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Crisis en el Atlántico: el Maersk Sana lleva 15 días a la deriva tras la explosión

Llueven las críticas sobre la empresa. El portacontenedores Maersk Sana lleva más de 15 días a la deriva en el Atlántico.

Más de quince días después de que una explosión dejara al buque portacontenedores Maersk Sana sin propulsión en el corazón del Atlántico, la embarcación continúa a la deriva, mientras su tripulación espera la llegada de un remolcador que partió desde Europa. La situación ha puesto nuevamente bajo escrutinio los protocolos de respuesta ante emergencias marítimas de la naviera danesa Maersk, especialmente tras un episodio anterior que afectó al Maersk Saltoro.

El Maersk Sana, un buque de 21 años de antigüedad y con capacidad para 8.450 TEU (unidad equivalente a veinte pies), sufrió el 28 de abril una explosión en la sala de máquinas que provocó heridas a tres marineros, uno de ellos de gravedad. Desde entonces, el barco permanece inmovilizado, operando solo con energía auxiliar. La compañía informó que un remolcador especializado está en camino, con una llegada prevista en los próximos días y que el buque será remolcado hasta un puerto de refugio en las Bahamas, donde se espera su arribo hacia finales de mayo.

La decisión de Maersk de contratar un remolcador desde Europa, en lugar de uno más próximo al continente americano, generó críticas dentro de la industria naviera. Observadores cuestionan la lógica operativa y los tiempos de respuesta, considerando la exposición prolongada de la tripulación y la carga. La empresa defendió su elección afirmando que “se buscaba un enfoque de ‘acierto a la primera’, y era fundamental seleccionar el remolcador más adecuado, no necesariamente el más cercano”.

Otro incidente de Maersk

Este episodio recuerda el caso del Maersk Saltoro, otro portacontenedores de la misma naviera, que en 2021 sufrió una falla mecánica en medio del Pacífico mientras transportaba una valiosa carga de cerezas chilenas destinadas al mercado chino. En aquella ocasión, los retrasos y la falta de capacidad de respuesta rápida por parte de Maersk resultaron en pérdidas millonarias, ya que gran parte de la carga perecedera se echó a perder antes de llegar a destino. El incidente generó indignación entre exportadores sudamericanos y llevó a cuestionamientos sobre la logística de emergencia de la compañía.

Aunque en el caso del Maersk Sana no se ha informado si la carga es perecedera, el prolongado tiempo de inactividad vuelve a poner sobre la mesa los riesgos inherentes a fallas mecánicas en alta mar y la necesidad de una red de rescate más eficiente. Hasta el momento, Maersk ha tenido suerte con el clima, lo cual ha evitado mayores complicaciones. “Nuestros equipos de monitoreo continúan supervisando la evolución meteorológica y el progreso operativo para garantizar una gestión segura y eficiente durante toda esta operación”, indicó la empresa.

En cuanto al estado de los tripulantes heridos, uno de ellos fue evacuado a un hospital en Estados Unidos, donde permanece en estado crítico pero estable. Otro fue atendido a bordo y el tercero no presentó lesiones de gravedad. Maersk ha iniciado una investigación formal sobre el incidente, aunque indicó que no podrá dar más detalles mientras esta esté en curso.

Cabe destacar que el Maersk Sana había pasado una inspección de la Guardia Costera de EE.UU. el 16 de abril, en el puerto de Charleston, sin que se detectaran deficiencias. La cobertura del seguro P&I corre a cargo de Skuld, una aseguradora con sede en Oslo.

Mientras tanto, los clientes de Maersk, muchos de ellos preocupados por sus cadenas de suministro, esperan actualizaciones sobre la recuperación del buque y sus cargas. Desde la compañía se afirmó que están “en contacto con los clientes para mitigar el impacto”.

La historia del Maersk Sana se suma a una serie de incidentes recientes que evidencian las vulnerabilidades del transporte marítimo global ante fallos mecánicos y decisiones logísticas cuestionables. Con el recuerdo fresco del Maersk Saltoro, la industria observa de cerca cómo Maersk maneja esta nueva crisis.

Fuente: Seatrade Maritime con aportes de la Redacción +P.

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