Cosecha 2025: los volúmenes de fruta crecen, pero los desafíos también
La cosecha de peras y manzanas alcanzó poco más de 1,12 millones de toneladas en la presente temporada, 7% superior a la del año pasado.
Con el cierre estadístico del primer semestre de 2025, los primeros números de la cosecha teórica de peras y manzanas en el Valle de Río Negro y Neuquén comienzan a delinear el perfil productivo de una temporada marcada por la estabilidad general y contrastes internos significativos. Según los datos oficiales elaborados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y la Secretaría de Fruticultura de Río Negro (SEFRN), el volumen total cosechado alcanzaría las 1.122.800 toneladas. Este número representa una suba del 7% en comparación con el mismo período de 2024, y un 6% por encima de la media de las últimas cinco temporadas (2020–2024).
Aunque a primera vista el incremento no resulta llamativo, el análisis por especie y destino comercial revela una situación mucho más compleja, con tendencias diferenciadas entre peras y manzanas, y con una cadena frutícola que deberá adaptarse rápidamente a nuevos desafíos productivos, logísticos y comerciales.
Peras: exportaciones firmes
La cosecha teórica de peras cerró al 30 de junio con un volumen estimado en 632.700 toneladas. Si bien esto representa una suba de apenas un 1% interanual, comparado con la media quinquenal el aumento alcanza el 7%, reflejando cierta recuperación del cultivo frente a años anteriores marcados por adversidades climáticas y limitaciones comerciales.
Uno de los aspectos destacados del comportamiento del mercado de peras en este ciclo ha sido el desempeño exportador. Las ventas al exterior mostraron un crecimiento interanual del 7%, lo que indica una demanda internacional sostenida, incluso en un contexto global de alta competencia y fluctuaciones de precios. El mercado interno, por su parte, creció un modesto 2%, mientras que el destino industrial tuvo un salto significativo del 15%, lo que refleja la versatilidad del sector para canalizar parte del volumen hacia otras salidas comerciales.
Sin embargo, no todo son señales positivas. Uno de los datos más llamativos del semestre fue la fuerte caída interanual en los stocks almacenados. Al 30 de abril, las cámaras frigoríficas del Valle registraban 122.100 toneladas de peras almacenadas, una disminución del 22% respecto al mismo mes de 2024. A pesar de esto, dicho volumen se encuentra un 6% por encima del promedio de los últimos cinco años.
Esta merma en los stocks —equivalente a unas 35.000 toneladas menos que el año pasado— responde principalmente a problemas de calidad en la fruta. Heladas tardías y episodios de granizo afectaron notablemente la condición de parte de la cosecha, impidiendo que una proporción significativa alcanzara los estándares requeridos para el mercado en fresco. Como consecuencia, muchas partidas fueron derivadas directamente a la industria o descartadas.
Un punto que genera inquietud entre los actores del sector es el contraste entre las proyecciones iniciales y los resultados obtenidos. Hacia finales de 2024, se estimaba una caída del 20% en la producción de peras. El hecho de que la cosecha haya sido finalmente mayor de lo previsto pone en tela de juicio las herramientas de estimación utilizadas y plantea la necesidad de revisar los métodos de previsión agroclimática y productiva.
Manzanas: giro hacia la industria
A diferencia de las peras, la producción de manzanas mostró un crecimiento más marcado. Con una cosecha teórica estimada en 490.100 toneladas, el aumento interanual alcanza el 13%, es decir, unas 57.000 toneladas adicionales respecto a la temporada anterior.
En términos de destino comercial, la manzana también evidenció comportamientos destacados. Las exportaciones se incrementaron un 20%, mostrando una reactivación de la demanda internacional que venía deprimida en años anteriores. El mercado interno absorbió un 6% más de producto, aunque este crecimiento se da en un contexto de bajo dinamismo del consumo minorista. El dato más sobresaliente fue el crecimiento del 40% en la manzana destinada a industria.
En esta primera parte de la temporada, más de 158.000 toneladas de manzanas fueron derivadas a procesos industriales como jugos, compotas y otros derivados. En términos absolutos, esto significa más de 40.000 toneladas adicionales respecto a 2024. Este desvío hacia la industria no sólo ayuda a evitar saturaciones en los canales tradicionales de venta, sino que también otorga una salida rentable a fruta que no cumple con los estándares para su comercialización en fresco.
Perspectivas y desafíos
Los números del primer semestre delinean un escenario mixto para el complejo frutícola del Alto Valle. Si bien la producción global mostró un leve crecimiento y los niveles de stock son razonables, persisten dudas sobre la evolución de la demanda y los costos internos, que siguen en ascenso.
Uno de los aspectos alentadores es que, al menos en términos generales, la fruta almacenada en cámaras frigoríficas presenta mejores condiciones que en temporadas anteriores. Esto podría permitir una comercialización más fluida en los próximos meses, siempre y cuando la demanda —tanto interna como externa— acompañe.
El mercado interno se presenta como una incógnita. Si bien el volumen disponible permitiría cierto grado de previsibilidad en los precios, la débil reacción de la demanda minorista representa un obstáculo que podría comprometer la rentabilidad de muchos operadores. En este contexto, el sector exportador aparece como un actor clave. La capacidad de dinamizar mercados alternativos será fundamental para descongestionar el sistema y sostener los precios.
Asimismo, la industria se consolida como un actor cada vez más relevante. La creciente participación del destino industrial, especialmente en el caso de la manzana, no sólo alivia la presión sobre otros canales, sino que también fortalece la cadena de valor frutícola en su conjunto.
Como conclusión podemos afirmar que la temporada 2025 se perfila como un ciclo de transición para el complejo frutícola del Alto Valle. Si bien el crecimiento moderado en la producción es una señal positiva, las condiciones climáticas adversas, los desajustes en la previsión productiva y la inestabilidad del mercado interno obligan al sector a adoptar una mirada estratégica y prudente.
En el segundo semestre, factores como el consumo doméstico, el comportamiento de los mercados internacionales, la evolución del tipo de cambio y la política fiscal aplicada al sector serán determinantes para definir el balance final del año. Lo que está claro es que, más allá de los números, la capacidad de adaptación será el principal activo de una actividad históricamente golpeada, pero resiliente.
Metodología del trabajo de cosecha teórica
Los datos presentados en este trabajo se rescatan de informes oficiales realizados por el SENASA y la secretaria de Fruticultura de Río Negro con corte al cierre de junio, de cada una de las temporadas. Existen algunos desvíos que se deben tener en cuenta al analizar las tendencias y números finales obtenidos.
-La estadística comercial suministrada por el SENASA no contempla la oferta de fruta que se comercializa en la región patagónica. Según información del sector privado, este mercado ubicado al sur del río Colorado representa menos del 5% de las ventas totales que se orientan al mercado interno de todo el país.
-Los stocks en las cámaras frigoríficas que contabiliza la secretaría de Fruticultura de Río Negro, contemplan en promedio 75% de las cámaras presentes en su territorio y no toma las existentes en Neuquén, que, cabe la aclaración, tienen una incidencia mucho menor.
-La comercialización de manzanas de una temporada comienza en febrero/marzo y finaliza en el mismo período del año posterior. Los datos para este análisis toman como cierre en diciembre (año calendario), por lo tanto, hay que tener en cuenta que los dos primeros meses del año corresponden a la temporada anterior. En todos los años tomados se estandariza esta variante.
Independientemente de estas aclaraciones, y los desvíos que pudiesen existir, los números presentados de las cosechas teóricas de pomáceas buscan, ante todo, mostrar tendencias.
Fuente: Redacción +P.
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