Exportaciones

Mientras el sector denuncia crisis, las exportaciones frutícolas no dejan de crecer

Pese al atraso cambiario, la falta de competitividad y los altos costos internos, las exportaciones de peras y manzanas del Valle volvieron a crecer.

Las exportaciones de peras y manzanas argentinas totalizaron en los primeros cinco meses de 2025 poco más de 258.400 toneladas, un volumen que representa un crecimiento interanual cercano al 5% y una suba del 14% si se lo compara con el promedio de las últimas tres temporadas (2022-2024). Así lo detallan las estadísticas difundidas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), que destacan un sostenido incremento de las ventas externas pese a los reiterados reclamos del sector productivo por las condiciones adversas que enfrenta.

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Este crecimiento consecutivo durante tres años pone en evidencia la resiliencia del sector frutícola argentino, particularmente en el Valle de Río Negro y Neuquén, zona de origen del grueso de las exportaciones de pomáceas. Sin embargo, detrás de estos números alentadores persisten problemas estructurales que amenazan con comprometer el potencial a largo plazo de esta actividad clave para las economías regionales.

Las peras explican la mayor parte de las exportaciones frutícolas del norte de la Patagonia. Durante los primeros cinco meses de este año, se enviaron al exterior 220.100 toneladas de peras, un 4% más que el mismo período del año pasado y 13% más que el promedio del trienio anterior.

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El desempeño de la presente campaña es particularmente destacable, ya que solo fue superado en 2018, cuando se exportaron 222.600 toneladas. Este nivel de colocaciones marca un hito importante para el sector, teniendo en cuenta las dificultades económicas y logísticas que atraviesa el país.

En cuanto a los destinos de exportación, Brasil se consolida como el principal comprador con 69.500 toneladas, seguido por Estados Unidos, con 50.600 toneladas, y Rusia, que adquirió 37.200 toneladas. La distribución de los mercados no presenta grandes variaciones respecto a años anteriores, aunque sí se observan cambios en los volúmenes. Rusia, por ejemplo, redujo sus compras en unas 17.000 toneladas en los últimos diez años, mientras que Brasil incrementó sus adquisiciones en aproximadamente 20.000 toneladas.

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Manzanas: repunte en medio de una baja histórica

El caso de las manzanas también muestra signos de recuperación. Las exportaciones de esta fruta totalizaron 38.200 toneladas entre enero y mayo de 2025, lo que representa un incremento del 18% interanual y casi un 19% respecto al promedio del trienio anterior.

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Pese a esta mejora, los niveles actuales se mantienen históricamente bajos. No obstante, el crecimiento consecutivo durante tres campañas sugiere una recuperación paulatina del sector. En términos de destinos, Brasil nuevamente lidera con amplia diferencia, seguido por Paraguay y Bolivia. Un dato llamativo de la presente temporada es la salida de Estados Unidos del ranking de los cuatro principales destinos de la manzana argentina, siendo reemplazado por Bolivia. Este cambio preocupa, ya que refleja una pérdida de presencia en mercados de alto valor.

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Factores que explican la suba

A pesar de las condiciones macroeconómicas desfavorables, en particular el atraso cambiario que afecta la competitividad externa, las exportaciones se han mantenido en crecimiento. Según datos recabados entre empresas exportadoras de la región, los precios en destino mejoraron respecto al año anterior y la demanda internacional se mostró más activa, lo cual explica en parte la suba en los volúmenes exportados.

Sin embargo, los actores del sector advierten que no se puede hablar de una recuperación plena. La mayoría de los empresarios coincide en que el potencial exportador del Valle de Río Negro y Neuquén supera ampliamente los actuales niveles de exportación. La región cuenta con condiciones agroecológicas únicas y una tradición productiva consolidada, pero enfrenta obstáculos como altos costos logísticos, de producción, presión impositiva y dificultades de acceso a financiamiento.

Uno de los puntos tal vez más críticos en los últimos diez años ha sido la creciente concentración del comercio exterior en el mercado brasileño. Esta dependencia, aunque beneficiosa en términos de volumen, representa un riesgo para la estabilidad del sector ante cualquier cambio en la política comercial del país vecino o fluctuaciones en su economía.

La diversificación de mercados, especialmente hacia Asia, sigue siendo una asignatura pendiente. A pesar del creciente interés en mercados como China, India y el Sudeste Asiático, los avances han sido escasos. Esto se debe, en parte, a las exigencias varietales y fitosanitarias de esos mercados, pero también a una falta de estrategia coordinada entre el sector público y privado para abrir y consolidar nuevos destinos.

Perspectivas para el segundo semestre

Aunque los primeros cinco meses del año muestran cifras alentadoras, no hay certezas sobre la continuidad de esta tendencia en el segundo semestre. Las condiciones cambiarias siguen siendo un factor de riesgo, y los costos internos continúan erosionando la competitividad de los productos argentinos en el exterior.

En este contexto, el futuro del sector dependerá en gran medida de decisiones políticas y económicas que permitan aliviar la carga impositiva, mejorar la logística, acceder a financiamiento y avanzar en la apertura de nuevos mercados. Solo así se podrá capitalizar el verdadero potencial del Valle de Río Negro y Neuquén y asegurar el crecimiento sostenible de una actividad fundamental para el país.

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