Los márgenes de la actividad ganadera no se recuperan
La actividad ganadera continúa con márgenes por debajo del promedio de los últimos años, que están muy condicionados por la salida del invierno.
La Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGPyA) ha publicado su informe trimestral sobre Resultados Económicos Ganaderos en el que modeliza los resultados de distintos planteos productivos de Cría, Invernada y Engorde para diferentes zonas del país. Se trata de un seguimiento que se viene realizando de forma ininterrumpida desde junio de 2011 y el cual, aun con las limitantes de todo modelo, aporta una muy buena herramienta para analizar la evolución de los números que arroja la ganadería en nuestro país.
Particularmente, en el caso de la cría, existe una marcada estacionalidad en los resultados asociado principalmente a la venta de los terneros y en menor proporción -aunque nada despreciable en los últimos años- al descarte de vacas vacías.
En este último informe que publica la SAGPyA (Informe N°51/septiembre 2024) se destaca, comparado con los números del trimestre anterior, un incremento en los márgenes de la cría del orden del 20% al 30%, según planteos y zonas productivas. Dicho incremento se encuentra asociado fundamentalmente a la mejora de los precios tanto de la invernada como de las vacas, en este último caso -como bien señala el informe- no solo responde a una cuestión estacional, sino que también es consecuencia de la eliminación de los derechos a las exportaciones de carne proveniente de esta categoría de hacienda.
En concreto, tomando como referencia el modelo de cría planteado para Cuenca del Salado -donde se asume una explotación de 260 vientres en 450 hectárea (ha), manejado en un 95% sobre campo natural- el margen bruto que ofrece actualmente este esquema es de 147.336 $/ha., esto es un 16% superior al resultado que mostraba tres meses atrás, llevado a valores de hoy. Sin embargo, comparado con los márgenes históricos que ha arrojado este mismo modelo para este trimestre del año (valores a agosto), los números actuales se sitúan un 5% por debajo del promedio de la serie (2012-2024) y un 22% por debajo del valor máximo registrado en agosto de 2022. Asimismo, en relación a igual mes del año anterior (162.088 $/ ha) los números actuales también están un 9% por debajo, siendo los más bajo de los últimos 5 años, desde los magros resultados obtenidos en 2018-2019 golpeados por la fuerte caída que registraba por entonces el precio de los terneros.
Si vamos a un planteo de Ciclo Completo, la mejora estacional aún no se percibe y en la comparación con años anteriores, tomando el modelo calculado para el Centro-Sur de Córdoba, el panorama resulta similar al de la Cría, con un valor actual de 123.902 $/ha., es un 19% por debajo del promedio de la serie completa y un 21% inferior al resultado ofrecido a igual mes de un año atrás.
Sucede que, en este caso, el precio del novillo permanece mucho más retrasado en términos reales que el valor del ternero, erosionando en consecuencia los márgenes de un planto de ciclo completo. Tomando valores a agosto, mientras que el novillo marcaba un retraso interanual del 14%, el valor del ternero aun defendía un 8% de mejora en términos reales.
Actualmente, los promedios parciales de septiembre muestran un novillo que, en pesos corrientes, cae casi 5% contra un ternero que muestra una mejora de apenas un 3% mensual.
Esta misma limitación que genera el precio del novillo para el ciclo completo, se traduce en una erosión aún más severa para los números de la invernada o el engorde a corral, eslabones cuya rentabilidad depende en gran medida de la relación de compra-venta entre ambas categorías, para determinado nivel general de precios.
Un aspecto positivo que también se destaca en el informe y es válido para todos los planteos productivos, es que los costos de producción se han mantenido relativamente estables luego de los fuertes aumentos registrados a comienzos de este año.
Sin embargo, un dato no menor que esta afectando severamente el flujo de caja del productor y por su eventualidad no se ve reflejado en los números que arrojan estos modelos construidos en base a variables predefinidas, es el costo adicional que vienen afrontando los productores en concepto de suplementación forrajera.
Sucede que, la falta de lluvias sumado a los severos episodios de heladas ocurridos durante el invierno aniquilaron por completo los recursos forrajeros que se disponían para empalmar con la llegada de la primavera. Esta erogación adicional que deben destinar los productores a la compra de fardos, rollos y demás suplementos para sostener la hacienda, sin dudas, es lo que está absorbiendo hoy por hoy una buena parte de los ingresos generados tanto por la venta de la invernada como por el refugo de vacas, con valores nada despreciables. . El precio del ternero, medido a moneda constante, resulta apenas un 3% inferior al promedio de la serie (2012-2023) mientras que el precio de la vaca flaca tipo conserva es un 18% superior a dicho promedio, tras una importante recuperación a partir de esta segunda mitad del año.
Consideremos que la mejora registrada en el precio de la vaca de descarte podría, a su vez, estar traccionando un mercado de reposición de vientres mucho más activo de lo que se observa. Tal como señalábamos en uno de los últimos Lote de Noticias, hoy el valor de una vaquillona preñada equivale a 1,6/1,7 vacas de conserva, contra un promedio de 2,05 medido a esta misma fecha en los últimos 10 años y 1,9 en septiembre del año pasado.
Esto debería comenzar a dinamizar la inversión del criador. Actualmente, de no ser por el condicionante que todavía sigue planteando el factor climático, el valor de la invernada debería ser mayor, por la misma escasez de terneros disponibles este año, como también debería ser mayor el valor de los vientres y de los reproductores, cuyos promedios, medidos en kilos de novillo se ubican entre un 20% y un 8%, respectivamente, por debajo de los valores registrados en 2022, previo a la seca.
Por tanto, con costos de producción más estabilizados y valores relativamente buenos tanto para la vaca como para el ternero de invernada, a medida que los campos comiencen a reacomodarse, los valores de la reposición deberían comenzar a mejorar, reflejando paulatinamente un cambio de fase en el ciclo ganadero.
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