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Acuicultura en Patagonia: el auge de la producción de trucha arcoíris y su impacto económico

¿Es la acuicultura la verdadera nueva frontera productiva argentina? Con un crecimiento del 120,74% en 2024, Patagonia lidera la mesa de exportación de trucha arcoíris.

La acuicultura se consolida como un eje estratégico para la diversificación de la matriz productiva nacional, registrando un crecimiento histórico que se refleja en los indicadores clave de la industria. Según el informe del Índice de Producción Industrial Pesquero (IPI pesquero) correspondiente a octubre de 2025, la actividad de Acuicultura mostró un robusto aumento interanual del 26,4% respecto a octubre de 2024.

A nivel acumulado, la actividad acuícola exhibe una variación positiva del 35,3% en el período enero-octubre de 2025, en comparación con el mismo lapso del año anterior. Este crecimiento otorga al sector una incidencia positiva significativa del 9,1% en la variación interanual del nivel general del IPI pesquero de octubre de 2025.

Este impulso se alinea con la tendencia global, donde la acuicultura superó por primera vez a la captura pesquera en 2022, representando el 51% de la producción de animales acuáticos para consumo humano.

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El ecosistema acuícola de Patagonia

La región, específicamente la Patagonia Norte, es el motor principal de este crecimiento nacional. La acuicultura patagónica concentra el 86,97% de la producción acuícola de Argentina. Esta producción está dominada por el cultivo de la Trucha arcoíris (Oncorhynchus mykiss), la cual constituyó el 86,99% de la producción acuícola nacional en 2024, totalizando 10.591,20 toneladas.

La actividad en Patagonia se distribuye mayoritariamente entre Neuquén, que aporta el 51,92% de la producción nacional, y Río Negro, con el 34,83%.

La producción de trucha se lleva a cabo casi en su totalidad (más del 99%) mediante sistemas de jaulas flotantes instaladas en los embalses de Alicurá y Piedra del Águila, ambos compartidos por las provincias de Neuquén y Río Negro.

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Estatus sanitario como ventaja competitiva

La calidad ambiental de los sistemas acuáticos patagónicos y su estatus sanitario son fundamentales para el desarrollo de la industria. Los embalses de Alicurá y Piedra del Águila han sido declarados Zona Libre de Enfermedades de Declaración Obligatoria ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA). Específicamente, Alicurá ya cuenta con la certificación, y Neuquén está avanzando en el proceso para que Piedra del Águila obtenga la misma autodeclaración libre de enfermedades como Necrosis Hematopoyética Infecciosa (IHNV) y Anemia Infecciosa del Salmón (ISA).

Neuquén fortaleció su marco regulatorio con la Ley Provincial 3073 y el Plan de Desarrollo Acuícola Provincial, cuyo objetivo es consolidar a la provincia como el centro nacional más importante de cultivo de salmónidos. La provincia busca alcanzar una meta de 9.000 Tn/año de producción de salmónidos, y el potencial total de producción entre Alicurá (4.000 toneladas) y Piedra del Águila (9.500 toneladas) supera las 13.500 toneladas anuales.

Actualmente, las pisciculturas locales operan con permisos limitados. Por ejemplo, en Alicurá se concedieron permisos para una producción total de 8 toneladas de truchas, acercándose a las 6 toneladas producidas, mientras que en Piedra del Águila, la capacidad es de 19 toneladas, con una producción actual cercana a las 5 toneladas (dividida entre Río Negro y Neuquén). La capacidad total estimada entre ambos embalses es de 27 toneladas.

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Proyección exportadora y genética

El crecimiento productivo del sector impactó directamente en el comercio exterior. Las exportaciones de trucha arcoíris de cultivo en 2024 alcanzaron las 3.429,25 toneladas, generando un valor FOB de 19,683 millones de dólares. Esto representa un incremento del 335% en volumen y del 327% en valor respecto a 2023. Los principales mercados de destino son Chile (71%) y Estados Unidos (24%). La trucha se exporta principalmente entera fresca o refrigerada (70% del volumen).

La región también avanza en el desarrollo de genética. La cordillera rionegrina alberga criaderos visitados por una comisión andina (Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador) para auditar protocolos sanitarios. Un resultado positivo podría abrir un mercado importante para la exportación de ovas fecundadas de trucha arcoíris, lo que representaría una industria de alto valor agregado y más amigable con el medio ambiente. Además, en zonas como El Bolsón y Villa Llanquín se concentra la mayor producción de alevinos de trucha arcoíris.

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Diversificación y desarrollo regional

Río Negro está explorando la diversificación productiva. En San Antonio Oeste, el cultivo de mejillones se inició como una alternativa laboral para pescadores artesanales afectados por la caída de la pesca tradicional. Además, la provincia realiza ensayos técnicos para la adaptación de la trucha arcoíris al agua salada (maricultura) utilizando genética propia, buscando un producto sostenible de alto valor agregado.

En la provincia también se avanza en el potencial de especies autóctonas subestimadas, como la carpa, que es consumida en Asia y Europa del Este y permitiría una acuicultura sin introducir especies nuevas. Otra especie con potencial es el esturión, considerado no invasivo y adaptable a temperaturas templadas, siendo el Lago Pellegrini un sitio ideal para su cría.

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