Los planes de Trump despiertan el sueño independentista en Groenlandia
La intención del presidente de anexionar a Estados Unidos la mayor isla del mundo impulsa el debate sobre la autodeterminación en este territorio autónomo del reino de Dinamarca.
Las calles heladas de Nuuk, la pequeña capital de Groenlandia, vibran con un fervor inesperado. Las elecciones no solo decidirán el futuro de esta isla autónoma danesa, sino que han avivado el independentismo ante las amenazas de Donald Trump de anexionarla a EE.UU.
Entre votantes primerizos, defensores del magnate y un rechazo masivo a convertirse en el estado 51, Groenlandia enfrenta un momento histórico.
Con solo 57.000 habitantes, Groenlandia atrae miradas mundiales. Cinco de los seis partidos candidatos abogan por la independencia, differing en plazos y estrategias. Una encuesta de Berlingske y Sermitsiaq lo confirma: el 85% rechaza unirse a EE.UU., frente a un escaso 6% a favor.
Trump, el catalizador inesperado
La retórica expansionista del presidente estadounidense ha puesto a Groenlandia en el mapa. Sin embargo, no todos ven su plan con malos ojos. Jorgen Boassen, un albañil de 50 años y fan declarado de Trump, viajó a Washington para su investidura y hasta hizo campaña en Pensilvania.
“Me amenazan, pero recibo más apoyo cada día”, asegura desde el último debate electoral en Nuuk. Para él, las presiones de Trump son una palanca para negociar con Copenhague.
Kuno Fencker, otro groenlandés en la toma de posesión, dio un giro radical: abandonó el partido Siumut por Naleraq, un grupo populista independentista. Su pareja, Aki-Matilda Hoegh-Dam, renunció al Parlamento danés para unirse a la causa.
“Solo gobernaremos con quienes inicien ya la independencia”, promete Fencker, respaldado por la influencer Qupanuq Olsen y sus 1,5 millones de seguidores.
Rechazo y resistencia en las calles
A -10°C, Oliver Bech, de 19 años y candidato de Siumut, reparte volantes bajo la nieve. En enero, cuando Trump Jr. visitó Nuuk, Bech fue testigo de un evento surrealista: una barra libre que atrajo a marginados y curiosos.
“Les dijo que nos tratarían bien, pero fui el único que lo enfrentó”, relata. Un video viral de Timmy Zeeb, un exconvicto, pidiendo la anexión, suma 10 millones de vistas, mientras youtubers trumpistas reparten dólares y merchandising.
La promesa de la independencia
Groenlandia, con su autogobierno desde 2009, depende de Dinamarca para defensa y política exterior, además de recibir 520 millones de euros anuales. Pero su riqueza en minerales y pesca tienta a los independentistas.
Naleraq propone lazos con EE.UU. tras la ruptura, mientras United Airlines planea vuelos desde Nueva York a Nuuk en junio. A Bo Martinsen, de Demokraatit, le seduce la idea de un Groenlandia soberana en la ONU, pero advierte: “Sin los subsidios daneses, necesitamos tiempo para la minería y el petróleo”.
Fuente: El País
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