Brasil

La OMSA reconoció a Brasil libre de aftosa: impacto en la Patagonia

El organismo internacional otorgó a Brasil el estatus de país libre de fiebre aftosa sin vacunación. El asado del vecino país ya puede entrar a la Patagonia.

Brasil dio un paso crucial en su posicionamiento como potencia agroalimentaria mundial. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) lo declaró ayer oficialmente como país libre de fiebre aftosa sin vacunación, el más alto estatus sanitario que puede obtener una nación ganadera. La decisión se formalizó este jueves 29 de mayo, durante la 92.ª Sesión General de la Asamblea Mundial de Delegados, celebrada en París.

La fiebre aftosa es una de las enfermedades más temidas por los países productores de carne. Su alta capacidad de propagación y los enormes costos económicos que implica un brote han llevado a muchos gobiernos a invertir durante décadas en programas de erradicación. En el caso de Brasil, la lucha contra la enfermedad comenzó formalmente en 1950. Desde entonces, el país atravesó distintas etapas, hasta la implementación, en 2017, del Programa Nacional de Vigilancia de la Fiebre Aftosa (PNEFA). El objetivo: eliminar completamente el virus en el territorio y suspender la vacunación sin poner en riesgo la sanidad animal.

El nuevo estatus, otorgado por la OMSA, reconoce justamente ese logro. Durante los últimos años, se llevaron a cabo estudios seroepidemiológicos que confirmaron la ausencia del virus, permitiendo avanzar en la eliminación gradual de la vacuna. Según la Confederación de Agricultura y Ganadería de Brasil (CNA), este resultado es fruto de una década de trabajo coordinado entre el Estado, los productores y las instituciones sanitarias.

“La eliminación de la vacunación se realizó de forma segura, cumpliendo con todos los requisitos internacionales. Este reconocimiento refuerza el compromiso del sector rural brasileño con la salud animal y la calidad de sus productos”, señaló la CNA en un comunicado. La entidad también destacó la importancia de los ganaderos y trabajadores rurales, quienes actúan como primera línea de vigilancia frente a cualquier brote.

El acto en París contó con la participación de importantes referentes del agro brasileño, como João Martins (presidente de la CNA), la senadora Tereza Cristina (vicepresidenta del Frente Parlamentario Agropecuario) y Marcelo Bertoni (titular de la federación Famasul de Mato Grosso do Sul). Para todos ellos, este paso marca un antes y un después en la historia de la ganadería del país vecino.

Impacto en la Patagonia

Pero mientras Brasil celebra, en Argentina surge una pregunta clave: ¿Qué significa este nuevo estatus para el mercado local y para los productores nacionales? La respuesta, lejos de ser técnica, toca intereses económicos, políticos y regionales. La Patagonia argentina ya fue declarada como zona libre de fiebre aftosa sin vacunación por la misma OMSA hace más de una década. Este estatus no solo se logró antes que en Brasil, sino que se mantiene con gran esfuerzo por parte de los productores, quienes deben cumplir con estrictos protocolos sanitarios y enfrentar mayores costos de producción.

La carne que llega del norte del río Colorado, región de la Argentina donde aún se exige vacunación, se enfrenta a restricciones para circular libremente dentro del territorio de la Patagonia. Los cortes con hueso no puede ingresar. En cambio, la carne brasileña —ahora con el mismo nivel sanitario— a partir de ahora ya podrá acceder al mercado patagónico. Esto ha generado inquietud entre ganaderos, frigoríficos y autoridades provinciales del sur del país, que ven en esta situación una clara asimetría en las condiciones de competencia.

ganadería Brasil 1.jpg
Los cortes de carne con hueso de Brasil ya pueden entrar al mercado de la Patagonia.

Los cortes de carne con hueso de Brasil ya pueden entrar al mercado de la Patagonia.

“Nosotros producimos con los más altos estándares del mundo desde hace más de diez años. Ahora podría entrar la carne brasileña con las mismas garantías sanitarias para competir en las góndolas con nuestro producto y con un costo mucho menor”, explicó un productor de Río Negro consultado por este medio. Las estadísticas del mercado confirman esta preocupación. El tradicional corte de asado -que por ahora está restringido su ingreso desde el norte de la barrera- cuesta al consumidor poco más de 20.000 pesos el kilo; si se trae de Brasil, ese valor puede llegas a bajar hasta los 10.000 pesos el kilo.

La situación pone de manifiesto una serie de contradicciones en la política agroalimentaria nacional. Mientras se exige a los productores patagónicos sostener condiciones estrictas para mantener el estatus internacional, con la Resolución 180/25 del SENASA que permite el ingreso de carne proveniente del norte de la barrera sanitaria -y que entraría en vigencia el 18 de junio- no se garantiza una equidad de tratamiento frente a la carne del norte del país. De hecho, algunos especialistas advierten que, de mantenerse la resolución, podría profundizarse el desequilibrio entre regiones y favorecer las importaciones en detrimento de la producción local.

Además, el posible ingreso de carne brasileña con similar estatus sanitario podría condicionar las futuras decisiones productivas y comerciales de la ganadería de la Patagonia. Pese a cumplir con todos los estándares internacionales, el potencial exportador y de abastecimiento de la Patagonia sigue parcialmente restringido por decisiones productiva y comerciales.

Brasil, por su parte, se prepara para disputar mercados con potencias ganaderas como Estados Unidos, Australia y la Unión Europea. Con su nuevo estatus sanitario, la carne brasileña suma competitividad y se posiciona como un actor central en el comercio internacional.

Para Argentina, la llegada de esta carne al mercado interno con las mismas condiciones sanitarias que la carne patagónica debería servir como disparador para revisar políticas sanitarias, armonizar normativas y garantizar reglas de juego justas para todos los productores. De lo contrario, el país podría correr el riesgo de perder más que mercados: podría perder también su equilibrio productivo territorial.

En esta nota

Dejá tu comentario

Las más leídas