"No es fácil hacer un pronóstico sobre el futuro de la carne si EE.UU. impone aranceles"
Miguel Gorelic, especialista del mercado de la carne, dio un claro escenario de lo que se viene si EE.UU. impone aranceles a la Argentina.
Varias noticias han movilizado la cadena de ganados y carnes durante las últimas semanas: el gobierno habilitó la venta de ganado en pie al exterior, y China comenzó a restringir compras a algunos proveedores, cancelando el acceso a varias empresas de distintos países, entre ellos Argentina. Por eso, acudimos a Miguel Gorelic, analista, consultor y líder de la página 'Valor Carne', para consultarle sobre los cambios que esto genera en los mercados de carne vacuna. “La situación actual de la cadena de ganados y carnes es bastante compleja, porque hay un desalineamiento entre el precio de la hacienda, el cambio de exportación y los precios internacionales. Los precios de la hacienda no han sido buenos a lo largo de 2024: cayeron desde un nivel récord histórico en diciembre de 2023 y, sistemáticamente, han perdido la mitad de su valor. Sin embargo, de octubre a esta parte, se han logrado recuperar alrededor del 20%”, indicaba Gorelic.
“Por otro lado, si uno mira la historia, el tipo de cambio está relativamente atrasado. A esto hay que agregarle los derechos de exportación que todavía tienen las cartas que no son de vaca, y los precios internacionales, que se mantuvieron marcadamente bajos desde mediados de 2023 hasta fines de 2024, mostrando ahora un signo de reactivación. Este conjunto de variables ha incidido en que la exportación haya tenido un año de malo a muy malo, mientras que los precios de la hacienda para el productor se encuentran en un nivel intermedio: no son malos, pero tampoco representan un gran incentivo para aumentar la producción”, decía Gorelic.
- Ahora, esta situación negativa para la exportación se suma al tema del cierre de China.
- China está reacomodando a sus proveedores y siendo más exigente. Según la información que tengo, hay proveedores de Argentina, Uruguay y Mongolia. No es que haya cerrado su mercado; son controles de mercado habituales. (N de R: suspendieron a empresas que no cumplieron con sus compromisos de venta). Sí, por supuesto, pero desconozco los detalles de cada uno de ellos. Visto desde afuera, no llama la atención. Lo que tiene China en este momento es una investigación para determinar hasta qué punto el aumento de las importaciones en los últimos años ha incidido en la situación de penuria para sus productores ganaderos, quienes han experimentado caídas de precios de la hacienda y de la carne muy marcadas. Esta es una investigación de salvaguardia que podría determinar, según el dictamen, que el gobierno chino impulse una cuotificación de importaciones, un aumento temporal de aranceles, o nada”.
- Ya que mencionó aranceles, ¿Cómo podría afectar a Argentina el posible aumento de aranceles que Trump está considerando, o al menos un cambio en la forma del comercio?
- Creo que el aumento amenazado de los aranceles de Estados Unidos a Canadá y México, del cual finalmente no queda claro si se empezarán a aplicar, llevaría a una distorsión muy grande del mercado norteamericano, que estaba muy integrado desde la firma del NAFTA en 1994, incluyendo el nuevo acuerdo que une a los tres países. México, un importante proveedor de carne y hacienda, y Canadá en la misma línea. Estados Unidos es un exportador fuerte, y ambos países son mercados muy importantes. Estos aranceles harían que la carne mexicana resultara más cara, y los importadores tendrían que proveerse de otros países, lo que a corto plazo podría ser favorable para los exportadores del Mercosur. Sin embargo, esto es una mala señal, ya que es una forma de administrar el comercio que no permite tener previsiones a largo plazo y desalentará las inversiones. Aunque esto podría ser positivo a corto plazo, no es una política que se debería fomentar o recomendar”.
- Y el precio de la carne mundial podría subir, ¿verdad?
- Bueno, podría subir en Estados Unidos y bajar en México y Canadá, lo que haría que estos dos países se convirtieran en competidores más agresivos en otros mercados en los que Argentina o Brasil compiten con ellos. No es fácil hacer un pronóstico general sobre esto.
- Entiendo. ¿Y el retraso cambiario afecta mucho a la exportación?
- Sí, supongo que si el gobierno llega a esto no se pondrá contento, pero el dólar, el tipo de cambio en términos reales, está relativamente atrasado. También es cierto que este valor ha sido extremadamente variable a lo largo de la historia argentina de los últimos 10, 20, 30, 40 años, así que no hay un número mágico que uno pueda señalar como el nivel adecuado del tipo de cambio. Pero insisto, en términos relativos, hay un cierto caso que se potencia con los derechos de exportación que todavía tiene la carne.
- En cuanto al futuro de la cadena para este año, ¿es usted optimista? ¿Cómo vislumbra la situación en general?
- Creo que hay buenas perspectivas. Las mejores perspectivas provienen en general desde afuera. Como mencioné antes, desde fines de año han comenzado a rebotar los muy bajos precios internacionales. Hay mercados que están mostrando niveles de precios interesantes, como en el caso de Estados Unidos, Israel y Chile, que está mejorando un poco. Y China, que ha sido el más relegado en este tema, últimamente ha mostrado pequeños y modestos aumentos de precios que parecen configurar un mejor ambiente para este año. Además, desde el punto de vista del mercado interno, las mejoras en los salarios y, en consecuencia, en el poder adquisitivo, significarán un incremento en la demanda. El año 2025 se perfila un poco mejor para ambos lados del mercado.
- ¿Y para el productor? ¿Cómo lo ve?
- Lo veo un poco mejor, precisamente porque si la exportación mejora, vía mejores precios externos, y la demanda se fortalece gracias al aumento de salarios reales, claramente habrá una mejor demanda para la hacienda y la carne. Sin embargo, estoy previendo un poco más de oferta, lo que hará que este año sea más interesante que 2024.
- ¿Más oferta, dice, por liquidación?
- No, no por liquidación, sino por la fluctuación habitual de las fases del ciclo ganadero.
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