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Nueva deuda, viejos problemas; y un plan económico que no termina de convencer

Finalmente el gobierno de Milei anuncio una nueva deuda con el FMI por 20.000 millones de dólares. En el mercado, hay más dudas que certezas.

Finalmente el gobierno de Javier Milei consiguió tomar una nueva deuda por 20.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un intento por sostener el programa económico actual el mayor tiempo posible. La apuesta oficial parece centrarse en mantener el tipo de cambio bajo control, aunque los resultados hasta ahora no han generado la confianza esperada en los mercados.

Los distintos indicadores financieros, le dieron la espalda a los anuncios del equipo económico liderado por Luis Caputo. La bolsa volvió a caer, los bonos retrocedieron, subió el riesgo país y el dólar se mantuvo en torno a los 1.300 pesos, con más intervención del Banco Central (BCRA) en el mercado y pérdida de reservas.

Milei insiste en que hablar del tipo de cambio es irrelevante y recalcula constantemente la cantidad de pesos en circulación en función de los dólares que se recibirían del FMI. Según su argumento, sobrarían dólares para enfrentar cualquier presión cambiaria. Sin embargo, este razonamiento solo se sostiene si efectivamente llegan los desembolsos del Fondo. Pero por otra parte el mercado espera un dato clave que todavía no se ha definido: cuantos dólares quedarían de 'libre disponibilidad' en el Banco Central que puedan ser usados para intervenir el mercado cambiario.

Las principales consultoras privadas aseguran que de los 20.000 millones de dólares prometidos por el FMI al gobierno, en principio solo 6.000 millones serán de libre disponibilidad. Dato a tener en cuenta: en las últimas seis ruedas, el Banco Central ha vendido 1.200 millones de dólares, lo que deja en claro que estos fondos podrían agotarse rápidamente.

Sin embargo, desde la cartera de Economía dejaron trascender otra versión la que señala que los 20.000 millones de dólares quedarán en las arcas del BCRA y podrán ser mostrados como poder de fuego ante el mercado. Y que las cuentas realizadas por el mercado en el que se restan 14.000 millones de vencimientos de capital de los próximos cuatro años es incorrecto porque el DNU que habilitó la concreción de la negociación menciona un plazo de gracia de cuatro años y medio.

Aunque el gobierno afirma que por el ajuste realizado "no hay pesos" en el mercado, la necesidad de estos 20.000 millones de dólares indica lo contrario. Además, en términos reales, hay un 32% más de pesos en circulación que en el primer trimestre de 2024 si se consideran el crédito en pesos, los depósitos a plazo fijo y otros instrumentos financieros. Esto refuta la tesis oficial y evidencia que la emisión monetaria sigue siendo un factor relevante en la economía.

Por otra parte, el ministro Luis Caputo anunció esta semana, en el mismo momento que dio a conocer al acuerdo con el FMI, que lejos de seguir depreciándose la moneda local, con esta nueva inyección de divisas el dólar se desplomará y no habrá marcha atrás con este tendencia. En otras palabras, el atraso cambiario se profundizará y más aún teniendo en cuenta que al gobierno le está costando perforar el piso del 2% de inflación mensual. Con este contexto, es probable que en algún momento la brecha pueda volver a perforar el 20%, lo que generaría nuevas distorsiones en el modelo. ¿Volverán a resurgir con fuerza los mecanismos de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones? Para muchos empresarios, está ilícita mecánica de lograr ingresos extraordinarias a través de un mercado regulado, nunca dejo de estar presente en el gobierno de Milei.

Más deuda como única respuesta

Antes de asumir la presidencia, Milei calificaba el endeudamiento como "una forma absolutamente inmoral" de financiar el presente con los impuestos del futuro. El diputado Luis Espert, hoy aliado de Milei, criticaba en 2018 la utilización de dólares del FMI para fijar un techo al tipo de cambio, beneficiando a especuladores. Sin embargo, el mismo esquema se está aplicando hoy, lo que genera dudas sobre la coherencia del discurso oficial.

El economista Miguel Kiguel resumió esta semana la situación en un en redes sociales: "Hay mucha confusión". Esto refleja la incertidumbre sobre la política cambiaria y económica que seguirá el gobierno después de la llegada de estos dólares del FMI. ¿Continuará con el crawling peg del 1%? ¿Dejará flotar el dólar entre bandas o levantará el cepo completamente? La falta de claridad ha generado nerviosismo entre inversores y empresarios.

El presidente afirmaba en campaña que el problema de Argentina era el déficit fiscal y que eliminándolo se resolverían los problemas económicos. Sin embargo, pese a haber realizado el ajuste más grande en décadas, el país sigue necesitando financiamiento externo. Esto demuestra que el equilibrio fiscal es solo una parte del problema, y que la política monetaria y cambiaria también juegan un rol crucial.

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No importa como el gobierno lo quiera mostrar, la vuelta al endeudamiento con el FMI es una realidad.

No importa como el gobierno lo quiera mostrar, la vuelta al endeudamiento con el FMI es una realidad.

La estrategia actual de recurrir al FMI recuerda a episodios pasados en los que la Argentina apostó por dólares prestados en lugar de generar ingresos genuinos. En esta nueva etapa, a partir de junio de 2023, comenzaron a aparecer señales de agotamiento, con el Banco Central dejando de comprar dólares. Luego, el blanqueo de capitales actuó como un salvavidas temporal, pero al agotarse sus efectos, se recurrió nuevamente al Fondo. Esto muestra que, sin cambios estructurales, el país seguirá dependiendo de financiamiento externo para cubrir sus déficits.

Milei argumenta que estos nuevos fondos permitirán sostener la economía hasta que sectores como Vaca Muerta, la minería y el campo comiencen a generar más dólares de los que se gastan. Sin embargo, estos ingresos aún están lejos en el tiempo, ya que requieren inversiones considerables, estabilidad macroeconómica y garantías que hoy no existen. Además, la incertidumbre política y las disputas con la oposición, que ha advertido que no reconocerá este nuevo endeudamiento en caso de un cambio de gobierno, generan un clima aún más inestable para los inversores.

Argentina y el FMI: una historia repetida

Argentina es el país que más dinero ha tomado del FMI en la historia: 163.000 millones de dólares a valores actuales. En comparación, Ecuador, el segundo mayor deudor, ha recibido apenas 14.000 millones. Esta dependencia del organismo internacional evidencia un patrón de crisis recurrentes en la economía nacional.

Chile en 1978 es un caso de estudio que demostró que no basta con el superávit fiscal para sostener una economía estable. El tipo de cambio es clave, especialmente en países como Argentina, con baja productividad y altos impuestos. La estrategia de utilizar un tipo de cambio artificialmente bajo para generar estabilidad y reducir la inflación ha sido empleada por múltiples gobiernos en el pasado, pero cada vez ha resultado más costosa para el país.

Sin dudas el desafío para el gobierno de Milei es abandonar la dependencia del endeudamiento y medidas de corto plazo para sostener la estabilidad. Sin una planificación microeconómica adecuada y un modelo de desarrollo sostenible, Argentina seguirá atrapada en un ciclo de crisis recurrentes, donde la única salida pareciera ser la búsqueda de nuevos préstamos que hipotequen el futuro del país.

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