Entre el vandalismo y el mal uso, ¿cómo cuidar los canales?
Graciela Benigar, una empleada con más de 30 años de experiencia, sugiere: “Los canales son importantes y hay que trabajar con las escuelas para concientizar sobre su uso”.
Graciela Benigar trabaja en el sistema de riego de Neuquén desde el año 92, ella misma asegura que es “de la tanda de los antiguos, porque se han ido jubilando todos”. En una profunda charla con +P, cuenta el detrás de escena de un trabajo clave para la producción.
“Llevo 32 años de servicio. Ingrese en el lugar de mi viejo, él era tomero y le dio un paro trabajando, así que los mismos compañeros hicieron las gestiones; antes se usaba que un familiar fallecía y quedaba en el lugar otro miembro de la familia”, contó.
“Empecé a trabajar en Neuquén, en la calle Santiago del Estero, donde está el EPAS. Hago lo administrativo y hago salidas técnicas también, relevamientos de las parcelas bajo riego, recorremos sectores, vemos cuántas parcelas se riegan y cuántas no, vamos a reuniones con AFRs (Asociaciones de Fomento Rural)”, repasó.
Recuerdos de riego
Recordó que hace muchos años el padrón de riego se armó “a mano alzada”, el padrón se hacía de los regantes, empezó en el año ´94 más o menos y se armó para tener registro de la cantidad de regantes y superficie y para cobrar un canon de riego por el uso del agua”.
También recordó su trabajo junto al “Ingeniero Van Houtte con quien íbamos los dos para todos lados, haciendo registros, mapeo, todo manual. Hacíamos un recuento de las nomenclaturas catastrales, de quienes eran los titulares. El sistema de riego de nuestra injerencia era de Arroyito a Neuquén, el sector Confluencia donde está el bombeo, eso se armaba por tomas de riego, en cada toma hay una vivienda que generalmente la ocupa el Tomero y en esas tomas se afecta a dos operarios y se les da una jurisdicción”.
Contó que “en su momento se les hacían mapitas pintados a mano, les mandábamos las boletas; cuando salió el padrón se hacía la entrega de boletas en las chacras. Fue un trabajo a pulmón, no teníamos computadoras ni internet y lo hicimos con la gente de Tierras y Catastro también”.
El centenario
Aseguró que de todo este recorrido “pudimos rescatar material histórico de Mariano Moreno, Limay y Centenario. Estamos haciendo una recopilación para datar que antigüedad tiene el sistema, pero estaría cumpliendo 100 años”.
Con la digitalización del gobierno, se fue haciendo más dinámico el registro y la atención a las personas cuya actividad está vinculada a este sistema. Por eso hoy disfruta de tener una oficina donde los recibe y donde muchos eligen venir, aunque estén limitados físicamente. “Yo les digo: ‘Usted me avisa y yo voy’. Pero vienen igual, porque hemos forjado un vínculo duradero”, aseguró.
“Es lindo trabajo, me encanta, me gusta trabajar con la gente rural y en su momento mis compañeros me enseñaron mucho, aprendí mucho”, reconoció Graciela, que también es reconocida por sus pares como una gran compañera.
Problemas de los canales
“Hoy en día la situación del tomero es complicada y lidias con los canales porque los usan de balneario y también hay vandalismo, te rompen los candados”, asegura durante la charla.
Y agrega que: “Queremos empezar a armar ahora un proyecto de ir a las escuelas para concientizar sobre lo que son y sobre su uso, quizás los chicos puedan darles otro valor. Es algo que sucede por falta de información”.
Dentro del ejido existe un canal principal que abarca 4.175 metros, siete secundarios de 15.081 metros, 30 terciarios que suman 40.816 metros y 13 desagües que equivalen a 38.222 metros.
El sistema
El riego en Limay Inferior alcanza a 181 productores distribuidos en Plottier Este, sector Zavaleta, sector aeropuerto, Canal 5, y Colonia Confluencia en 226 parcelas empadronadas que suman unas 985 hectáreas, de las cuales 459.2 son productivas.
Existen parcelas abandonadas en la zona, que suman unas 73 y 299.9 hectáreas, 80.86 hectáreas de loteos, 39.50 hectáreas de urbanización abierta, 24.39 hectáreas de urbanización cerrada y 82.88 hectáreas de urbanas o a lotear, que también requieren riego, pero que en el caso de las parcelas abandonadas tienen un potencial productivo.
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