Las primeras cerezas del año: Chile abre su temporada con Nimba en Ovalle
La cosecha de cerezas en Ovalle marca el inicio oficial de la campaña 2025/26 en Chile. Buenas expectativas de precios.
Con el primer corte comercial de la variedad Nimba en el predio Agrícola La Quiroga, ubicado en Cerrillos de Tamaya, Ovalle, Chile, se dio oficialmente inicio a la temporada 2025-2026 de cerezas en Chile. La cosecha, realizada en la semana 42, marca el punto de partida para la industria nacional y simboliza una nueva oportunidad para el sector, luego de un año anterior marcado por tensiones logísticas, sobreoferta y dificultades comerciales en el mercado chino, principal destino de la fruta chilena.
El predio, bajo la dirección del gerente general Marcelo Obando, concretó la primera cosecha comercial de Nimba en una explotación establecida en 2021, a campo abierto y sin uso de coberturas plásticas, validando así la capacidad de la variedad para producir de manera temprana y eficiente en condiciones agroclimáticas exigentes. Las altas radiaciones solares y la fuerte amplitud térmica propias del norte chico chileno no fueron impedimento para obtener fruta de gran calibre y excelente coloración, según reportes de campo.
Desde Andes New Varieties Administration (A.N.A.®), entidad administradora de la variedad, destacaron que más del 80% de la fruta cosechada superó los 28 mm, confirmando la consistencia productiva y adaptabilidad de Nimba cv. en zonas de menor acumulación de frío invernal. Además, su precocidad de cosecha la convierte en una herramienta estratégica para productores y exportadores que buscan adelantar sus ventanas comerciales y diversificar zonas de producción, reduciendo la dependencia de los valles centrales.
Precios altos para las cerezas
El inicio en el norte del país tiene un impacto directo en la planificación de cosecha, empaque y logística de toda la temporada. En términos comerciales, la entrada temprana al mercado asiático permite aprovechar precios más altos y menor competencia de oferta, antes de que comience el fuerte flujo de fruta proveniente de las regiones centro-sur. “Cada día ganado en esta etapa inicial puede marcar diferencias significativas en el retorno final”, explican agentes exportadores.
El buen desempeño de Nimba sin coberturas también está generando interés entre productores del norte y del secano interior, que evalúan alternativas de inversión centradas más en manejo agronómico y selección varietal que en infraestructura de protección. No obstante, expertos advierten que este tipo de manejo requiere atención precisa en riego, control de radiación y balance de carga frutal, factores decisivos para mantener calidad y condición de llegada en destino.
La apertura de temporada se da en un contexto de optimismo, luego de la compleja campaña anterior. En 2024, el sector enfrentó una crisis comercial en China, donde la combinación de problemas logísticos, desaceleración del consumo y sobreoferta concentrada en pocas semanas generó una fuerte caída en precios y prolongados tiempos de venta. Muchos exportadores terminaron con retornos por debajo de los costos, lo que impulsó una profunda reflexión sobre la necesidad de diversificar mercados, escalonar cosechas y mejorar la coordinación sectorial.
Expectativas positivas
Este año, las expectativas son mejores. Las empresas exportadoras están ajustando sus estrategias logísticas, contratando fletes más flexibles, fortaleciendo la inspección en origen y trabajando en una segmentación de arribos para evitar saturaciones en el mercado asiático. Además, otros destinos como Estados Unidos, Corea del Sur, Europa y Latinoamérica están siendo considerados con mayor peso dentro del mix de exportación.
Con Ovalle como punto de partida y una perspectiva de clima favorable en la mayoría de las zonas productivas, la temporada 2025-2026 se proyecta como un periodo de recuperación y aprendizaje para la cereza chilena. El desafío será lograr una condición de llegada óptima, mantener la consistencia de calibres y ejecutar una coordinación comercial precisa que permita capturar el valor que históricamente ha distinguido al producto chileno en el mundo.
La primera cereza ya está en camino a los mercados, y con ella comienza un nuevo ciclo que, más allá de la producción, representa la resiliencia y capacidad de reinvención de la industria chilena frente a los retos globales.
Fuente: Frutas de Chile con aportes de redacción +P.
En esta nota
Dejá tu comentario
Te puede interesar









