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Golpe histórico: la tormenta destruyó gran parte de la producción de cerezas

Productores de Valle Medio reportan pérdidas masivas en plena etapa de cosecha, con cientos de hectáreas inutilizadas por el granizo y la lluvia.

La tarde de ayer quedará grabada en la memoria productiva del Valle Medio y Alto Valle de Río Negro y Neuquén como una de las más devastadoras de los últimos años. Una violenta tormenta de lluvia y granizo golpeó con furia la región, arrasando cultivos, rompiendo estructuras y dejando a cientos de familias frente a un escenario de angustia e incertidumbre. En cuestión de minutos, lo que era una temporada que avanzaba con expectativas positivas se convirtió en un verdadero desastre agrícola que tendrá consecuencias económicas aún difíciles de dimensionar.

La zona frutícola y hortícola de Chimpay —epicentro del fenómeno— fue una de las más castigadas. Productores de la región coinciden en que el daño fue “muy importante, muy grande a nivel productivo”, con cientos de hectáreas destruidas en establecimientos que, hasta el mediodía, se preparaban para ingresar en la etapa de mayor actividad. La tormenta no distinguió entre pequeños y grandes productores: golpeó sin piedad, dejando un saldo que, de acuerdo con testimonios locales, “terminó la temporada” para varias empresas.

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“Son muchas cientos de hectáreas en plena producción dañadas”, relató uno de los fruticultores del Valle Medio. “De los dos o tres establecimientos grandes de cereza, a dos les hizo mucho daño. Se terminó la temporada. En esos campos ya no hay cosecha, ni de pera ni de manzana. También estamos hablando de seis empresas grandes de peras, manzanas y cerezas, grandes, para que tenga una idea”.

Los casos se multiplican y dibujan un panorama desolador. La firma Extraberry —uno de los polos cereceros más importantes de la región— sufrió pérdidas severas tanto en cereza como en unas 50 hectáreas de pera y manzana propiedad de un productor de Huergo. A pocos kilómetros, Hugo Bonade, de Villa Regina, informó daños en “poco más de 100 hectáreas” de carozo, peras y manzanas. La lista continúa con empresas que según los propios productores quedaron prácticamente sin producción. “No le dejó nada. Ese caso es el más crítico, porque en los últimos cuatro años esta es la tercera temporada que le arruina”, señalaron con evidente impotencia.

Los primeros informes también señalan que la a empresa Ceco SA, un importante productora y exportadora de cerezas frescas, no sufrió daños.

Pera granizo valle medio
La región frutícola sufre uno de los mayores desastres en años: la mayor parte de la cereza quedó fuera de los estándares de calidad.

La región frutícola sufre uno de los mayores desastres en años: la mayor parte de la cereza quedó fuera de los estándares de calidad.

Incluso productores que habían invertido en mallas antigranizo vieron cómo la violencia de la tormenta superó toda previsión. Kleppe, firma de peso en el sector, también reportó fuertes pérdidas. “Tenían malla antigranizo y se las volteó en una parte. Se hacían bolsones de piedra y con el peso se caían las mallas”, describieron. En ese caso, parte de la producción pudo salvarse gracias a esa protección, aunque no lo suficiente para evitar un golpe significativo.

Más de 800 hectáreas arruinadas

Los primeros relevamientos marcan una cifra estremecedora: más de 300 hectáreas de cereza afectadas de manera directa por granizo o cracking, y más de 800 hectáreas si se suman peras, manzanas y fruta de carozo. Se trata de uno de los eventos climáticos más destructivos de los últimos años, con pérdidas masivas en campos que dependen de estos meses críticos para sostener la rentabilidad anual.

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En minutos, el granizo arruinó lo que llevaba meses de trabajo: la producción destinada al mercado interno y externo quedó prácticamente perdida.

En minutos, el granizo arruinó lo que llevaba meses de trabajo: la producción destinada al mercado interno y externo quedó prácticamente perdida.

Pero el impacto no se limita a lo productivo: el golpe social ya es una realidad. “El problema ahora es la gente que está trabajando en el campo. Se acabó el trabajo para ellos”, lamentan los productores. Solo Extraberry emplea más de 600 personas, y la decisión de acortar la temporada dejará a muchas sin ingresos desde el lunes. “El resto de las empresas seguramente actuará de la misma manera. Es un verdadero problema para las familias de la región”. A esto se suma la caída del empleo en los empaques, donde la mano de obra “bajará en forma sensible”.

En el Alto Valle, aunque la tormenta se manifestó principalmente en forma de intensas lluvias, los daños también fueron significativos. En esta etapa, el exceso de agua es igual de devastador que el granizo: provoca la ruptura del fruto por la acumulación de humedad, un trastorno conocido como cracking que deja la cereza fuera de los mercados más estrictos y de la exportación.

La situación es crítica: entre el 60 y 70% de la fruta aún permanecía en las plantas cuando comenzaron las precipitaciones. Así, la mayor parte del potencial productivo del Valle quedó expuesto a un fenómeno que desmoronó meses de trabajo.

Exportaciones comprometidas

El Valle Medio es uno de los polos exportadores de cereza más importantes de la Norpatagonia. El año pasado envió más de 2.400 toneladas al exterior. Las expectativas para esta temporada eran similares o incluso mejores, gracias a las buenas condiciones iniciales. Hoy esas proyecciones se derrumban.

El granizo deja marcas visibles en la fruta, imposibles de disimular para el mercado externo. La lluvia genera el temido cracking, que inutiliza el fruto para el circuito comercial más exigente. Casi el 80% de la producción local se destina a exportación: cualquier daño implica una pérdida directa y severa para la economía regional.

Videos, fotografías y reportes difundidos por vecinos durante toda la tarde mostraron un escenario demoledor: techos de malla colapsados, suelos cubiertos de granizo como si hubiera nevado, plantas quebradas, canales desbordados. Las imágenes confirman lo que el sector ya sabe: la tormenta llegó en el peor momento posible.

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Los equipos técnicos recorrerán los campos en los próximos días para cuantificar con mayor precisión las pérdidas. Pero nadie en el Valle duda de que este episodio dejará una marca profunda. Lo único claro es que, una vez más, el clima vuelve a recordarle al corazón frutícola de la Norpatagonia la fragilidad de su actividad económica y la vulnerabilidad de miles de familias que dependen de ella.

En medio del impacto que dejó el temporal en las zonas productivas del Valle, el gobernador Alberto Weretilneck expresó su solidaridad y apoyo a los productores afectados. “Todo nuestro acompañamiento y solidaridad con cada productor y cada familia que fue afectada por el violento temporal que golpeó nuestros valles. Sé del esfuerzo que hay detrás de cada hectárea trabajada y del valor que representan nuestras peras, manzanas y cerezas para la economía rionegrina”, señaló en su cuenta X.

Fuente: Redacción +P.

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