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Asado más barato en la Patagonia: crecen envíos desde el norte del país

Tras la flexibilización de la barrera sanitaria, frigoríficos del norte se suman en el envío de asado con hueso a la Patagonia. Se confirma baja de precio.

Con la reciente habilitación del gobierno nacional para permitir el ingreso de asado desde la región libre de fiebre aftosa con vacunación, una nueva etapa se abre para el consumo de asado en la Patagonia. Esta decisión, que marca un cambio histórico en la política sanitaria y comercial del país, ya comienza a tener sus primeras repercusiones concretas: el frigorífico Swift, controlado por el grupo brasileño Minerva Foods, confirmó a La Nación que comenzará a enviar asado al sur del país. Se trata de la primera incursión formal de un frigorífico desde el norte hacia una región donde, hasta ahora, las restricciones sanitarias impedían este tipo de operaciones.

La medida, que busca flexibilizar la cadena de abastecimiento sin comprometer los estándares sanitarios, habilita el ingreso de costilla, asado y esternón a la Patagonia, siempre bajo estrictas condiciones impuestas por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA). Estas incluyen requisitos como la maduración de la carne, el pH controlado, el tipo de empaque, y la trazabilidad del origen de los animales. La región patagónica —declarada libre de fiebre aftosa sin vacunación— mantenía hasta ahora una barrera sanitaria que sólo permitía el ingreso de carne sin hueso proveniente de zonas donde la vacunación es obligatoria. Esa carne sin hueso representaba entre el 60% y el 70% del consumo regional.

Con este nuevo paso, se abre una puerta no sólo para el abastecimiento, sino también para un reacomodamiento en los precios. Si bien desde Swift aclaran que su objetivo no es competir directamente en precios, reconocen que la entrada de esta carne con hueso tendrá un impacto notable en el valor del asado que llega a las góndolas del sur argentino. Desde la firma estiman que el corte podría bajar hasta un 20% su valor actual, que ronda los $17.000 por kilo. “Nosotros lo vamos a colocar a entre $9.000 y $10.000 para supermercados y mayoristas, lo que se traducirá en precios al público de entre $12.000 y $13.000”, aseguraron fuentes de la empresa.

Más oferta para la Patagonia

El primer envío incluirá entre 30 y 40 toneladas de asado argentino, producido en las plantas de Swift ubicadas en Villa Gobernador Gálvez, Venado Tuerto y Villa Mercedes, San Luis. El destino de esta carne será principalmente las provincias de Neuquén, Río Negro y el norte de Chubut. La compañía planea establecer una logística constante con envíos semanales a la región, marcando un hito para el abastecimiento patagónico.

Más allá del movimiento inicial de Swift, se espera que otras compañías del sector también comiencen a aprovechar esta nueva apertura sanitaria. Con una producción nacional presionada por la lenta recuperación del stock ganadero y una demanda interna que muestra signos de reactivación, la posibilidad de movilizar carne desde el norte hacia el sur del país se perfila como una herramienta clave para equilibrar oferta y demanda, además de combatir la inflación en uno de los cortes más tradicionales de la mesa argentina.

Swift, además, ha demostrado una fuerte presencia en el comercio internacional y en las importaciones. En lo que va de 2025, la empresa ya trajo unas 4.500 toneladas de carne desde Brasil, entre cortes y materia prima para hamburguesas, con previsión de importar 1.500 toneladas mensuales hasta fin de año. La carne brasileña, según detallan, puede llegar a costar entre 600 y 1.000 dólares por tonelada menos que la producción nacional. Si bien lo que se enviará a la Patagonia será carne argentina, este modelo de arbitraje entre precios nacionales e internacionales es una muestra del dinamismo que atraviesa la industria cárnica actual.

La medida también se produce tras una puja entre productores del sur y autoridades sanitarias. En marzo, el SENASA ya había habilitado el ingreso de carne con hueso, pero debió retroceder ante la oposición de los productores patagónicos, preocupados por el riesgo sanitario. La nueva resolución incluye mayores garantías técnicas que buscan mitigar estos temores, al mismo tiempo que permiten mejorar el abastecimiento y generar una competencia de precios más saludable para los consumidores.

En definitiva, la llegada de asado del norte a la Patagonia simboliza mucho más que un simple cambio en la logística de distribución: es una muestra de adaptación de la política agroalimentaria nacional a un contexto económico que requiere eficiencia, sin resignar calidad ni seguridad sanitaria. Para los consumidores patagónicos, será una oportunidad de acceder a un producto emblemático a un precio más competitivo, y para la industria, una nueva vía para dinamizar sus canales de venta internos.

Fuente: La Nación con aportes de la Redacción de +P.

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