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El que apuesta al dólar pierde...¿Esta vez va en serio?

El dólar sigue cayendo sin encontrar piso. En lo político, sobresale la falta de acuerdos entre el PRO y Gobierno. Reapareció la condenada Cristina Fernández.

En lo que va del año el dólar oficial creció 18%, la divisa marginal 19%, y la inflación lo hizo a una tasa del 95%. Quién puede decir que el dólar no perdió contra la inflación, inclusive contra cualquier otra variable macroeconómico. Hay muy pocos antecedentes en la Argentina que contemplen este escenario financiero.

El 2024 ya está definido para aquel ahorrista que compró dólares como una manera de preservar sus pesos de la inflación. Las estadísticas muestran claramente que no solo pudo compensar los niveles de precios, sino que perdió en forma importante frente a ellos. Los ejemplos abundan, pero tomemos solo dos como referencia -con productos básicos para una canasta de alimentos- que nos mostrarán la pérdida de poder de compra que se generó en lo que va del año en aquellas familias que adquirieron y guardaron sus dólares.

En los primeros días de enero, con un dólar se podía comprar 1,63 litros de leche entera fresca en sachet en cualquier supermercado de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA); hoy con ese mismo dólar se compra 0,85 litros. Una simple cuenta nos muestra que en relación con el dólar marginal, el poder de compra para un litro de leche entera en sachet fue cercano al 50%. Los números son aún más agresivos si tomamos al arroz blanco simple; en enero se podía comprar con un dólar 1,55 kilos de este producto, esta semana, con ese mismo dólar, se pudo adquirir tan solo 0,41 kilos. Aquí el bolsillo perdió poco más del 70%.

Referenciándonos con la canasta de productos que toma el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), la pérdida de poder de compra de una familia, que apostó al dólar a principios de año y hoy tiene que salir a venderlos para comprar alimentos, fue de poco más del 60%. Sólo hay un antecedente de este tipo en la corta historia económica argentina: el período 1976-1979 dónde los valores de los bienes y servicios crecieron sensiblemente en dólares, producto del atraso cambiario y la apertura irrestricta de las importaciones. Sin embargo, hay que rescatar que existen muchas diferencias entre aquel período y el presente estado económico de la Argentina.

Pese a ello, las críticas y pedidos de los sectores productivos hoy son similares a los de aquel momento histórico. “No hay una sola señal para la industria. Abren la economía, te atrasan el tipo de cambio, los costos en dólares siguen subiendo y la presión tributaria es altísima”, se despachó un importante dirigente de la UIA, horas después de que el ministro de Economía, Luis Caputo, hizo pública esta semana la decisión de bajar fuerte los aranceles a la importación a casi 90 productos, entre bienes finales, insumos y bienes de capital.

El campo va en esta misma línea. Esta semana las entidades rurales volvieron a solicitar que se eliminen las retenciones a las exportaciones del 33% en la soja y del 12% en el resto de los granos, ya que le quitan rentabilidad a la producción agrícola. Las economías regionales, por otro lado, estás alertando sobre el atraso cambiario que le hace perder competitividad en sus destinos externos frente a otros países que llegan con los mismos productos a menores precios que los que puede ofrecer la Argentina.

Por ahora, el Gobierno hace oídos sordos a los reclamos del sector agroindustrial, mostrando que dos de las principales variables macroeconómicas se están alineando: una inflación que mantiene su tendencia a la baja -proyectan para septiembre que perfore el piso del 4%- y un mercado cambiario que busca estabilizarse en torno a los 1.200 pesos por dólar.

¿Puede seguir bajando el dólar?

En principio, todo indica que la estabilidad del tipo de cambio se mantendrá en los próximos meses. ¿Hasta cuándo? Muy difícil de precisar. El mercado asegura que este escenario se podría consolidar si aceleran la puesta en marcha de otras variables macroeconómicas que permitan dar estabilidad al sistema. "La competitividad de la economía, no se resuelve solo con tranquilidad cambiaria inducida. Hoy el Gobierno, con distintas herramientas, esta interviniendo en el mercado para tranquilizar la plaza; y eso en determinado momento sirve, pero no es permanente", confió un importante ejecutivo de un banco internacional al ser consultado por el tema.

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El campo insiste en que se busque la salida económica para el despegue de la producción.

El campo insiste en que se busque la salida económica para el despegue de la producción.

