La deuda de Rolando Figueroa
Comenzó el mandato con un discurso que no esbozó ninguna crítica de como la provincia tiene las cuentas públicas que tiene. Tampoco planteó su propuesta de cómo torcer la historia.
Rolando Figueroa transitará en su gobierno por el camino del ciclo de renovación generacional de la política neuquina, inaugurado por Omar Gutiérrez. Quizás sea la aparición de estas nuevas figuras, y la divisoria de aguas que implicó en el Movimiento Popular Neuquino, el principal rasgo que transita actualmente la institucionalidad gubernamental en Neuquén, desde que hace 40 años se recuperó la vida democrática en el país
A pesar de esta continuidad partidaria en la dirección de los destinos provinciales, Figueroa no dejó de reconocer que hoy la provincia tiene “una gran potencialidad, pero con casi el 40% de pobreza, con un retraso en infraestructura, tanto educativa, como en la salud, como en las viviendas, en rutas, en cárceles y en servicios, y un gran déficit social”
Terminando esta descripción del estado de situación que recibe, el discurso del gobernador se orientó a referirse al complejo panorama nacional y su impacto en el desequilibrio de las finanzas públicas neuquinas.
Según su diagnóstico, los gastos del estado evolucionan al ritmo de la creciente inflación, mientras los ingresos disminuyen debido a la reducción de las transferencias nacionales, y de ingresos por regalías e impuestos provinciales sobre los hidrocarburos que se ven disminuidos por la aplicación de precios regulados por debajo de su verdadero valor de mercado.
La deuda pública y el déficit de organismos estatales suponen que se deberá afrontar un pasivo cercano a los 700 millones de dólares en 2024, y en este mes de diciembre la provincia pagará sueldos y aguinaldos con anticipos de regalías.
El otro MPN
Figueroa es un cuadro del MPN, transitoriamente en una supuesta oposición electoral que respondió a una estrategia de no caer en las redes de la estructura sapagista que ungía gobernadores que estuvieran cercanos a su red de armado partidario. Pero su discurso inaugural deja reconocer que sigue operando dentro de los marcos de la historia partidaria neuquina
Esto se verifica al analizar las deudas de su discurso. Si bien reconoció la ausencia en los gobiernos del emepenismo de una estrategia sustentable para el desarrollo económico, que pudiese aprovechar sus recursos naturales y humanos, elevar el nivel de vida del 40% de la población que vive bajo la línea de pobreza, y eliminar los privilegios del estado, no esbozó una mínima crítica respecto de cómo se llegó a esta situación, como tampoco esbozó su programa de los cambios que propone para terminar con este modelo que lleva a los déficit sociales y de infraestructura
Más allá de que las cuentas públicas no cierren, la principal deuda que enfrenta Figueroa son las ausencias en su discurso respecto de cuál es su propuesta para cambiar las políticas gubernamentales del partido en el cual ha transcurrido su vida política
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