Otra vez Maersk: buque con miles de contenedores se pierde en medio del océano
Explosión en buque de Maersk deja al menos tres heridos y paraliza cargamento en pleno océano. Está ya hace una semana a la deriva.
Una grave emergencia marítima se produjo el pasado 28 de abril a bordo del buque portacontenedores Maersk Sana, cuando una explosión en su sala de máquinas dejó tres tripulantes heridos y a la embarcación sin propulsión en medio del océano Atlántico. El navío, que ya lleva más de una semana varado en Alta Mar, se dirigía desde Newark (Estados Unidos) hacia Singapur y permanece a la deriva a más de 300 millas náuticas al este de las Bermudas.
De acuerdo con la información difundida por el medio especializado Más Containers, el incidente ocurrió mientras el Maersk Sana, de bandera singapurense y con capacidad para transportar hasta 8.450 TEU (unidades equivalentes a contenedores de 20 pies), operaba en la ruta TP11, que enlaza el sudeste asiático con la costa este de Norteamérica. La explosión dejó a tres marinos heridos, dos de los cuales fueron evacuados por vía aérea mediante un operativo de emergencia médica (medevac) hacia un centro asistencial en Bermudas. El tercero fue trasladado posteriormente a un hospital en Estados Unidos, donde continúa en estado crítico pero estable.
Todavía no trascendió e tipo de carga, aunque no se descarta que entre los miles de contenedores que transportaba existan alimentos perecederos, como pueden ser las frutas.
La nave, construida en 2004, se mantiene inmovilizada en una zona considerada segura del Atlántico. En un comunicado emitido el 4 de mayo, la naviera danesa Maersk informó que un remolcador especializado se encuentra en ruta hacia el lugar, con la expectativa de alcanzar al buque en los próximos días. Esto marcará casi dos semanas desde que el Maersk Sana quedó sin propulsión activa tras el estallido.
Investigación en curso y respuesta de Maersk
Hasta el momento, no se ha determinado con exactitud qué provocó la explosión. La compañía ha iniciado una investigación interna para identificar la causa del incidente y determinar posibles fallas mecánicas o humanas. "La seguridad de nuestra tripulación es nuestra principal prioridad, y aprovecharemos esta experiencia para reforzar nuestros protocolos operacionales y evitar que algo similar vuelva a ocurrir", señaló Maersk a través de su vocero oficial.
Además de las acciones de emergencia y la investigación técnica, la empresa se encuentra en contacto con los clientes afectados por el retraso en la entrega de mercancías. Muchos de los contenedores a bordo del Maersk Sana transportan bienes esenciales o perecederos, por lo que se están evaluando rutas y soluciones alternativas dentro del marco de la Gemini Alliance, alianza estratégica entre Maersk y Hapag-Lloyd.
Este nuevo incidente evidencia una vez más los riesgos inherentes al comercio marítimo internacional, incluso cuando se cumplen los estándares de mantenimiento e inspección. El buque había sido inspeccionado pocas semanas antes por la Guardia Costera de Estados Unidos, sin observaciones relevantes, lo que resalta la dificultad de prever ciertos tipos de fallas técnicas severas.
El caso del Maersk Sana no es un hecho aislado. En marzo de este mismo año, el buque Maersk Saltoro también sufrió una emergencia grave tras una rotura en su sistema de propulsión mientras navegaba por aguas de Micronesia. A raíz del fallo mecánico, la embarcación quedó a la deriva y, posteriormente, se declaró pérdida total tras fracasar los intentos de remolque. La nave transportaba más de 1.300 contenedores, lo que representó pérdidas multimillonarias tanto para la naviera como para los clientes afectados, incluyendo cargamentos de productos electrónicos, alimentos y componentes industriales.
Estos eventos recientes, ambos protagonizados por embarcaciones operadas por Maersk, subrayan los desafíos crecientes que enfrenta la industria marítima para garantizar la fiabilidad de las operaciones ante un entorno cada vez más exigente.
Perspectivas y desafíos del sector
En un contexto global marcado por tensiones logísticas —provocadas por fenómenos climáticos extremos, conflictos geopolíticos, interrupciones en canales estratégicos y escasez de personal marítimo calificado—, estos incidentes aumentan la presión sobre las cadenas de suministro. Analistas coinciden en que los casos del Maersk Sana y el Maersk Saltoro podrían reactivar discusiones sobre la resiliencia del transporte oceánico, la inversión en mantenimiento predictivo y la implementación de sistemas avanzados de monitoreo técnico.
Mientras tanto, el equipo médico que atendió a los tripulantes del Sana monitorea de cerca la evolución del tercer afectado, cuya identidad no ha sido revelada por motivos de privacidad. La industria, por su parte, vuelve a encarar una reflexión crítica sobre los estándares actuales de seguridad y respuesta ante emergencias en alta mar.
Fuente: Más Containers con aportes de Redacción +P.
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