Polonia anticipa su peor cosecha de cerezas en años
Las heladas primaverales, la falta de lluvias y el aumento de costos golpearon duramente a las cerezas en Polonia. Se prevé una caída del 30 % en la producción.
La producción de cerezas en Polonia atraviesa uno de sus momentos más críticos de la última década con una fuerte caída prevista para el año de comercialización 2025/26. Según un informe publicado por la Oficina del Servicio Agrícola Exterior (FAS) del USDA en Varsovia, se espera que la cosecha total de cerezas en Polonia se reduzca a 115.000 toneladas métricas, lo que representa un desplome del 30% en comparación con 2024 y más del 50% respecto al promedio de los últimos seis años.
Las heladas severas que azotaron las explotaciones en abril y mayo de este año fueron el factor determinante de esta caída. Las variedades de cereza más afectadas fueron las de fructificación temprana, especialmente las cerezas dulces, cuya producción se estima en solo 35.000 toneladas. Las cerezas ácidas, de mayor importancia para el sector industrial, alcanzarían apenas 80.000 toneladas.
El informe advierte que los datos son preliminares y podrían ajustarse a finales de junio, cuando se disponga de una evaluación más precisa del daño causado por las condiciones climáticas extremas. No obstante, la situación es grave: en algunas regiones, los daños alcanzaron hasta el 90% de las plantaciones.
Aunque el invierno 2024/25 fue relativamente favorable para el estado de los frutales, la llegada anticipada de la primavera trajo consigo varios problemas. Un marzo marcado por bajadas de temperatura provocó daños en los brotes jóvenes, mientras que abril y mayo registraron heladas frecuentes e intensas, interrumpidas por breves periodos de calor. Estas condiciones no solo dañaron flores y frutos ya formados, sino que también redujeron la actividad de los polinizadores, lo cual afectó el proceso de fertilización.
Además, la falta de lluvias y la baja humedad del suelo en primavera deterioraron aún más la salud de los árboles. Las temperaturas nocturnas en mayo llegaron a descender hasta los -7 °C en algunas regiones del norte del país, muy por debajo de los promedios históricos.
Reducción sostenida en la producción de cerezas en Polonia
El año anterior (2024/25) ya había sido complicado para los productores. Según datos de la Oficina Central de Estadística de Polonia, la cosecha total de cerezas ascendió a 161.200 toneladas, una caída del 32% en comparación con el ciclo 2023/24. En ese periodo, se recolectaron 110.200 toneladas de cerezas ácidas y 51.000 toneladas de dulces. La tendencia descendente se mantiene y agrava en 2025.
Pese a esta caída en la producción, la superficie de cultivo se mantiene relativamente estable. Para 2025/26 se estima un leve aumento del 0,3%, alcanzando las 34.500 hectáreas. Esto se debe principalmente a la renovación de explotaciones, con nuevas plantaciones de cerezas ácidas que están reemplazando cultivos menos rentables como grosellas, frambuesas o manzanos.
Sin embargo, el informe revela discrepancias significativas entre las cifras oficiales. Mientras que la Oficina Central de Estadística estima la superficie de cerezos ácidos en 24.900 hectáreas para 2024/25, la Agencia de Modernización del Mercado Agrícola de la UE la sitúa en solo 18.058 hectáreas. La Asociación Nacional de Productores de Cerezas considera que estas últimas cifras reflejan mejor la realidad del terreno.
El sector enfrenta también desafíos estructurales importantes. Los costos de producción aumentaron significativamente en los últimos cinco años, impulsados por el alza en los precios de la energía y las exigencias de las políticas medioambientales de la Unión Europea. A esto se suma la escasez de mano de obra, especialmente durante la cosecha, lo que incentivó la adopción de maquinaria. No obstante, la recolección mecánica, aunque más barata, reduce el rendimiento y la longevidad de los árboles.
La producción de cerezas sigue siendo poco rentable en muchas explotaciones polacas, que son pequeñas y están altamente fragmentadas. La industria estima que solo aquellas con más de 30 hectáreas pueden ser económicamente viables a largo plazo, una meta que pocos agricultores alcanzan.
Consumo, procesamiento y comercio exterior
En un contexto de baja disponibilidad, se anticipa una fuerte competencia entre procesadores y exportadores por la escasa materia prima disponible. La industria procesadora, que depende en gran parte de las cerezas ácidas, enfrenta un año particularmente difícil: los inventarios están casi vacíos y la oferta europea también será limitada debido a malas cosechas en Hungría, Serbia y Turquía.
Se espera que el consumo doméstico de cerezas ácidas y dulces disminuya en 2025 debido a la escasa oferta y los altos precios. Al mismo tiempo, algunos productores podrían redirigir su producción al mercado exterior para aprovechar los precios más atractivos, aunque esto implicaría mayores costos y requisitos logísticos.
En términos de comercio exterior, las exportaciones de cerezas ácidas frescas en 2024/25 cayeron un 21%, totalizando apenas 2.693 toneladas. Alemania sigue siendo el principal destino, absorbiendo más del 70% de estas exportaciones. Para el próximo año, se espera una reducción aún mayor en el volumen exportado, lo que podría poner en riesgo relaciones comerciales consolidadas.
Las exportaciones de cerezas dulces también disminuyeron un 25% en 2024/25, con 599 toneladas vendidas principalmente a países de la UE como Lituania y Alemania. Fuera de la UE, Bielorrusia y el Reino Unido son los principales compradores. La tendencia a la baja continuará en 2025/26.
Polonia también incrementó significativamente sus importaciones de cerezas en 2024/25, alcanzando las 3.253 toneladas frente a las 219 toneladas del año anterior, como respuesta a la escasez de producción interna. Para 2025/26, se proyecta que esta dependencia de las importaciones aumente aún más, con frutas provenientes de Turquía, Hungría y Serbia.
Con un clima cada vez más impredecible, altos costos operativos y una estructura de producción poco rentable, el sector cerecero polaco enfrenta enormes desafíos. La temporada 2025/26 podría convertirse en un punto de inflexión para muchos productores, obligándolos a replantear sus estrategias o incluso abandonar el cultivo si las condiciones no mejoran. El gobierno y las asociaciones del sector ya evalúan el impacto de las pérdidas y consideran medidas de apoyo. Pero mientras tanto, el panorama para la cereza polaca es sombrío: menos fruta, más competencia y una incertidumbre que amenaza con extenderse más allá de esta temporada.
A continuación el informe completo de FAS/ISDA:
Fuente: FAS/USDA
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