Industria

Para la industria cárnica, 2025 será de ajustes y supervivencia

Miguel Jairala, economista del Consorcio ABC, destacó los costos crecientes y las políticas que impactan en la competitividad de la industria cárnica.

El último informe del Consorcio de Exportadores de carne vacuna (ABC) ratifica una tendencia alcista pero leve para las ventas externas. Los empresarios de frigoríficos no cesan de recorrer ferias para consolidar esas ventas, De hecho, la semana pasada se realizó una de las últimas del año en China, hoy el principal país comprador de carne argentina. Pero creen que el año próximo será complicado. Miguel Jairala, es economista del Consorcio ABC, y comparte su análisis sobre la situación actual de la exportación de carne en Argentina. Habla de los desafíos que enfrenta el sector, desde la fluctuación en la oferta hasta los costos crecientes y las políticas que impactan en la competitividad de la industria cárnica en los mercados internacionales. El rol de Argentina en mercados clave y los retos para 2025.

- ¿Cómo está el panorama de la exportación? El último informe indica un aumento paulatino. ¿Cuál es su opinión al respecto?

- Sí, en los últimos cuatro meses, incluyendo octubre, hemos visto una recuperación en la faena, que estuvo limitada en el primer semestre debido a la sequía del año pasado. Generalmente, el segundo semestre ofrece mayor disponibilidad, pero este año estamos a niveles similares a los de 2022, que fue un año de liquidación. Octubre mostró un leve incremento en comparación al año pasado, cuando la especulación por las elecciones mantuvo al mercado en vilo. Con esta mayor oferta y un consumo interno muy bajo, hay volúmenes adicionales para exportar, y desde julio hemos visto un aumento en casi todos los destinos, excepto en el segmento de carne sin hueso hacia China, que se mantiene en niveles del año pasado. La caída del consumo interno y el leve aumento en la faena generan un saldo exportable mayor, aunque esto no significa una mejora en los precios, ya que los costos han aumentado y erosionan la rentabilidad mes a mes. Además, la oferta de las categorías demandadas para carne de calidad sigue limitada, y todavía tomará unos meses alcanzar un volumen adecuado.

- ¿Y qué incidencia tiene el mercado chileno?

- Chile es un mercado pequeño donde Argentina es un proveedor minoritario, con menos del 15% de participación. Actualmente, el mercado está dominado por Paraguay y Brasil. Argentina ofrece segmentos de mayor calidad en algunos casos, pero en comparación con hace 20 años, Chile representa una porción menor en nuestra canasta exportadora.

- Hablando de Europa, ¿Cómo ve el mercado europeo y la relevancia de la cuota Hilton?

- La cuota Hilton sigue siendo importante, ya que Europa representa uno de cada seis dólares ingresados por exportaciones de carne vacuna. Aunque el volumen es menor, siempre se trata de cortes de alto valor. La demanda de carne vacuna entra en temporada baja de consumo en invierno, lo que, sumado a una caída de precios de entre 2.000 y 2.500 dólares, complica la rentabilidad. Para la próxima temporada, no se esperan valores muy por encima de los de la última zafra, lo cual afectará el volumen exportado a destinos como Israel, donde los precios de la hacienda aún no se reflejan en el exterior.

- ¿En qué posición coloca esto a Israel?

- Israel y Europa se complementan: las exportaciones hacia Europa consisten en cortes traseros, mientras que los delanteros van a Israel. Los mercados de mayor volumen, sin embargo, son China y Estados Unidos, que ha incrementado sus importaciones debido a su problema de producción local. Este incremento en las importaciones es significativo, especialmente desde Australia, Nueva Zelanda y, en menor medida, Sudamérica.

- Con el cambio de gobierno en Estados Unidos, ¿Podría modificarse la demanda de ese país?

- No, para nada. Estados Unidos es un mercado independiente de las políticas gubernamentales y su consumo o demanda no cambia con los cambios de gobierno.

- ¿Cuáles son las perspectivas para 2025?

- Si los precios no mejoran, será un año difícil. Los costos en Argentina, en términos de dólares, están muy altos, y mantener el mismo nivel de actividad será complicado. Hay que ver cómo se comporta el mercado interno y si hay una recuperación del poder adquisitivo. El consumo de carne por habitante ha bajado en las últimas décadas, y hoy es poco probable volver a niveles de 80 kilos per cápita. Sin una recuperación económica, toda la cadena, desde el criador hasta el exportador, deberá ajustar costos.

- ¿Cómo afecta la variación del tipo de cambio en la inversión?

- Con el 'blend', un 20% de la liquidación se realiza al tipo de cambio paralelo, lo que ha reducido el tipo de cambio efectivo. Además, los costos salariales y de energía han subido entre un 3 y 4% mensual, lo cual erosiona el poder de compra. A menos que los precios de exportación mejoren, la industria tendrá que reducir actividad y ajustar precios internos.

- ¿Qué potencial tiene China como mercado? ¿Ya se ha alcanzado el máximo de exportación posible?

- China se ha estabilizado en un nivel alto de importaciones, pero la competencia es cada vez mayor. Argentina debe mejorar su competitividad no solo ajustando el tipo de cambio, sino reduciendo impuestos, costos logísticos y eliminando trabas burocráticas. También es crucial una agenda de tratados de libre comercio para mejorar el acceso a mercados. En el corto plazo, hasta 2025, el panorama sigue igual, y en lugar de "pasar el invierno"; para la industria será "pasar el verano".

- ¿Cuál es la opinión de los exportadores sobre la barrera sanitaria en la Patagonia?

- La barrera perjudica a los consumidores patagónicos, que pagan hasta 5.000 pesos más por el asado en comparación con la región pampeana. Nosotros tenemos la propuesta de enviar la carne envasada al vacío, por lo cual no habría ningún riesgo que viole las condiciones de la barrera. Con trazabilidad, con etiquetado, con todo lo necesario para que no haya ningún riesgo. No creemos tampoco que la barrera debe eliminarse, porque es una protección para la principal producción del Valle, que es peras y manzana. Pero no tiene ningún sentido mantenerla para carne Si no hay riesgo al exportar esta carne a Europa, no debería haberlo para enviarla a la Patagonia. Esto beneficiaría tanto al consumidor, con precios más bajos, como a la industria cárnica, que podría vender en un mercado nuevo. Esperamos que se tome una decisión política favorable a la región.

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