Prorrogan restricciones para la pesca de merluza y langostino
La provincia de Río Negro extendió hasta el 31 de diciembre la emergencia pesquera en el Golfo San Matías. Se mantendrán límites en las capturas.
La provincia de Río Negro prorrogó hasta el 31 de diciembre la emergencia pesquera en todo el ámbito del Golfo San Matías, lo que implica mantener vigentes ciertas restricciones en las capturas de merluza y langostino, porque el recurso había entrado en una “disminución drástica en la biomasa”, como se reflejó en algunos proyectos de ley. Habrá un cupo máximo de captura por cada barco autorizado de 3.000 toneladas o no superior al 75 % de las capturas efectuadas antes de la emergencia. En el caso del langostino, se podrán hacer lances de no más de una hora de duración o un máximo de 1.000 cajones de 18 kilos.
“La emergencia no es solo ambiental. También es una herramienta para cuidar el trabajo, sostener al sector y planificar un camino que combine producción y responsabilidad”, señaló el ministro de Desarrollo Económico y Productivo, Carlos Banacloy, luego de una reunión realizada en Viedma el jueves pasado y de la que participaron “los actores del sector artesanal e industrial”, se destacó en un comunicado oficial.
Se informó que, en el caso de la pesca artesanal, se renovarán los permisos vigentes al 30 de junio de 2025 por un año, se prorrogarán los vencimientos de créditos vigentes y se acompañarán propuestas productivas viables presentadas por pescadores.
Se anunció que la emergencia se mantiene como “una estrategia que conjuga conocimiento científico, sostenibilidad ambiental y desarrollo territorial”. Recordaron que se hicieron campañas de investigación científica impulsadas junto al INIDEP, CIMAS y la Universidad Nacional del Comahue.
Se determinó que, entre noviembre de 2022 y noviembre de 2024, la biomasa de merluza aumentó un 120,3 %, según los informes técnicos, pero los mismos informes indican que más de la mitad de ese nuevo stock no tiene tamaño comercial, esto es, especímenes que no llegan a los 40 centímetros de longitud.
“Esta recuperación –dijeron desde el Ministerio– se explica por las medidas adoptadas por la provincia: reducción del esfuerzo pesquero, vedas estratégicas y una fuerte presencia del programa de observadores a bordo”.
Hay que recordar que en 2022, fue cuando se hizo el último relevamiento por parte del CIMAS, usando un barco del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP), que se encendieron todas las alarmas y se resolvieron las actuales restricciones. “Se encontró que la biomasa de 40 a 50.000 toneladas de merluza que había en el golfo y que permitía esos niveles de producción de 10.000 toneladas por año, habían disminuido a 15 o 20 mil toneladas”, destacaba el infirme.
Pero no solo se achicaron las mallas, sino que la voz de los expertos fue desoída: “nosotros siempre recomendamos que, para pescar merluza, no debía haber más de 10 a 14 barcos acá en el golfo. Pero como apareció el langostino hubo una especia de engaño, y dieron permisos para la captura del langostino, aparte de los que ya estaban otorgados para la merluza. Entonces, para pescar merluza no pusieron más barcos, pero los mismos barcos que habilitaron a pescar langostinos usaron redes chicas de las que no se escapa ninguna merluza, y todas las merluzas que capturaban incidentalmente pescando langostinos, las tiraban”.
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