Frutos rojos, entre promesas y desafíos

Aníbal Caminiti, referente de Frutas Finas del Centro Pyme ADENEU, se muestra conforme con el avance productivo, pero alerta sobre la macro.

La producción de frutos rojos avanza a paso firme en Neuquén, según Aníbal Caminiti, referente de Frutas Finas del Centro Pyme ADENEU. Tras presentar el libro “El cultivo de la frambuesa. Aspectos agroambientales y económicos para el Alto Valle de Río Negro y Neuquén”, Caminiti se mostró muy optimista con el progreso de los berries en la provincia.

“Hoy Neuquén tiene más de 100 hectáreas de frutilla cultivada y abastece de esa fruta fresca a toda la Patagonia; los viveros más importantes del país están en la zona; la provincia abastece de frutilla congelada a otras partes del país y en esa línea, este productor fue incorporando la frambuesa y la mora dando diversificación del portafolio de berries de Neuquén”, dijo en diálogo con LU5 Agro.

En este contexto, aseguró que “si hoy nuestros productores tuviesen cinco veces más frambuesa congelada, ya la estarían vendiendo, ya estaría vendida. Porque, además, a esto se sumó que el Gobierno Nacional cerró la importación de frambuesa. Entonces no hay frambuesa a nivel nacional y esto está generando un contexto de alza de precios y por la falta de oferta".

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Se busca

Sin embargo, levantó una bandera de alerta con una cuestión sensible para el sector frutícola en general: la mano de obra. “Uno de los cuellos de botella de esta actividad es la mano de obra, pero también hay que decir otra verdad, que por ahí la gente no lo sabe. Acá no estamos hablando de cultivos donde necesariamente tenemos que tener dimensión de superficie para poder tener rentabilidad”.

“La eficiencia de los berries, de la frutilla, de la frambuesa y de la mora queda por metro lineal de cultivo. Yo puedo tener un cuarto de hectárea y ser mucho más eficiente que teniendo cinco hectáreas. Voy a tener mucho más rendimiento por metro cuadrado por planta, que es lo que puedo tener por mayor dimensión, porque a medida que aumento la dimensión, aumento los problemas”.

¿Cuáles son los problemas a los que alude? Demanda de mano de obra y presión en el manejo, en la cosecha, porque queda fruta sin levantar. “Este es un fruto que no espera. La mayor eficiencia es dimensionar la escala de lo que uno puede manejar. Es importante saber que esto puede ser un cultivo rentable a muy baja superficie”, apuntó.

Ventajas y más ventajas

“Otra cosa a tener en cuenta es que el mercado de frambuesa sigue creciendo en Argentina. A pesar del contexto país que llevamos desde hace años, Hoy Argentina produce la quinta parte de lo que consumimos. Hace 20 años atrás Argentina producía la mitad más o menos de lo que consumía”, agregó.

En el aire de LU5, Caminitti dijo que “la frambuesa es un producto que empezó a entrar en el consumo, no diría masivo, pero empezó a ser más demandada principalmente como fruta congelada para la industria y particularmente en nuestra región es muy apreciada en temporada como fruta fresca también”.

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El drama de la macro

Si bien el cultivo se adaptó a las condiciones locales, si bien los productores lograron aumentar los rindes y avanzan a pasos agigantados, lo cierto es que el contexto macroeconómico del país no ayuda.

“Si yo hoy tengo que hacer un programa de inversión, estamos teniendo una inflación por arriba del 100%, pero cualquier consultora te está diciendo que para un plan de inversión tenemos que estar estimando entre 180% y 200%, decime qué inversor se arriesga?, preguntó Caminiti.

Y respondió: “Yo puedo entrar a arriesgarme en frutilla que entro y salgo rápidamente porque es un cultivo que lo planto ahora, en otoño, y ya estoy produciendo en esta primavera/verano y tiene un rápido retorno. Pero si yo tengo que plantar cereza y tengo que esperar cinco o seis años, la realidad nos marca lo nos pasa: hace más de diez años que no hay inversiones nuevas en cereza y porque ninguno con dos dedos de frente invierte en Argentina”.

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