INDEC lo confirmó: histórica caída del precio del asado en la Argentina
Los precios de los distintos cortes de carne, principalmente el asado, siguen en caída libre. El consumo no repunta. La actividad en crisis.
No fue magia. En los últimos meses una combinación de factores climáticos, productivos y económicos impulsaron los precios de los distintos cortes de carne vacuna -liderados por el tradicional asado- a valores mínimos históricos. Los datos dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INDEC) dan cuenta que mientras la inflación creció 65% en estos primeros cuatro meses del año, los cortes de carne lo hicieron a tasas muy por debajo de la mencionada.
La gráfica adjunta detalla la caída de precios, en términos reales, que han sufrido los distintos cortes de carne en el mercado local en lo que va de este año. El asado, un producto tradicional de las familias argentinas, fue el que más sintió este derrumbe. Mientras que la inflación en estos primeros cuatro meses del año trepó un 65%, el asado lo hizo al 13%. Hay que destacar que la estadística publicada por el INDEC toma, para estos casos, los valores promedio de los comercios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y Gran Buenos Aires (GBA).
Pero estos números también se observan en los comercios de Neuquén y Río Negro. Los precios del asado se mantienen sin modificaciones hace ya cuatro meses y están tocando mínimos históricos, medidos en dólares.
El infograma muestra como el precio del asado se mantuvo inamovible en los 9.199 pesos promedio durante este primer cuatrimestre del año, contra un nivel de inflación de Neuquén -dato que se dio a conocer ayer- cercano al 70% en ese mismo período. La caída del precio de este importante corte de carne se desplomó, medido en términos reales.
Con este piso promedio que han tocado los distintos tipos de carne en el mercado nacional, es de esperar que el consumo tienda a crecer teniendo en cuenta las reglas que rigen la oferta y demanda del mercado. Sin embargo, lejos de esto, el consumo de asado -y carne en general- sigue cayendo.
Causas de este complejo escenario para la carne
El año pasado, producto de la sequía hubo una mayor oferta de carne, los precios “se mantuvieron estables desde marzo hasta noviembre” porque la sequía venía registrándose desde 2022”. Si a eso se le añade que “el poder adquisitivo cayó un 10% en el primer trimestre, se entiende por qué se reemplazó la compra de carne vacuna por la de pollo o la de porcino”, aclaró el panorama el Presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (CICCRA), Miguel Schiariti.
Los conceptos del especialista se confirman con las estadísticas oficiales. La grafica adjunta muestra que durante marzo de este año el precio con el que se compraba un kilo de asado, era equivalente a 2,68 kilos de pollo. Uno de los valores más bajos de los últimos años, al margen de los primeros meses del 2023.
Para el ejecutivo, la combinación de sobreoferta de carne durante la última parte del 2023 pasado y la destrucción del poder de compra del salario en este primer cuatrimestre del año, ha sido una tormenta perfecta para la producción e industria ganadera.
“En el segundo semestre de 2023, hubo una liquidación de hembras producto de la sequía, porque los animales no podían comer en el campo y había que achicar el rodeo para que las vacas preñadas pudieran comer mejor. Y a eso hay que añadir que este año tenemos 600 mil terneros menos”, explicó el titular de CICCRA. En cuanto al consumo de carne señaló que “ha caído 18,5% en el primer trimestre de este año comparado con igual período de 2023″ pasando de “de 52 kilos a 42 kilos”.
Las diferencias del asado por la barrera
Pese a que los valores del asado en los distintas provincias ubicadas al sur del río Colorado se mantuvieron estables en todo este año, las diferencias con los precios observados al norte de la barrera siguen siendo importantes.
La diferencia en abril se ubicó en el 41%, un valor por debajo del promedio de los últimos años. La falta de oferta de carne con hueso en los mercados de la Patagonia es lo que impulsa esta diferencia. Sin embargo, no solo el asado muestra valores diferenciales; el resto de los cortes de carne -con o sin hueso- reflejan esta misma tendencia.
Pero dejando de lado estos detalles, la ganadería regional está padeciendo las nuevas reglas que impone el mercado en la era Milei. Por un lado los productores están colocando su oferta en la industria a precios muy bajo, siempre hablando en términos reales. Por el otro, la estructura de costos (insumos, salarios, fletes, servicios, etc.) suben a tasas muy importantes. ¿Por qué no crece el precio de la hacienda, si todo sube en el país? Porque el consumidor, con su pérdida de poder adquisitivo, no está convalidando un posible incremento de precios.
La inflación en lo que va de este año se aceleró a una tasa promedio del 70% en Neuquén y el precio de la hacienda (por ejemplo, novillo hasta 320 kilos vivo) en la Provincia, en este mismo período, lo hizo a una tasa de sólo el 8%. “Hoy los precios están muy deprimidos. La media res está muy barata para las carnicerías, pero ellos aducen a su vez que, si no bajan los precios, no venden”, simplificó con claridad el actual escenario de la actividad, una importante fuente de la industria regional al ser consultada por el tema.
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