Maru Morales, el día a día de la producción en Picún Leufú
Maru lleva adelante una producción de abundancia, generosidad y belleza. Conozcamos su historia.
De raíces camperas, María Ester Morales (Maru) de Picún Leufú, recuerda a su padre peón rural quien alimentó del trabajo de sus manos a once hijos y a su madre, una mujer de campo, trabajadora incansable, compañera y hacedora de alimentos con valor agregado.
En cada temporada productiva, su mamá guardaba alimentos para la siguiente y así garantizaba el sustento. “De esta manera jamás tuvimos faltante de nada”, asegura Maru y agrega que se interesa por el cultivo “porque da autoabastecimiento al hogar, es ahorro, salud y suma a la economía mediante las ventas de lo cosechado”.
“El trabajo en la tierra me conecta con la vida misma, la naturaleza, con Dios”, asegura. Lo hace en una chacra de 8 hectáreas, donde una gran cantidad de tomates, cebollas, berenjenas, ajíes dulces y picantes, lechugas, repollos, sandías, melones, y zapallos en variedades compiten por su belleza.
El establecimiento productivo fue adquirido por ella y su pareja hace 6 años y porta el sueño de ambos de producir alimentos saludables para la comunidad, de manera agreocológica, natural, acompañando cada ciclo de cultivo con diversidad de especies de hortalizas, aromáticas y flores.
El emprendimiento abarca el ciclo completo dentro de lo que hace a un sistema de producción agroecológico y sustentable, promoviendo su sostenimiento no sólo económico, sino entendiendo la necesidad y la importancia de que sea ecológico y socialmente sostenible para su desarrollo. De este modo, Maru no sólo cultiva alimentos y plantas, ella trabaja la tierra, cultiva el suelo, utiliza el guano de sus animales para elaborar compost y enmiendas orgánicas que aporten biodiversidad y riqueza al suelo, para cultivar alimentos ricos, nutritivos y saludables de manera abundante.
“Nosotros soñamos que este lugar produzca alimentos para muchas familias, pero que también sea un lugar multiplicador, donde más personas puedan acercarse a conocer, aprender, recuperar la tradición rural de producir alimentos sanos y saludables. Por eso, además de producir toda la variedad de verduras que podemos, nos dedicamos a producir plantines para poder ofrecer plantines de calidad y en tiempo a otras productoras y productores”, señala.
Si bien el establecimiento no tiene nombre aún, el emprendimiento de producción de plantines se llama: SHIRE KARÜ (que significa tierra verde, fértil, que representa la prosperidad y la abundancia).
“Este año hicimos maíz, se hicieron dos variedades, dulce que acá la llaman la variedad de Picún Leufú, que la usan para hacer humitas, (dicen que no existen humitas más ricas que las de acá). También se hizo otra variedad forrajera que se dio muy bien, muy resistente la planta, y producimos para alimentar los cerdos que tenemos; y hacemos pastura fina, este año estamos pensando en hacer unos cuadros de alfalfa, nosotros veníamos haciendo vicia como forraje”, relata.
La abundancia la caracteriza, en su riqueza y generosidad, en esa tierra cultiva cebollas, papas, ajíes, tomates de distintas variedades, zanahorias, acelgas, lechugas, espinacas, apio, repollos, distintos tipos de zapallos, remolachas, puerro, ajos, berenjenas, arvejas, habas y una inmensa variedad de hortalizas entre aromáticas y flores. Manzanos, durazneros, cerezos, nogales y peras son algunas de las variedades de frutales que han comenzado a florecer en la chacra mientras ella siembra y cuida los plantines para la temporada de verano.
“Mi idea es poder multiplicar esto. Yo quisiera aquí poder tener un invernadero, un vivero, que pueda también en articulación con el municipio, recibir a otras personas, que puedan venir a trabajar, por ejemplo, que sea un espacio posible para el área de discapacidad local, también tener un espacio productivo y terapéutico”, proyecta.
“Este año ya avanzamos con la construcción de la estructura del invernadero, y con mucho esfuerzo hemos podido comprar algunas bandejas de cultivo y sustrato para arrancar con la producción estacional”, asegura.
Verdulería viva
En sus redes sociales muestra la salida el sol, el brote, la cosecha, el andar de sus animales. Todo es color, ánimo, disfrute e inspiración. También invita a visitar el lugar donde pasa sus días, que está ubicado en El Sauce - Chacra 1 - Zona Rural de Picún Leufú.
Maru organiza cada año, entre enero y abril una serie de encuentros a los que llama “Verdulería Viva”, en los que invita a la comunidad a participar de una jornada en la que pueden recorrer el espacio, conocer como se cultiva, cosechar sus propios alimentos y comprar también las conservas y dulces que elabora con lo que allí produce.
Agradecimiento especial a Pamela Scutti.
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