congreso incluye espacios de debate sobre sostenibilidad ambiental, donde se analizarán estrategias para lograr una producción más eficiente y respetuosa con el entorno. La incorporación de envasado inteligente, la aplicación de inteligencia artificial en los procesos de conservación y el desarrollo de biotecnologías limpias figuran entre los temas más esperados.
Un espacio para mirar hacia el futuro
El cierre del evento estará marcado por una gira técnica que permitirá a los participantes conocer experiencias concretas de innovación en establecimientos del Alto Valle. Allí se podrán observar de primera mano las tecnologías aplicadas en cosecha, conservación y empaque, consolidando el vínculo entre la investigación y la práctica productiva.
El V Congreso Argentino de Biología y Tecnología Poscosecha no solo es una cita académica, sino también una oportunidad para repensar el futuro del sistema frutihortícola argentino. En un escenario donde la competitividad y la sostenibilidad son condiciones indispensables, la poscosecha emerge como un eslabón decisivo para garantizar alimentos de calidad, reducir pérdidas y fortalecer la presencia del país en los mercados internacionales.
En palabras de Calvo, “el desafío es claro: producir más y mejor, cuidando la calidad, el ambiente y el trabajo de nuestros productores. La poscosecha es, sin duda, la puerta de entrada a una fruticultura más inteligente y sostenible”.
Fuente: INTA con aportes de Redacción +P.
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