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Adiós a Roberto 'Tito' Garrido, pionero que llevó la fruta patagónica al mundo

El Valle de Río Negro y Neuquén despide a una figura clave en la historia de la fruticultura. Socio fundador de PAI y motor de Copexeu.

El Valle de Río Negro y Neuquén amaneció este fin de semana con una noticia que entristeció a todos los que forman parte de la gran familia frutícola de la Patagonia norte. El 30 de agosto, en Buenos Aires, falleció a los 79 años Roberto “Tito” Garrido, un hombre que dejó una huella imborrable en la historia productiva de la región y que será recordado como un verdadero pionero de la fruticultura.

Su vida estuvo ligada al esfuerzo, la visión de futuro y la pasión por una actividad que ayudó a transformar al Alto Valle en un polo de reconocimiento internacional. Tito Garrido fue uno de los socios fundadores de Productores Argentinos Integrados S.A. (PAI S.A.), una de las exportadoras más importantes que aún hoy mantiene un papel central en el comercio de peras y manzanas hacia ultramar. No fue solo un empresario, sino un referente que siempre buscó abrir caminos, compartir experiencias y apostar al crecimiento colectivo de los productores.

Su hijo Sebastián lo definió como un luchador incansable, alguien que supo mirar más allá de las dificultades y apostar en momentos clave por innovaciones que marcaron rumbos. “Cuando veía algo nuevo o una oportunidad, siempre compartió la información y buscó orientar a otros productores”, recordó con emoción. Y agregó que su padre tuvo la audacia de soñar en grande: fue de los primeros en organizar el envío de fruta del Valle hacia los mercados nórdicos, destinos inéditos por aquel entonces para la producción regional. Ese espíritu emprendedor lo llevó también a impulsar el desarrollo de la producción orgánica en tiempos en que era casi una rareza, convencido de que la fruticultura debía adaptarse a nuevas demandas y tendencias internacionales.

Pero quizás uno de sus aportes más significativos fue la creación, junto con Leonardo Lustig, del Comité de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas Frescas a Estados Unidos (Copexeu). En marzo de 1983, tras intensas gestiones, se firmó el primer acuerdo con el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), que permitió la llegada al Valle del primer inspector norteamericano encargado de supervisar las cargas de peras Williams —o Bartlett— con destino a ese exigente mercado. Aquella gesta abrió un capítulo fundamental en la historia exportadora de la Patagonia norte, sentando las bases de un sistema de control sanitario y logístico que hoy, cuatro décadas después, sigue siendo ejemplo de eficiencia en el país.

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El primer acuerdo firmado con Estados Unidos para poder exportar hacia ese destino.

El primer acuerdo firmado con Estados Unidos para poder exportar hacia ese destino.

Desde entonces, Copexeu se consolidó como una de las instituciones más sólidas del sector, articulando esfuerzos públicos y privados para garantizar la exportación de peras y manzanas con los más altos estándares de calidad. Ese logro colectivo no puede entenderse sin el empuje inicial de Roberto Garrido, quien supo ver en la organización y el trabajo en conjunto la llave para conquistar nuevos mercados.

Sus colegas lo recuerdan con profundo respeto y afecto. Roberto Gregori, actual referente del sector y presidente de Copexeu, expresó con pesar: “Me da mucha pena la pérdida de un pionero como tantos otros que hicieron grande el Alto Valle y la exportación de peras y manzanas”. Palabras que sintetizan el sentimiento generalizado en la región: se fue un hombre que dedicó su vida a engrandecer la fruticultura, no solo desde lo empresarial, sino también desde un espíritu solidario y comunitario.

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Tito Garrido junto a referentes de la actividad y el hoy senador nacional Alfredo Luis de Angeli.

Tito Garrido junto a referentes de la actividad y el hoy senador nacional Alfredo Luis de Angeli.

El legado de Tito Garrido trasciende los logros económicos y productivos. Su ejemplo enseña que el verdadero progreso se construye compartiendo conocimientos, abriendo caminos y tendiendo la mano a quienes se animan a emprender. El Valle pierde a un visionario, pero su historia seguirá siendo inspiración para las nuevas generaciones de productores que, con esfuerzo y esperanza, continuarán escribiendo el futuro de esta tierra fértil.

Roberto “Tito” Garrido deja un vacío difícil de llenar, pero también la certeza de que su nombre quedará para siempre ligado a las páginas más valiosas de la fruticultura patagónica.

Fuente: Redacción +P.

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