Manzana

El precio de la manzana se dispara en góndola, pero pierde frente al dólar

Según el INDEC, el kilo de manzana promedió $2.890 en octubre, con un aumento del 11% mensual, aunque su valor en dólares cayó 11% frente al año pasado.

El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) difundido esta semana sobre la inflación dejó un dato revelador respecto de uno de los productos más tradicionales de la canasta frutícola argentina: la manzana. Según el organismo, el precio promedio minorista del kilo de manzanas en octubre se ubicó en 2.890 pesos, marcando un incremento de algo más del 11% respecto de septiembre y un 29% interanual.

A primera vista, el salto mensual parece significativo, sobre todo en un contexto de desaceleración del índice general de precios. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) nacional creció apenas 2,3% en octubre, y en la comparación interanual lo hizo un 31%. Es decir, aunque el precio de la manzana aumentó con más fuerza durante el último mes, en el acumulado anual todavía se ubica por debajo de la inflación general, mostrando que su cotización ha corrido “detrás” del promedio de la economía y de los costos internos del propio sector.

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De hecho, los registros del INDEC muestran que solo en los últimos tres meses (agosto, septiembre y octubre) los precios de la manzana superaron al IPC, algo que no había ocurrido en el resto del año. Esta aceleración reciente parece estar más vinculada a factores de mercado puntuales que a un cambio estructural en la dinámica del consumo o la producción.

“Demanda firme en manzanas de calidad”

Consultadas por +P, distintas fuentes del sector minorista y del Mercado Central de Buenos Aires (MCBA) coincidieron en que el repunte responde a una mayor demanda concentrada en los productos de mejor calidad, lo que genera una brecha de precios más notoria entre distintas categorías.

“Estamos viendo una dinámica distinta en esta segunda parte del año. Se observa una demanda firme sobre la manzana, especialmente en aquellas que presentan buena calidad”, señaló un ejecutivo del área de productos frescos de una importante cadena de supermercados multinacional.

En sintonía, un comerciante del Mercado Central confirmó la tendencia: “Hay mayor demanda, pero en especial sobre la manzana de calidad, que es la que marca la diferencia real de precios”.

No obstante, ambos referentes coincidieron en que el repunte de precios en góndola no necesariamente refleja una recuperación del consumo general de frutas, que se mantiene débil en términos agregados. “La demanda general sigue siendo baja; las excepciones se dan en productos con calidad destacada o cuando hay promociones puntuales”, detallaron.

Los especialistas interpretan que la suba reciente podría ser una corrección natural vinculada a la estacionalidad del producto, más que una tendencia sostenida.

En dólares, la manzana pierde valor

Más allá del comportamiento en pesos, cuando se analizan los precios promedio en dólares, el panorama es claramente distinto. Tomando como referencia el tipo de cambio oficial y los datos del INDEC, los valores minoristas de la manzana han mostrado una caída sostenida en moneda dura, acentuándose durante 2025.

Entre mayo de 2022 y diciembre de 2023, los precios expresados en dólares tuvieron una fuerte volatilidad —producto de la inestabilidad cambiaria y de los distintos esquemas de tipo de cambio—, pero a lo largo de 2024 se estabilizaron. En lo que va de 2025, sin embargo, la tendencia volvió a ser descendente.

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El repunte de octubre, que ubicó al kilo promedio por encima de los dos dólares, no alcanzó a igualar las cotizaciones del mismo mes del año pasado, cuando el valor minorista fue de 2,27 dólares por kilo. En términos relativos, eso significa que la manzana se vende hoy un 11% por debajo de su valor de octubre de 2024.

Factores estructurales: atraso cambiario y costos internos

Según los analistas, esta baja en los precios en dólares se explica fundamentalmente por dos factores estructurales: el atraso cambiario que afecta a las economías regionales y la suba sostenida de los costos internos.

Por un lado, la apreciación del peso frente al dólar limita la competitividad de los productores frutícolas, que ven cómo sus ingresos en moneda extranjera se reducen mientras deben enfrentar costos crecientes en insumos, energía, transporte y mano de obra. Por otro, la inflación local continúa presionando sobre los márgenes, ya que los incrementos de precios en pesos no alcanzan para compensar el rezago cambiario.

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Los consumidores pagan más por manzanas de calidad, mientras los productores enfrentan mayores costos y menor rentabilidad.

Los consumidores pagan más por manzanas de calidad, mientras los productores enfrentan mayores costos y menor rentabilidad.

Esta combinación —valores en pesos que suben, pero en dólares que caen— refleja una distorsión estructural que golpea especialmente a las economías regionales. En el caso de la manzana, el impacto se siente con fuerza en los valles productivos de Río Negro y Neuquén, donde la rentabilidad del sector depende en gran medida del equilibrio entre los costos locales y el tipo de cambio real.

Perspectivas hacia fin de año

De cara a los próximos meses, los operadores anticipan que el comportamiento de los precios dependerá en buena medida de la evolución del dólar y de la respuesta del consumo interno. “Si el tipo de cambio no se mueve y los costos siguen subiendo, será difícil sostener precios rentables en dólares”, advirtió un exportador consultado.

En síntesis, el informe del INDEC pone de manifiesto un fenómeno dual: mientras en los supermercados y verdulerías los precios de la manzana suben por encima de la inflación mensual, en el plano internacional la fruta argentina pierde valor en términos reales. Una señal más de que, en la economía actual, las cifras pueden subir sin que necesariamente mejoren los ingresos del productor ni el poder adquisitivo del consumidor.

Fuente: Redacción +P.

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