Fruticultura

Ecos de la fruticultura de la Patagonia en el cine europeo de los '70

Un hallazgo inesperado en la pantalla grande inspiró el rescate de un momento histórico en el que las manzanas de Río Negro tenían un rol protagónico en el mundo.

Todo comenzó un sábado de mayo en Río Colorado, Provincia de Río Negro, cuando el autor de esta nota –ingeniero agrónomo y avezado cinéfilo- decidió sumergirse en la trama de la miniserie "Ocho disparos mortales", escrita, dirigida, producida y protagonizada por el escandinavo Mikko Niskamen, que trata sobre la ruralidad finlandesa de los años setenta.

Considerada por la crítica como una de las obras maestras del cine europeo, esta joya de cuatro capítulos en blanco y negro fue estrenada por la televisión pública del país nórdico en 1972, pero nunca pudo trascender sus fronteras, a pesar de su alto contenido artístico y documental. Globalización y nuevas tecnologías mediante, la rescató y restauró la Film Foundation’s World Cinema Project, institución que apadrina el director norteamericano Martin Scorsese, y hoy se encuentra disponible en distintas plataformas virtuales.

"Ocho disparos mortales" está inspirada en una historia real, e ilustra la sacrificada vida de Pasi, un productor de madera, forrajes y leche; esposo y padre de varios hijos. Acorralado por la pobreza, el alcoholismo y la falta de trabajo, el hombre termina cometiendo un salvaje crimen. No apta para amantes del cine 'pochoclero', ya en la sinopsis se ofrece al espectador una visión “realista de la vida rural, con almas empobrecidas y abandonadas por las políticas gubernamentales”. El crítico de cine Diego Brodersen completa la lectura, al describir que “este retrato ficcional anticipa, con elementos propios del cine documental, el final definitivo de una era en la sociedad rural finlandesa y, por extensión, la universal”.

Pero vayamos a la acción: pasada la mitad del tercer capítulo, en medio de un paisaje blanco e inhóspito, Pasi está volviendo de pescar en un lago congelado. Acompañado por su familia y su perro, procede a limpiar y cortar el pescado. Para ello usa como mesa un cajón de manzanas.

Tras una primera observación de la escena, el tamaño de la jaula, su imagen y contenido me parecieron familiares. El tipo de envase y etiquetado, conocido hace más de treinta años como try-pack, respondía en ese entonces a una misma estética en toda la región del Norte de la Patagonia, más allá de marcas comerciales o firmas exportadoras.

No pude resistir la idea de detener la serie y volver sobre el mismo pasaje. Ahí estaba, bien claro. En el minuto 57:11 se leía la palabra Oasis en el centro del cajón, junto a la consabida frase “Manzanas de Río Negro” en el cuadrante superior izquierdo. Luego, en el minuto 57.47 volvía a aparecer la etiqueta en detalle.

Embed
Sequence 02.jpg
peli1_3.jpg
Escena de la serie “Ocho Disparos Mortales”, extraída de la plataforma digital mubi.com

Escena de la serie “Ocho Disparos Mortales”, extraída de la plataforma digital mubi.com

Semejante guiño a la producción regional de frutas de pepita no debía pasar desapercibido, al menos para mí. Más bien, me generó un sabor a misterio y decidí encarar una nueva misión: rastrear el origen de esas manzanas.

Tras la pista de las manzanas de Oasis

El primer paso fue ubicar a alguna fuente relacionada con la marca comercial en la zona. Para ello me comuniqué con el ingeniero agrónomo Sergio Ziaurriz, de la localidad de Villa Regina, quien me conectó con Juan Carlos Apis, productor frutícola de General Godoy y legendario recopilador de fotografías históricas de la zona. Gracias a su ayuda pudimos dar con Fabián Fernández, hijo del encargado del galpón de empaque donde se procesaba la marca comercial en aquella época.

Así pudimos saber que Oasis pertenecía en ese momento a la Primera Cooperativa Frutícola General Roca Limitada, fundada en 1938 y ubicada en Padre Alejandro Stefenelli; una de las únicas cooperativas que sobrevivieron a los embates económicos de la actividad en el Alto Valle. Una buena noticia para continuar con la búsqueda.

Posteriormente, el colega Aldo Segatori hizo de nexo en General Roca con el ingeniero agrónomo Sergio Riskin, actual Presidente del Consejo de Administración de la firma mencionada, quien confirmó la veracidad de los datos y buscó en los archivos de la empresa el afiche de Oasis que aparece en la serie.

P1060304.JPG
Así era el afiche original a color en los años 70. Gentileza: Primera Cooperativa Frutícola General Roca Ltda.

Así era el afiche original a color en los años 70. Gentileza: Primera Cooperativa Frutícola General Roca Ltda.

Según relató Riskin, “la marca perteneció originalmente al señor Marcos Liberman, quien tenía un pequeño empaque en la esquina de 9 de Julio y Buenos Aires, en General Roca. En los ‘50, Primera Cooperativa le compra Oasis y empieza a comercializarla en el exterior junto a su propia marca, Cisne”.

Durante la década en que se desarrolla "Ocho disparos mortales", la empresa “exportaba manzanas a Finlandia y demás países escandinavos, y llegaba también a los mercados de Inglaterra, Alemania, Bélgica, Italia y Holanda, además de Brasil”, contó el ingeniero.

A esta altura y con semejantes datos de fondo, es imposible terminar este artículo sin preguntarse qué pasaba en esos tiempos con la principal actividad productiva del Alto Valle de Río Negro y Neuquén.

¿Cómo era el panorama de la fruticultura de la Norpatagonia en 1972?

Argentina se consagraba entonces como el primer exportador mundial de fruta de pepita del Hemisferio Sur a Europa, con un neto predominio de manzanas Red Delicious tradicional y Granny Smith, y peras Williams.

En el mapa internacional, los países escandinavos representaban un destino importante de las exportaciones a Europa. Además de las variedades de manzana mencionadas, las preferidas de los nórdicos eran King David, Black Winesap y Jonathan, las tres ácidas y con aptitud sidrera, que ya no se cultivan en la zona.

Por esa época, en el paisaje cuadriculado del Valle predominaba el monte libre tradicional como sistema de conducción, con el legendario uso de puntales para sostener las ramas. La mayoría de las familias chacareras vivía en la zona rural y no en la urbana como en la actualidad.

Más del 70% de la producción regional estaba en manos de pequeños y medianos fruticultores. El movimiento cooperativo pisaba fuerte y los principales exportadores eran empresas nacionales, incluidas numerosas cooperativas. Lejos estamos hoy de esa realidad, pero eso es otra historia. Esta, como todas, seguramente tendrá tantas lecturas y reflexiones como observadores y disciplinas de análisis.

Lo que sí queda claro es que a través del boca en boca entre productores frutícolas y profesionales logramos desenredar una trama de cincuenta años, y con ella revivir un pedacito de la identidad productiva y cultural del Alto Valle, con sus luces y sus sombras. En tiempos de inteligencia artificial, eso no es poca cosa.

Posdata: si al lector nostálgico le dieron ganas de mirar la serie, esta se encuentra disponible en la plataforma MUBI, en: https://mubi.com/es/ar/collections/eight-deadly-shots

*Rafael De Rossi, Ingeniero agrónomo. Ex técnico del INTA en la Agencia de Extensión Rural Río Colorado.

*María Julieta Calí, Licenciada en comunicación social y editora de contenidos.

En esta nota

Dejá tu comentario