El blanqueo de capitales permite hoy mantener -transitoriamente- el mercado cambiario con calma, hundiendo las cotizaciones de la divisa por debajo de los valores de referencia que, hasta la semana pasada, estaban en los 1.200 pesos por dólar. Analistas y operadores coinciden en señalar que es muy probable que de aquí a fin de año siga controlado el dólar, a menos que suceda algún evento inesperado. Se espera que el Banco Central (BCRA) adquiera fuertes reservas durante octubre, como así también mucho movimiento en las colocaciones de deuda por parte de las empresas, lo que también podría bajar la tasa de financiación en dólares en el mercado doméstico. Todos datos positivos para que no se dispare el tipo de cambio.

Pero lo que los economistas y analistas reclaman es que se aceleran las reformas estructurales que puedan hacer competitiva la economía en un contexto donde predomina el atraso cambiario. Este pedido incluye una profunda reforma impositiva, laboral y financiera, tres pilares que invariablemente se necesitan para poder sacar a la economía del pozo en el que se encuentra.

Apareció Cristina Fernández

Los acontecimientos observados en la semana muestran con claridad que se aleja, cada vez más, la posibilidad de un acuerdo político entre las fuerzas del PRO, lideradas por Mauricio Macri, y la Casa Rosada. El Gobierno debe cerrar, aunque sea de forma transitoria, un pacto con los legisladores del PRO para garantizar los votos que le permitan la posibilidad de avalar el veto del Presidente Milei que llegó al Congreso rechazando la ampliación del presupuesto universitario. Sin el apoyo de Macri, y solo con las 'fuerzas del Cielo', se pierde toda posibilidad de lograr este objetivo.

Pero el acuerdo debería ir más allá de esta coyuntura. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) los candidatos ya están moviendo sus fichas. Desde La Libertad Avanza (LLA) confirmaron que la ministra Patricia Bullrich "puede tranquilamente imponerse" en las próximas elecciones legislativas con la mira puesta en el gobierno de la ciudad para 2027. Esto abriría una importante grieta entre el oficialismo y el PRO que hoy tiene a Jorge Macri como referente y comandando los destinos de CABA. Las conversaciones entre el titular del PRO y la ministra Bullrich están hoy totalmente cortadas, por lo que su aparición en Ciudad Autónoma probablemente termine con una ruptura definitiva entre ambas fuerzas políticas en el distrito.

Esto dividiría el 50% del voto que logró Jorge Macri en las últimas elecciones. Sería pecar de ingenuo pensar que ese escenario no sería aprovechado por Martín Lousteau (titular hoy de la UCR) y Leandro Santoro (ex UCR y hoy alineado con el progresismo peronista) para pulsar por quedarse con el Gobierno de CABA en el futuro. Inclusive no se descarta un acuerdo entre ambos para lograr ese objetivo en 2025 y 2027.

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La condenada Cristina Fernández volvió al balcón, pero esta vez del Instituto Patria para saludar a las filas de La Cámpora reclamando presupuesto para las universidades.

La condenada Cristina Fernández volvió al balcón, pero esta vez del Instituto Patria para saludar a las filas de La Cámpora reclamando presupuesto para las universidades.

En el plano nacional, volvió a aparecer la condenada Cristina Elisabet Fernández en el ruedo político. Ya mucho más activa, todo indica que peleará por la presidencia del Partido Justicialista, espacio político que despreció en todos estos últimos años, y del que estuvo al frente -hasta hace solo unos meses- el expresidente Alberto Fernández. Para los referentes de La Cámpora, que vuelven a lanzar a su líder espiritual al campo político, mandan las encuestas. Los últimos datos muestran que Cristina Fernández mantiene una imagen positiva arriba del 30% liderando holgadamente el ránking frente a cualquier otro posible competidor dentro del partido. Sin embargo, es importante aclarar que su imagen negativa supera el 60%. Un dato que se ve con optimismo desde la Casa Rosada, ya que consideran que esta nueva polarización los volverá a favorecer a la hora de un posible enfrentamiento electoral.

Lo insólito es como se repiten los escenarios en la Argentina. Cristina Elisabet Fernández vuelve como posible candidata a la presidencia del PJ en busca de lograr posicionarse en la Provincia de Buenos Aires, trampolín político para 2025 y 2027. Vuelve nuevamente a pelear por el poder, además de estar condenada. Es la increíble novela de una Argentina que pareciera no querer dejar el lastre de su triste pasado.

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