La presión creciente sobre el dólar y el futuro económico de la Argentina
Crecen las tensiones sobre el dólar y reservas del Banco Central. Clave para el Gobierno la ayuda del FMI.
Cuando los Gobiernos comienzan a señalar en reiteradas oportunidades que no hay atraso cambiario, algo no está del todo bien. Hace ya unas semanas apareció en el mercado financiero un punto de inflexión que es muy conocido por los analistas del sector. Los inversores están desprendiéndose de sus activos en pesos y salieron a comprar dólares oficiales para operar en el mercado de futuros.
Un informe presentado esta semana por la consultora 1816 explica que el BCRA se encuentra ahora en una posición donde sus compras de divisas en el Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) se vieron reemplazadas por ventas. Este ajuste en las expectativas de los inversores altera la dinámica habitual, que previamente favorecía la compra -y atesoramiento de reservas- de dólares por parte de la entidad monetaria.
Paralelamente, en este contexto, las tasas de interés implícitas en los futuros de dólar se encuentran en niveles elevados, lo que resta incentivos a los exportadores e importadores para realizar ‘carry trade’ y aprovechar los préstamos en dólares. Y pareciera que vuelve a repetirse la historia en la Argentina: la falta de dólares comienza a presionar sobre el mercado.
Tras el techo que registró la divisa a inicios de la semana pasada, las distintas cotizaciones cedieron levemente en todas las franjas del mercado, aunque concluyeron la semana aún en zona de máximos en seis meses. Pero esta nueva ‘pax cambiaria’ se pudo lograr con la intervención del BCRA a costa de ceder más reservas al mercado. ¿Cuánto más puede la entidad seguir interviniendo en el mercado vendiendo dólares para que no se dispare la divisa? No mucho tiempo. De ahí la imperiosa necesidad del Gobierno de lograr los dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En su último informe, la consultora Quantum Finanzas, dirigida por el economista Daniel Marx, alerta que en la última semana el BCRA lleva contabilizada una pérdida de reservas internacionales brutas por 1.321 millones de dólares, principalmente por ventas netas en el MULC al sector privado por 1.008 millones de dólares. Un dato no menor que muestra la fuerte demanda de divisas por parte del mercado.
El estudio confirma un cambio en la dinámica de la plaza financiera, que alteró su ritmo observado prácticamente durante todo el año pasado y parte de 2025, cuando incorporó al stock de sus reservas 5.270 millones de dólares, acumuladas entre diciembre de 2023 y marzo de 2025. En este mismo período, el BCRA efectuó compras netas de divisas en el MULC por 24.634 millones de dólares. La gráfica adjunta resume con claridad el contexto mencionado en el mercado de cambios.
¿Por qué se está dando este cambio de tendencia en el mercado? Primero, por el pulso que tiene el mercado sobre posibles cambios en el corto plazo en la política cambiaria. Y, en segundo término, porque las ganancias financieras en estos últimos tiempos han sido importantes y muchos inversores consideran que es momento de dolarizar sus carteras a la espera de ver cómo sigue el programa del Gobierno.
Los números en este sentido son claros. Supongamos que un operador comenzó a invertir desde el 1 de enero de 2024 en activos en pesos, que rendían un interés a la tasa que ofrecía el BCRA. Si la semana pasada retiraba su inversión y con ella compraba divisas, el retorno fue del 86 %. ¿Cuál fue la tasa de devaluación del tipo de cambio oficial y no oficial en ese mismo período? En torno al 30 %. O sea, obtuvo ganancias cercanas a 60 puntos en dólares. Una rentabilidad única en el mundo y con riesgos muy bajos. Ideal para cualquier inversor financiero.
Esta es otra de las fotos que muestra que el dólar está corriendo por detrás de las tasas en pesos, y es un claro reflejo de que el atraso cambiario se profundiza. Sin ir más lejos, los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) dan cuenta de que la inflación de febrero -otra variable a comparar- fue del 2,4 % contra una devaluación de la paridad cambiaria de tan solo el 1 %. Y marzo se presenta, hasta ahora, con esta misma tendencia.
En este escenario, los inversores ven que, si no hay un aporte de dólares frescos en el mercado, la paridad sufrirá fuertes presiones al alza. Y en este punto, un creciente número de inversores no cree que el ‘crawling peg’ del 1 % vaya a sostenerse por mucho tiempo, pese a que recién arrancó el mes pasado. Las señales desde Economía, con el ministro Luis Caputo dando a entender que estamos a las puertas de un cambio en la estrategia de control administrado del tipo de cambio, también generaron incertidumbre. Se viene otra cosa, aunque no está claro qué.
La aprobación en el Congreso del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para darle curso al acuerdo con el FMI dio una importante señal a los inversores, pero las tensiones continúan. Desde el Gobierno Nacional aseguran que, con los 20.000 millones de dólares que esperan recibir del organismo internacional, sumado a las divisas que ingresen del campo a partir de las próximas semanas, las tensiones cambiarias desaparecerán en el segundo semestre.
Este contexto de ‘pax cambiaria’ será clave para Javier Milei en un año electoral, a partir del cual se deberían comenzar con las reformas estructurales que necesita la economía argentina para ser más competitiva.
La brecha del dólar, otro de los problemas
“Lo que está ocurriendo, más que una corrida, parece una corrección por parte de los actores más sofisticados del mercado”, consideró el economista Carlos Rodríguez en medio de las turbulencias de la semana pasada. El aumento de los dólares financieros y de la brecha cambiaria obviamente posó la lupa sobre el tipo de cambio oficial.
Hoy la brecha cambiaria se ubica cerca del 20 %. En una economía que tiende a estabilizarse y a recomponer sus precios relativos, este diferencial entre las divisas que juegan en el mercado es muy alto y genera más distorsiones sobre la economía. Para muchos economistas consultados, la brecha del 20 % con una inflación del 2 % es mucho más tóxica para la economía que aquella que tenía estas variables en el 100 % y 25 %, respectivamente.
Los procesos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones vuelven a emerger en las empresas como una herramienta -ilegal- para lograr mayor rentabilidad en sus operaciones.
Todas estas tensiones observadas en el mercado cambiario en los últimos días dan cuenta de que al mercado le cuesta digerir que le hayan corrido el arco en términos de objetivos y expectativas. En este punto, el FMI quiere un esquema cambiario que le permita al Gobierno juntar reservas. Y, para ello, va a necesitar un dólar más alto. Sin embargo, el Gobierno no quiere ir por ese camino porque el impacto inflacionario que tiene es automático y letal de cara a las elecciones que se avecinan.
Clave para el mercado será determinar las condiciones que puso el organismo internacional para volver a prestarle, ahora otros 20.000 millones de dólares, a un país que ya tiene antecedentes crónicos de fuga de capitales. No se descarta, en este sentido, que dentro de las exigencias del FMI esté la salida de ‘La tablita de Caputo’, que pone un techo a la devaluación del 1% mensual.
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