Salmón Chinook en río Limay: La invasión gigante que amenaza la biodiversidad de Neuquén
¿Un depredador del Pacífico Norte devorará el equilibrio del Río Limay? Este salmón, que puede alcanzar hasta 60 kg, ha encendido todas las alarmas en Neuquén al alterar gravemente los ecosistemas fluviales.
El salmón Chinook (Oncorhynchus tshawytscha), conocido como el rey de los mares por su tamaño colosal, ha cruzado océanos para conquistar la Patagonia y alertan que este invasor silencioso amenaza ahora el frágil equilibrio del Río Limay.
Su llegada no es casual: corrientes oceánicas lo impulsan desde Chile hacia el Atlántico, donde desova y muere, liberando una cantidad masiva de nutrientes que transforman ríos enteros. En un contexto de invasiones récord, científicos advierten: ¿podrá la Patagonia contener a este gigante antes de que colonice cada cuenca?
La pregunta retumba como una bandera de alerta y eso no extraña, ya que se trata de un salmón monumental. Los adultos miden hasta 1,5 metros y pesan entre 20 y 60 kilos, lo que lo convierte en el salmón más grande del mundo. Su voracidad en el mar lo posiciona como depredador supremo de peces forrajeros como anchoas y sardinas.
Un poco de historia
Introducido en Chile durante la década de 1970 desde ríos de Estados Unidos (como el Columbia y el Willamette), el Chinook escapó de granjas acuícolas y experimentos de "salmon ranching".
En apenas cinco décadas, colonizó cuencas patagónicas con una velocidad inédita. Se estableció inicialmente en el río Santa Cruz, y desde allí avanzó hacia el Atlántico aprovechando corrientes como la de Brasil-Malvinas.
Esta expansión representa la invasión más extensa del planeta. En Argentina, el Chinook ocupa, entre otros, ríos como Gallegos, Chubut, Futaleufú, Pico, Corcovado y Negro. En Chile, el río Toltén alberga poblaciones que alcanzan los 43.000 individuos. Estudios genéticos confirman su dispersión: el río Santa Cruz actúa como un "hub genético", acumulando la diversidad que propulsa colonizaciones secundarias hacia cuencas atlánticas conectadas.
Alerta en el río Limay
En agosto de 2025, la Patagonia entró en estado de alerta máxima. Un ejemplar de salmón Chinook apareció en el Río Limay, en la zona de Arroyito, remontando desde el Atlántico. Confirmado por Nicolás Lagos, director provincial de Fauna, este avistamiento no resultó de una siembra humana, sino de una migración natural.
A partir de este hallazgo, se encendieron las luces de alerta porque se trata de un pez, territorial y agresivo, que compite directamente con especies autóctonas por espacio y recursos. El río Limay, que drena hacia el valle del Río Negro, sostiene poblaciones de percas y péladillos, cuyo equilibrio depende de bajos niveles de nutrientes.
El Chinook altera dramáticamente este panorama. Sus nidos modifican los fondos fluviales durante el desove, y las carroñas post-reproductivas —hasta miles por evento— enriquecen el sistema con materia orgánica. En ríos chilenos, esto eleva la biomasa de algas en un 30%, pero también incrementa la competencia y el riesgo de eutrofización.
Peligro inminente
Expertos como Javier Ciancio, del CESIMAR-CONICET, enfatizan el peligro. "El Chinook adulto no predan en ríos —su estómago queda vacío—, pero su agresividad territorial ahuyenta a nativos, y los juveniles devoran alevines locales", explica.
La detección inicial en el Limay sugiere un "leading-edge" de dispersión, eventos raros, pero efectivos que preceden invasiones masivas.
En este punto, resulta evidente que la invasión del Chinook redefine los ecosistemas patagónicos. Los especialistas hablan de un riesgo ecológico (competencia amenaza a la biodiversidad y se podría desequilibrar el frágil ciclo de bajos nutrientes) y de impacto social y sanitario (las carcasas pudren las orillas, generan olores fétidos y atraen alimañas).
De la amenaza al recurso
El debate sobre el Chinook se centra en si debe ser controlado por su impacto ecológico o aprovechado por los beneficios socioeconómicos que genera (pesca artesanal, turismo).
En la provincia de Santa Cruz, la Legislatura sancionó en noviembre de 2025 una ley que declara al salmón Chinook como especie exótica invasora en todo el territorio provincial. Sin embargo, la norma lo reconoce simultáneamente como especie de uso controlado, lo que autoriza a la Secretaría de Pesca y Acuicultura a diseñar un Plan de Control y Aprovechamiento regulado.
Este plan busca reducir la biomasa invasora mientras genera oportunidades económicas formales para las comunidades ribereñas de localidades como Comandante Luis Piedra Buena, Puerto Santa Cruz, El Chaltén y El Calafate. El plan prohíbe explícitamente la introducción o liberación de ejemplares vivos en ambientes aún no invadidos.
En Tierra del Fuego, la pesca deportiva del Salmón Chinook (y del Salmón Coho) está habilitada bajo condiciones específicas de la Resolución 276/25. En la jurisdicción provincial, el límite de captura es de un ejemplar por día por pescador, con excepción de ambientes con restricciones particulares. La proliferación del Chinook sustenta la pesca deportiva en la Patagonia, con registros de capturas récord de hasta 44.5 pulgadas en 2023.
Lecciones del Limay para la Patagonia
En el Limay, se prioriza la vigilancia de desoves y juveniles para prevenir que se establezcan "hubs" genéticos. Las estrategias incluyen barreras físicas en cuencas y la promoción de pesca selectiva que reduzca la biomasa sin dañar a las especies nativas.
Este invasor obliga a repensar la convivencia humana con la naturaleza. Mientras su expansión vertiginosa coloniza desde El Bolsón hasta Tierra del Fuego, el río Limay emerge como una línea de defensa crucial. Científicos llaman a decisiones informadas: ¿recurso económico o amenaza contenida? El futuro de estos ríos depende de actuar ahora, antes de que el rey del salmón reclame su trono definitivo.
En esta nota










