"Tenemos el deber de recuperar lo que significan las cerezas para Chile"
La temporada 2024/25 fue la peor que enfrentó la industria de cerezas de Chile. Reflexiones durante en el Global Cherry Summit 2025.
Con una asistencia de más de 2.000 representantes nacionales e internacionales, la 6° edición del Global Cherry Summit, organizada por Yentzen Group y el Comité de Cerezas de Frutas de Chile, se convirtió en el escenario clave para analizar una de las temporadas más complejas en la historia de la cereza chilena. Durante el encuentro, realizado en el Arena Monticello, el presidente del Comité de Cerezas, Mario Edwards, fue enfático al declarar: “Tenemos el deber de recuperar lo que significan las cerezas para Chile”. Sus palabras reflejan la urgencia de una industria que atraviesa momentos críticos, tras una campaña marcada por desafíos sin precedentes.
Edwards describió la temporada 2024/2025 como la más complicada hasta ahora: “Fue la más difícil que hemos enfrentado en la historia de la cereza, incluso más que las temporadas que vivimos en pandemia”. La industria se enfrentó a un volumen histórico de producción, donde, según el líder gremial, “el optimismo quizás fue demasiado”.
Entre los factores que afectaron negativamente la campaña, se mencionaron serios problemas sanitarios como la presencia de la mosca de la fruta, lo que obligó a aplicar tratamientos de frío en mercados estratégicos. Además, noticias falsas en China impactaron la confianza de los consumidores y redujeron la demanda.
Otros obstáculos fueron los elevados costos navieros, extensos tiempos de tránsito y un evento crítico: la falla del buque Maersk Saltoro, que dejó miles de toneladas de cerezas chilenas varadas, impidiendo su llegada a tiempo al mercado chino.
El mercado hacia adelante
De cara al futuro, Edwards advirtió que los desafíos persistirán. La situación global, marcada por una guerra comercial internacional, se suma a la necesidad de recuperar la confianza de los compradores y mantener altos estándares de calidad.
Uno de los temas más sensibles será el manejo de la calidad de la fruta exportada. “Hoy hay muchos actores que nos están pidiendo acordar una autorregulación”, señaló el dirigente, refiriéndose a la necesidad de evitar exportar calibres no deseados por ciertos mercados, como frutas de menor tamaño, baja firmeza o mal sabor. También se destacó que algunos mercados ya manifiestan rechazo hacia ciertas variedades que no cumplen con los estándares de frescura y sabor esperados por los consumidores.
Actualmente, el Comité de Cerezas agrupa a más de 100 empresas que representan el 83% del volumen exportado de cerezas chilenas. Edwards subrayó la necesidad de involucrar a todos los actores —miembros y no miembros del Comité— en una estrategia conjunta que priorice la calidad y la reputación del producto nacional.
“Tenemos el imperativo de trabajar unidos, de seguir aumentando una participación activa y comprometida de más exportadores, para recuperar este negocio que tanto le ha dado a Chile y a toda su gente”, enfatizó. Concluyó recordando la relevancia simbólica y económica de este fruto: “Tenemos el deber de recuperar lo que significan las cerezas para Chile y para el mundo, una gran embajadora de nuestra tierra”.
Fuente: Portal Frutícola.
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