¿Qué pez concentra una gran reserva de potentes antioxidantes naturales?
Un equipo de investigación del INTA estudia la generación de antioxidantes naturales a partir un subproducto de la industria piscícola.
La industria pesquera y acuícola genera un volumen considerable de subproductos, y una nueva investigación en Argentina busca darles un valor inesperado. Tradicionalmente, solo el 40% del pescado se destina al consumo humano, dejando un enorme 60% como "residuos" de bajo valor, compuesto principalmente por cabezas, piel, escamas y vísceras. Sin embargo, estos "desperdicios" no son tan pobres como parecen; de hecho, contienen proteínas de alto valor biológico.
Investigadores del Instituto de Tecnología de Alimentos (ITA) del Centro de Investigaciones de Agroindustria del INTA Castelar están trabajando para transformar estas partes descartadas en compuestos con una capacidad antioxidante significativa. Específicamente, se han enfocado en las cabezas de tilapia azul ( Oreochromis aureus).
Fernanda Martínez, investigadora principal del proyecto, explicó la meta: “Nuestro objetivo es obtener compuestos con capacidad antioxidante a partir de cabezas de tilapia azul mediante la aplicación de un proceso simple como es la hidrólisis enzimática”.
Actualmente, el equipo está optimizando las condiciones de este proceso para maximizar la capacidad antioxidante de los hidrolizados resultantes.
Potencial enorme
Este avance es particularmente relevante porque los antioxidantes naturales tienen un gran potencial para la industria alimentaria. Permiten extender la vida útil de los productos sin necesidad de recurrir a aditivos sintéticos, algunos de los cuales enfrentan restricciones o prohibiciones en varios países debido a preocupaciones de salud.
Pero sus aplicaciones van más allá: estos compuestos derivados de la tilapia podrían incorporarse en alimentos funcionales, suplementos nutricionales e incluso en alimentos balanceados para animales.
Producción global
La tilapia no es una elección casual para esta investigación. Es la segunda especie más cultivada a nivel mundial, con una producción anual que alcanza los 7,4 millones de toneladas. Ariel Belavi, coordinador del Centro de Acuicultura Ángel Gallardo del INTA, donde se obtuvieron los ejemplares para el estudio, subraya la importancia de esta especie. Su versatilidad y valor nutricional la convierten en una candidata ideal para proyectos que buscan agregar valor y promover la producción sostenible. El centro mismo trabaja en el desarrollo de sistemas de producción intensivos y acuapónicos.
En palabras de Vanina Ambrosi, otra investigadora del ITA involucrada en el proyecto, la importancia de esta investigación radica en un concepto más amplio: “La valorización de los subproductos de la producción acuícola es un paso clave para el desarrollo de la actividad acuícola y pesquera de nuestro país”.
Transformar lo que antes era considerado descarte en productos de alto valor no solo reduce el desperdicio, sino que abre nuevas vías económicas y promueve una industria más sostenible y eficiente. Esta investigación del INTA demuestra cómo la innovación puede encontrar riqueza donde otros solo veían residuos.
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