La curiosa historia de las ovejas con bozal
¿Por qué utilizan máscaras para pastar entre las hileras de cítricos en Araminda?, departamento de Canelones, Uruguay.
¿Qué tienen en común Misiones (Argentina), Manizales (Colombia) y Canelones (Uruguay)? En los tres lugares se estimulan las líneas de trabajo agrícola (yerba mate o frutales) incorporando animales para la producción de carne y leche.
Si bien en los tres países se pusieron en marcha sistemas productivos combinados, el caso de Uruguay llama la atención por un detalle en particular, un desarrollo tecnológico innovador que hace poco se mostró en Fruit Attraction 2024. ¿De qué se trata? Nos referimos a que en Uruguay las ovejas Hampshire Down deambulan entre las 20 hectáreas de frutales con bozales.
¿Por qué utilizan máscaras para pastar entre las hileras de cítricos en Araminda (departamento de Canelones)? Porque Martín Guarini, productor e integrante de la Sociedad Uruguaya de Silvopastoreo (Susilvo), puso en marcha tres pisos de producción: la ovina con la que da uso a las hierbas en las entrelíneas de los frutales, por encima limones y además abejas con las que produce miel.
Se trata de una verdadera sinergia entre dos rubros con múltiples ventajas para el productor y el ambiente. A Guarini se le ocurrió, a través de una iniciativa de INIA con unas máscaras ovinas, colocar a los animales un bozal con el cual “el ovino puede pastar cuando agacha la cabeza y cuando la levanta le impide ramonear, lo que permite la convivencia de la fruticultura y la ovinocultura”, explicó el ingeniero agrónomo Hernán Bueno, del equipo técnico del Plan Agropecuario de Uruguay.
Es una verdadera combinación de sistemas. En el caso de Guarini, tiene la variable tecnológica del bozal. De este modo, el ovino pasta en las entrefilas de los árboles frutales, por lo tanto, hay un aprovechamiento del pasto sin perjuicio para la producción de frutas.
Se trata se una alternativa atractiva para los productores, ya que les permite diversificar y emprender un pastoreo racional, utilizando mallas que hacen que la majada se movilice en zonas donde el productor lo desee, evitando otras, según convenga.
Ventajas a diestra y siniestra
Según el productor uruguayo impulsor de estas máscaras de la empresa Ki, para quienes emprenden una producción orgánica, tiene como atractivo que esta tecnología permite evitar el uso de agroquímicos a la hora de buscar un control de malezas en las entrefilas, dado que esa labor la realizan los ovinos.
Desde Uruguay aseguran que es un sistema, además, muy resiliente ante cambios en el entorno, que pueden ser por ejemplo económicos, o de clima, con base eso en la diversificación.
Otra ventaja es que en un escenario de clima tan desafiante, con compromisos asumidos entre los países, esta sinergia entre el ovino, el árbol y el pasto contribuye a una disminución de la generación de gases de efecto invernadero.
“Todo esto apunta a promover un sistema productivo atractivo para la granja, para los productores familiares, aunque también se puede pensar para una escala mayor”, dijo en declaraciones a medios uruguayos.
Haciendo historia
Los primeros pasos en esta sinergia se dieron allá por 2021. Tras una primera etapa de investigación, que se remontó a los primeros bozales ovinos registrados en 1906, Guarini se conectó con Ki, que habían comenzado el proceso de diseño y desarrollo de una máscara que realmente funcionara.
Con el foco puesto en cuidar a los animales y lograr los resultados buscados, se fabricaron más de 20 prototipos funcionales diferentes, hasta llegar al diseño final de Ki y su posterior registro en la Dirección Nacional de la Propiedad Intelectual.
Los bozales se colocan al introducir los animales al predio, se fueron realizando pruebas de validación con distintos períodos y desde hace seis meses se implementó el uso continuo, sin observar ninguna alteración comportamental.
Los animales se vienen desarrollando de excelente manera, ya que al pastar en los montes frutales están en un ambiente favorable, aprovechando la sombra y abrigo de las condiciones climáticas gracias a los árboles.
Por otro lado, tienen agua en la parcela, lo cual es muy beneficioso, ya que no tienen que preocuparse por encontrar este recurso y, lo más importante, tienen pasturas de calidad en épocas en las cuales escasean, ya que los frutales cuentan con riego por goteo.
Hablemos de las máscaras
Este modelo de máscaras es un desarrollo uruguayo y ha sido posible gracias al apoyo de las distintas organizaciones que han acompañado el proceso: Agencia Nacional de Investigación en Innovación, Susilvo, IPA, la Dirección Nacional de la Granja (Digegra) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el INIA, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (Inavi) y la Asociación Nacional de Bodegueros (ANB), entre otras.
Las máscaras cumplen su función correctamente y de hecho, se están utilizando en pruebas en distintos cultivos: limoneros, viñedos y plantaciones de duraznos. Después de estos ensayos exitosos, ya se comenzará con la comercialización a gran escala a nivel nacional y las primeras exportaciones.
Los impulsores de las máscaras enumeran ventajas: aseguran que se repagan en seis meses, que bajan costos asociados al uso de agroquímicos para el control de malezas, mano de obra y uso de fertilizantes minerales y que registraron un alta tasa de mellizos que tienen los ovinos.
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