Patagonia: ¿Por qué se desploman las exportaciones de vinos?
Neuquén muestra la mayor caída de exportaciones en estos últimos años. Pero todo el norte de la Patagonia sufre esta tendencia.
Las exportaciones de vinos de la Patagonia alcanzaron, durante el período noviembre 2022-octubre 2023, las 179.956 cajas de 9 litros (12 botellas). Este volumen representa una caída del orden del 3,8% en términos interanuales. En valores, la situación es similar: en el período bajo análisis ingresaron 11,6 millones de dólares, un 5,7% menos que la temporada anterior.
Las cifras muestran la misma tendencia que se observa a nivel nacional, aunque más atenuada. En todo el país, las colocaciones externas totalizaron 17,4 millones de cajas, reflejando un desplome del 24% en relación al período noviembre 2021-octubre 2022. La caída en valores fue del 20%.
Centrándonos en las estadísticas de Río Negro y Neuquén, las colocaciones externas muestran una progresiva caída en el comercio, aunque con tendencias muy diferentes.
En el caso de Neuquén, el polo de desarrollo vitivinícola puesto en valor durante la gestión del gobernador Jorge Sobisch, que se impulsó a partir de fines de la década del ‘90, fue clave para motorizar la producción y comercialización de vinos en la Provincia. Hay que destacar que, antes del 2000, la producción y exportación de vinos neuquinos registraban números marginales.
Volviendo a las frías estadísticas, el gráfico muestra un exponencial crecimiento de las exportaciones a partir de principios de la década del 2000 llegando a un techo cercano a los 29.000 hectolitros (2,9 millones de litros) en la campaña 2011. A partir de este año, comenzó la caída de las ventas externas sobre las que -pareciera- todavía no se encontró un piso. Los números son alarmantes: el desplome de las exportaciones entre el período 2023-2011 fue del 76%.
Al analizar la evolución de las exportaciones rionegrinas en estos últimos años, claramente se observa que no reflejan la volatilidad que presentan las neuquinas.
El punto de inflexión de la caída de ventas externas en esta Provincia se da en la temporada 2012 con colocaciones por 6.225 hectolitros (622.500 litros). A partir de este momento, la tendencia decreciente de las exportaciones se mantiene -con altibajos- hasta el día de hoy.
A diferencia de Neuquén, la producción de vino en Río Negro data de más de un siglo de existencia, con volúmenes de venta -y exportación- mucho más importantes de los que muestra en la actualidad. Las sucesivas crisis económicas de la Argentina fueron determinantes para el brutal achicamiento que sufrió la industria rionegrina, con pérdidas de más 10.000 hectáreas en producción y decenas de bodegas que terminaron en la quiebra. La mayor crisis se registró en la década de 1980, manifestada en una disminución del precio del vino de traslado y cambios en el modelo de producción y comercialización.
Esta historia que lleva sobre sus espaldas la industria rionegrina, tiene un valor intangible que impacta -en forma directa e indirecta- sobre los precios que logran sus vinos respecto de los alcanzados por la joven industria neuquina.
El gráfico adjunto muestra esta diferencia en donde se pueden apreciar, en este corto tiempo, tres períodos bien definidos:
- En el período 2004/2008 los valores de la oferta exportable de los vinos rionegrinos se ubican en torno al 100% por encima de los neuquinos. Algo razonable, dado que la industria de está última provincia recién comenzaba con su política de exportación, la que tradicionalmente lleva muchas temporadas para lograr afianzarse en los mercados externos.
- Período 2009/2019. La industria neuquina logra experiencia para consolidar su oferta exportable y los valores promedio de referencia se ubican en rangos diferenciales del 50% cuando se la compara con los valores FOB promedios declarados por la industria rionegrina.
- A partir del 2020 aparecen las primeras producciones de las bodegas boutique en Río Negro orientadas exclusivamente al mercado de exportación, que logran precios muy por encima de la media regional. Si bien los niveles de exportación -en volumen- son bajos en estos nuevos emprendimientos, repercuten en la media de los valores FOB de Río Negro porque en sí mismo la Provincia presenta volúmenes en su comercio externo relativamente bajos. En este período, el diferencial de precios se vuelve a disparar arriba del 100% en favor de la producción rionegrina.
Tendencias en las exportaciones
La mayor parte de los especialistas consultados, coinciden en señalar que Neuquén es hoy un mercado más ligado al volumen y Río Negro más al de valor. Sin embargo, todos hacen una importante salvedad: las escalas que se manejan en una y otra provincia.
Tal como se detalla en el gráfico adjunto, la producción Neuquén más que triplica a la de Río Negro. Y esto significa más superficie plantada, más trabajo, y mayores ingresos que quedan en esta última Provincia, entre otros puntos.
Es llamativa la caída de producción rionegrina en estas últimas dos décadas. El principal destino afectado por esta baja fue el mercado interno, teniendo en cuenta las tasas de retracción que mostró la producción y la exportación. En el caso neuquino, esta relación se ve más atenuada y hoy la oferta hacia las góndolas locales resulta clave para sostener el negocio.
¿Por qué no se recuperan las exportaciones? Tres son las causas que menciona Milton Kuret, Director ejecutivo de Bodegas de Argentina, al ser consultado por el tema.
- Por un lado hay una caída en las exportaciones de vinos de todos los países productores.
- En el caso particular de Argentina, tenemos un problema de falta de competitividad de nuestros productos. Fuerte incrementos de costos y retraso cambiario lo que nos hace muy poco competitivos en el exterior. En general, los costos han crecido por encima de la posibilidad de trasladarlos a precios.
- Las trabas para poder importar insumos y poder cumplir con nuestro proveedores en el exterior.
Las políticas económicas aplicadas en los gobiernos de los últimos casi 20 años tuvieron un claro sesgo anti exportador. El sector vitivinícola sufrió, como la mayor parte de las economías regionales del país, esta pérdida de competitividad para poder exportar. La actividad del norte de la Patagonia, no quedó fuera de este contexto.
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