Baja el precio del arroz: alivio para la mitad de la población de todo el mundo
La caída del precio internacional del arroz trae alivio global. Tras años de alzas, la mejora de la oferta y el fin de restricciones de India impulsan un descenso clave.
El arroz es mucho más que un alimento; es el sustento básico para la mitad de la población mundial, aportando hasta el 60% de la ingesta calórica en regiones como el sudeste asiático y África. Después de años de incrementos constantes, el mercado global está experimentando un cambio significativo: los precios internacionales han comenzado a ceder.
Esta tendencia, impulsada por cosechas abundantes en países clave como India, Tailandia y Vietnam, y la flexibilización de las restricciones comerciales, ofrece un bálsamo económico a miles de millones de personas.
Factores detrás de la baja
La reducción de los precios del arroz se ha sentido con fuerza. El arroz tailandés, un referente global, se cotiza alrededor de los 400 dólares por tonelada, una cifra notablemente inferior a los picos históricos registrados en 2023. Shirley Mustafa, economista de la FAO, señala que "los precios internacionales eran excepcionalmente altos" y comenzaron a disminuir a lo largo de 2024. De hecho, en marzo de 2025, los precios de todos los tipos de arroz alcanzaron su punto más bajo desde junio de 2022, aunque siguen por encima de los niveles pre-pandemia.
El principal catalizador de este descenso ha sido el fin de las restricciones a la exportación por parte de India, el mayor exportador de arroz del planeta, controlando el 40% del mercado. Desde septiembre de 2022 hasta mediados de 2024, el Gobierno de Narendra Modi impuso diversas limitaciones, desde prohibiciones hasta impuestos a la exportación de ciertas variedades. Abdullah Mamun, analista del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (Ifpri), destaca que, aunque India aún mantiene algunas restricciones en las "roturas de arroz", el alivio general es significativo.
Impacto regional y desafíos persistentes
Los países del África subsahariana, como Senegal, Madagascar, Níger y Nigeria, son los principales beneficiarios de esta caída de precios. Nigeria, el país más poblado de África y con una alta dependencia de las importaciones de arroz, ha visto cómo esta situación generaba preocupación por la seguridad alimentaria y la estabilidad económica, llegando a provocar protestas sociales. La reducción de precios puede "tener efectos positivos sobre la seguridad alimentaria", según Mustafa, especialmente en un continente donde el consumo de arroz ha crecido impulsado por la urbanización y el aumento del poder adquisitivo.
Sin embargo, es importante destacar que una baja en el precio internacional no siempre se traduce directamente en un descenso para el consumidor final. Factores como el tipo de cambio, los costos de transporte, las políticas fiscales y los márgenes de los intermediarios influyen en el precio local.
Proyecciones futuras
Las previsiones para los próximos meses son optimistas en cuanto a la estabilidad de los precios. Se espera que la producción mundial de arroz aumente en 8 millones de toneladas, alcanzando los 544 millones en el año agrícola 2024-2025, un incremento del 1,51%. Además, se proyectan existencias finales elevadas, lo que sugiere un mercado bien abastecido. Las condiciones climáticas favorables en regiones clave como India, Bangladés, Indonesia y Vietnam respaldan estas proyecciones.
No obstante, esta situación podría generar un nuevo desafío: la rentabilidad para los productores. Mustafa advierte que precios más bajos pueden desincentivar la siembra si los márgenes se reducen. Esto subraya la complejidad de los mercados globales de commodities, donde el equilibrio entre la oferta, la demanda y la viabilidad económica de los productores es fundamental para la estabilidad a largo plazo.
Fuente: El País
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