Tarifas spot al alza por el frenesí de importadores tras tregua comercial
La suspensión temporal de aranceles entre Estados Unidos y China desató una ola de embarques de importadores, disparando las tarifas
El frágil equilibrio del comercio marítimo global volvió a sacudirse tras el anuncio de una tregua arancelaria de 90 días entre Estados Unidos y China. Lo que en principio parecía un alivio temporal para el comercio internacional, rápidamente se convirtió en un detonante de movimientos estratégicos por parte de navieras e importadores, generando una presión inesperada sobre la capacidad del transporte marítimo en la ruta Transpacífico.
Después de un periodo de contracción planificada, en el que las principales líneas navieras habían reducido capacidad a través de cancelaciones de itinerarios —conocidas como blank sailings— e incluso suspendido servicios completos, la repentina necesidad de aumentar el despliegue de portacontenedores volvió a colocar a la industria en modo reactivo. Según estimaciones de Drewry, los blank sailings desde Asia a la costa oeste de Estados Unidos caerán de 33 en mayo a 24 en junio, lo que representa una disminución del 28% en términos mensuales. En la costa este estadounidense, la cifra descenderá de 23 a 17 en el mismo periodo, marcando una baja del 23%.
La causa detrás de este giro abrupto es clara: la reducción temporal de los aranceles que impone Estados Unidos a las importaciones chinas, del 145% al 30%, ha tenido un efecto dominó en el mercado, reconfigurando no sólo los programas de navegación, sino también el comportamiento de la demanda y las tarifas de flete.
La tregua arancelaria ha generado una oleada de urgencia entre los importadores estadounidenses, quienes ahora buscan adelantar embarques antes del vencimiento del acuerdo, el 9 de julio. Este fenómeno ha incrementado la presión sobre la capacidad disponible, llevando las tarifas spot a nuevos niveles.
El World Container Index (WCI) de Drewry registró un aumento del 8% intersemanal al 15 de mayo, alcanzando los 2.233 dólares por unidad FEU (contenedor de 40 pies). Sin embargo, el impacto ha sido aún más pronunciado en las rutas específicas: el WCI para el tramo Shanghái–Los Ángeles subió un 16% hasta los 3.130 dólares/FEU, mientras que Shanghái–Nueva York experimentó un alza del 19%, situándose en los 4.350 dólares/FEU.
Philips Damas, analista de Drewry, destacó que la “cancelación de las cancelaciones” de itinerarios refleja el contexto macroeconómico volátil que enfrenta la industria marítima. “El mercado del transporte marítimo de contenedores está reaccionando a los anuncios de política comercial de manera muy similar al mercado de valores: con oscilaciones en los volúmenes, la capacidad y las tarifas”, explicó.
Importadores, una carrera contra el reloj
Mientras las navieras ajustan rápidamente su capacidad, los importadores protagonizan su propia carrera contrarreloj. El objetivo es claro: introducir en suelo estadounidense la mayor cantidad de productos posibles antes de que expire la tregua arancelaria. Este impulso no solo afecta a las importaciones desde China, sino que también incrementa la presión sobre exportadores de otros países asiáticos que buscan aprovechar la ventana de oportunidad.
Según el analista marítimo Lars Jensen, la clave está en entender que el plazo de 90 días se aplica a la fecha en que la carga cruza la aduana de Estados Unidos, no al momento del embarque. Por tanto, los envíos deben zarpar considerablemente antes del 14 de agosto para garantizar su entrada bajo el nuevo esquema arancelario.
La respuesta del sector no se ha hecho esperar. Hapag-Lloyd, una de las principales navieras globales, reconoció un aumento significativo en los volúmenes provenientes de China y anunció que, por el momento, sólo está atendiendo a clientes con contratos a largo plazo. Por su parte, la alianza Premiere Alliance —compuesta por ONE, HMM y Yang Ming— lanzará el servicio PS5 desde China a la costa oeste de EE.UU. a partir del 5 de junio, una señal clara de que la demanda de capacidad adicional es urgente.
Aunque la reactivación de los servicios y el aumento de la carga son una buena noticia para el comercio global, expertos como Alphaliner advierten sobre posibles cuellos de botella logísticos. El incremento repentino en los volúmenes puede provocar ineficiencias temporales en puertos y terminales, al tiempo que beneficia al mercado de fletamento mediante una demanda puntual de capacidad adicional.
Sin embargo, este frenesí no parece sostenible. Peter Sand, analista jefe de Xeneta, señala que el alza actual en las tarifas spot probablemente alcanzará su punto máximo en las próximas dos a cuatro semanas. “Las líneas navieras están redistribuyendo su capacidad para adaptarse a la nueva demanda. Una vez que esto se logre, las tarifas comenzarán a normalizarse, como ya se observó en el primer trimestre del año”, detalló.
Respecto a los contratos de largo plazo, Sand explicó que muchos importadores están firmando acuerdos a tarifas cercanas a la media-alta del mercado, reflejando la incertidumbre actual. No obstante, los contratos firmados antes del 12 de mayo seguirán limitando temporalmente el impacto completo de las nuevas condiciones del mercado.
La tregua arancelaria entre Estados Unidos y China ha desatado un efecto cascada en la logística marítima internacional. Navieras, importadores y analistas por igual se ven forzados a recalibrar estrategias, redistribuir recursos y adaptarse a un entorno comercial en permanente cambio. A medida que se aproxima la fecha límite del 9 de julio, la industria del transporte marítimo de contenedores opera bajo una lógica de urgencia, que si bien puede traducirse en ganancias a corto plazo, también genera un terreno fértil para la volatilidad.
Lo que queda claro es que en el mundo del comercio internacional, las decisiones políticas siguen marcando el compás de la logística global.
Fuente: Portal Marítimo con aportes de Redacción +P
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