La decadencia de California: el abandono de viñas y la lucha por la supervivencia de viticultores
¿El fin de una tradición centenaria? En Lodi, viticultores luchan contra costos elevados y demanda en caída libre. ¿Podrán salvar sus viñedos o migrarán a otros cultivos?
Lodi, California, ha sido sinónimo de excelencia vitivinícola por más de un siglo, abasteciendo a bodegas icónicas con variedades como el Zinfandel antiguo y hasta 130 tipos de uvas. Sin embargo, la actual crisis económica está forzando a muchos productores a abandonar sus tierras.
En declaraciones a medios locales, Randy Baranek, viticultor de cuarta generación, reporta que en los últimos dos años se han eliminado miles de hectáreas, equivalentes a casi una cuarta parte de la producción local. "Nunca he visto algo así", afirma Baranek, quien detalla que muchos operan a pérdida.
El abandono de viñedos en California supera las 40.000 hectáreas por la caída de precios y la baja demanda. Foro: vinetur
En un viñedo de Chardonnay abandonado, la maleza invade el terreno, con ratoneras proliferando y toneladas de uvas languideciendo en las vides. Un acre (0.4 hectárea) rinde entre ocho y diez toneladas de uvas, vendibles por no más de 3.000 dólares. Pero los costos de cultivo oscilan entre 3.000 y 4.500 dólares por acre, dejando márgenes negativos.
Sin salida para su producto, muchos agricultores no solo renuncian a cosechar, sino que carecen de fondos para limpiar el terreno, un proceso que puede costar miles de dólares por acre debido a las estrictas regulaciones ambientales de California.
La caída en el consumo de vino y las importaciones baratas están estrangulando a los productores locales.
Factores de oferta y demanda en juego
La producción de uvas en California ha caído sistemáticamente, alcanzando en 2024 su punto más bajo en dos décadas con 2,9 millones de toneladas cosechadas, según Stuart Spencer, director ejecutivo de la Comisión de Uvas para Vino de Lodi. Para 2025, se estima una reducción adicional de 400.000 toneladas. Spencer explica que este fenómeno responde a desequilibrios en oferta y demanda.
Del lado de la demanda, los estadounidenses consumen menos alcohol, impactados por la inflación. Tras tres décadas de expansión, el mercado de vino en EE.UU. se contrajo en los últimos tres años. En cuanto a la oferta, las grandes bodegas californianas prefieren importar vino a granel barato en lugar de comprar uvas locales. Un programa federal otorga incentivos fiscales a importadores, mientras que los subsidios europeos reducen costos para competidores extranjeros, colocando a los productores locales "en desventaja".
Matt Manna, del Rancho Manna, describe este como su año más difícil en dos décadas. Agobiados, los viticultores exploran diversificación hacia cultivos con mayor demanda y menores costos, como las almendras.
En un viñedo de Chardonnay en Lodi, la maleza y los roedores invaden un campo donde toneladas de uvas maduras se echan a perder.
El dilema de la diversificación agrícola
Reemplazar viñedos no es una decisión ligera, ya que replantar puede costar decenas de miles de dólares. Además, las vides demandan mucha mano de obra, mientras que los almendrales se cosechan mayoritariamente de forma automatizada, lo que podría devastar la economía regional al reducir empleos. "No se habla de otra cosa en las calles, todos estamos muy preocupados", comenta un campesino en los viñedos de Manna. Otro trabajador, con diez años en el sector, añade: "Yo no sé qué haría sin esto", señalando las viñas que han sido su sustento.
Kevin Phillips, de una familia con generaciones en el ramo, optó por el cambio al contar con tierras y agua abundante, esencial para los sedientos almendrales. Tras remover un viñedo para plantar almendros, descubrió que la operación cuesta apenas un cuarto de lo que exige un viñedo, requiere menos mano de obra y, a diferencia de las uvas, las almendras "se venden solas".
No hay necesidad de negociar con bodegas o cultivar relaciones; la demanda es constante. Phillips, quien tomó la decisión tras tres botellas de vino, admite un sabor agridulce: "Es mucho más fácil. Y me molesta decir esto porque soy un hombre de vino".
La crisis económica fuerza a muchos productores a abandonar sus tierras.
Implicaciones para la industria vitivinícola
Esta transición no solo afecta a individuos, sino al ecosistema entero de Lodi, conocido por sus viñas centenarias y su rol en la producción de vinos premium. La proliferación de plantaciones abandonadas representa un riesgo ambiental, ya que terrenos descuidados pueden convertirse en focos de plagas o erosionar el suelo. Además, la dependencia de importaciones baratas cuestiona la sostenibilidad de la industria del vino estadounidense, que podría perder diversidad y calidad al priorizar costos sobre tradición.
Expertos como Spencer advierten que sin intervenciones, como reformas en incentivos fiscales o campañas para impulsar el consumo local, la crisis podría extenderse a otras regiones californianas. Mientras tanto, viticultores como Baranek y Manna llaman a la acción, enfatizando la necesidad de equilibrar competencia global con apoyo a productores locales. En un sector donde la pasión por el vino choca con realidades económicas, el futuro de Lodi pende de un hilo delicado.
Fuente: El Economista con aportes de +P
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