¿Por qué las peras chilenas cotizan más que las argentinas?
El diferencial de precio entre ambos países es realmente llamativo. Las peras argentinas con serios problemas para generar buenos retornos en el exterior.
Argentina es el segundo exportador mundial de peras. Pese a las profundas crisis que atravesó -y atraviesa- el sistema frutícola del Valle de Río Negro y Neuquén en estos últimos años, el producto se sostiene como referente internacional. Todo mérito del sector privado.
Las estadísticas así lo confirman. Durante el año pasado la región colocó en los distintos puntos del globo unas 320.000 toneladas de peras, concentrando cerca del 20% del total de las exportaciones mundiales y detrás del gigante chino que cerró sus ventas externas en 410.000 toneladas.
En los últimos tiempos se escuchó decir que “las peras argentinas ya no van más” en los mercados externos. Muchos son los empresarios y productores que se alinean a esta teoría. En algunos casos, los resultados comerciales acompañan esta posición. Pero claramente no hay una tendencia definida.
Desde otra vereda, los operadores y consumidores del exterior, la siguen viendo como una pera estrella dentro del mercado internacional. Su sabor y textura son factores clave en la definición de esta apreciación. Tampoco aquí está claro que hay de realidad y que de ficción en estos conceptos. Ambas posiciones, más que nada, son solo percepciones.
Si analizamos los valores que recibe la pera argentina en el exterior, tomando como referencia los precios declarados por los empresarios argentinos por la fruta puesta en puerto de origen (FOB), observamos claramente que, a partir de 2018, se produce un quiebre importante que hasta la fecha no se ha recuperado.
La gráfica adjunta refleja lo mencionado párrafos arriba. Los valores FOB muestran un crecimiento importante hasta 2018, año a partir del cual comienza un progresivo descenso. Pareciera que el mercado está en busca de un nuevo piso de precios para las peras argentinas. Pero no todos piensan así. Si bien muchas veces las comparaciones son odiosas, los datos oficiales que suministran las exportaciones chilenas poco tienen que ver con esta tendencia.
Es llamativa la dispersión de precios existente. A simple vista, la gráfica nos propone tres ciclos bien definidos. El primero de ellos va del 2004 al 2013. En este período se observa un crecimiento parejo de ambos precios, aunque siempre más altos los valores de la oferta exportable de peras chilenas. El segundo ciclo se lo puede identificar entre 2013 al 2018 que es donde se ve un claro proceso de desaceleración de precios buscando un nuevo equilibrio. En este período los precios chilenos siguen estando arriba de los de la pera argentina. Por último, nos encontramos con un tercer ciclo que va del año 2018 al 2023 en donde se produce algo muy particular: los valores de la pera chilena vuelven a acelerar su crecimiento, mientras que se produce todo lo contrario sobre la especie argentina.
El gráfico nos muestra asimismo que el diferencial de precios más alto se da en el período 2004-2013, justamente en este último año, en donde la pera chilena -siempre hablando de promedios- cotizó 60% por encima de la argentina.
Si volvemos a la gráfica argentina, podemos inferir -sin ningún tipo de análisis científico- que la evolución del valor FOB registrado por la pera podría responder -en algún punto- a la intensidad que tuvo el cepo cambiario en la economía argentina durante todo este tiempo. A mayor cepo, mayor brecha y menor nivel de facturación.
La voz de los expertos
“Las curvas planteadas muestran diferencias llamativas. Y esto se debe fundamentalmente a dos variables. La primera de ellas es el tipo de variedad que maneja uno y otro país”, sentenció Miguel Giacinti, analista del sector frutícola y titular de la Consultora Gabinete MAG, en conversación con +P.
Según Giacinti la oferta exportable de nuestras peras tiene muchas limitaciones por las variedades que presenta. Y en los últimos años este contexto se profundizó. La gráfica adjunta muestra que la participación de pera Williams a caído y, como contraparte, la variedad Packhams y Danjou crecieron. “Chile tiene un abanico de variedades que hoy están siendo demandadas en ciertos mercados y por ello logra mejores precios promedio”, comentó el analista.
Por otra parte un informe realizado por especialistas de la actividad -empresarios y consultores- hace ya unos años atrás argumenta la segunda de las variables de Giacinti para justificar el diferencial de precios entre la pera de Chile y Argentina: la calidad.
Si bien el gráfico adjunto toma como referencia para su análisis a las pomáceas del Valle (peras y manzanas) es realmente perturbador observar la pérdida de calidad que registró la oferta comercial frutícola de la región en todo este último tiempo. “La estadística de este trabajo llega hasta el 2019. No descarto que este escenario siga deteriorándose hasta estos días”, sentenció Giacinti.
Con todos estos datos sobre la mesa, esta claro que los problemas que estamos observando con nuestra pera en los mercados externos están definidos más por factores internos -propios de nuestra actividad- que por aquellos externos que son propios de los mercado internacionales.
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